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La mano del terrorismo tras el descarrilamiento de un tren en Rusia

28 de noviembre de 2009

Decenas de muertos y un número de heridos que podría rondar la centena deja como balance un serio descarrilamiento de tren en Rusia que el servicio secreto atribuye a un ataque terrorista.

Lugar del descarrilamiento, a unos 400 km al noreste de Moscú.Imagen: AP

Con más de 650 pasajeros se salió el Nevski Express de las vías cuando cubría el trayecto entre Moscú y San Petersburgo, una ruta altamente frecuentada. El suceso tuvo lugar el pasado viernes por la noche. El sábado a medio día, Alexander Bortnikov, jefe del servicio nacional de inteligencia ruso (FSB), achcaba a una bomba de una potencia equivalente a siete kilos del explosivo de trinitrotolueno la causa del descarrilamiento, según citaba la agencia rusa de noticias Interfax.

El número de muertos que ha ocasionado el incidente varía entre 26 y 39. La cifra de heridos ronda los 100.

No sería el primer atentado

La policía inspecciona los vagones destruidos.Imagen: AP

Los trenes de alta velocidad que conectan Moscú y San Petersburgo suelen ir completos- ésta es una ruta muy utilizada. No sería la primera vez que el tramo se convierte en objetivo para terroristas. Ya en agosto de 2007 tuvo lugar aquí un atentado que dejó 60 heridos. El director de los ferrocarriles rusos, Vladimir Jakunin, dijo encontrar "paralelismos con 2007".

De los raíles se desplazaron cuatro de los 14 vagones del Nevski Express. Varios pasajeros dijeron haber escuchado una detonación antes de que el tren descarrilara. La televisión estatal rusa ha emitido la grabación del llamado de emergencia del conductor del convoy, en el que éste habla de una "explosión debajo del tren". El lugar de los hechos, cerca de la ciudad de Bologoye, ha quedado marcado por un agujero abierto en la tierra de un metro de diámetro aproximadamente.

Los investigadores consideran que la bomba podría haber sido colocada en unos de los vagones, ya que las vías fueron controladas poco antes de que el Nevski Express pasara por el punto del accidente. A una velocidad de aproximadamente 200 kilómetros por hora, el conductor alcanzó a activar los frenos de emergencia.

Los datos sobre el número exacto de muertos y heridos siguen siendo contradictorios, pero el Ministerio de Interior ha confirmado que en el tren viajaban varios extranjeros, entre ellos un italiano que ha sido hospitalizado.

Reflejo de la situación que vive Rusia

Según los analistas, este suceso pone en evidencia la inestable situación que se vive en el país más grande del planeta. Las pistas del atentado de 2007 conducían al norte del Cáucaso, donde en las repúblicas rusas de Daguestán, Ingushetia, y Chechenia han muerto cientos de personas en los últimos años debido al conflicto entre los rebeldes y las fuerzas leales al Kremlin. En épocas en las que se han dejado de contabilizar víctimas mortales, los rebeldes siguen amenazando con atentados fuera de la convulsa región.

Por otro lado, y aunque los agentes han descartado la autenticidad de un comunicado aparecido en Internet en el que un grupo de ultraderecha reclamaba la autoría de lo ocurrido, lo cierto es que el extremismo de la ultraderecha aumenta considerablemente en Rusia. Hace poco, los seguidores de un movimiento neofascista reconocieron ser los responsables del asesinato doble de un abogado de derechos humanos y de una periodista. Los sociólogos ven en este fenómeno la otra cara de la medalla del descompensado modelo de crecimiento económico ruso, en el que el abismo entre ricos y pobres crece cada vez más.

Ahora, muchos temen que la respuesta del Kremlin al ataque sea una intensificación aún mayor de la vigilancia a la que se somete a la sociedad rusa. En las ciudades más pequeñas del país, los habitantes están acostumbrados a pasar controles de seguridad magnéticos o a dejarse registrar los bolsillos cuando van al cine o a comer a un restaurante. Los cacheos son cosa habitual. Tras el actual atentado, las voces críticas con las "medidas de seguridad interna" optarán posiblemente por el silencio.

También el estado en el que se encuentran la policía y el cuerpo de bomberos rusos se puede ver reflejado en el transcurso de los recientes acontecimientos, escriben medios moscovitas. Los pasajeros tuvieron que esperar casi una hora a que llegaran las primeras unidades de rescate.

PK/ dpa/Reuters/Interfax

Editora: Luna Bolívar Manaut

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