La mayoría de los que viajaban en el camión eran mexicanos
25 de julio de 2017
El conductor, de 60 años, alegó desconocer que hubiera indocumentados en el camión. Ha sido acusado por las muertes, por lo que podría enfrentarse a una condena a muerte.
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Por lo menos cuatro mexicanos figuran entre los diez migrantes que murieron en un tráiler abandonado en el estacionamiento de un supermercado en la ciudad estadounidense de San Antonio, informó el lunes (24.07.2017) el Gobierno de México. Con cifras preliminares, el consulado general de México en San Antonio informó de que en el camión había 39 personas, de las que 25 eran de nacionalidad mexicana.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de México, de los 29 hospitalizados 21 son mexicanos. Otros dos son guatemaltecos, según habían informado el domingo las autoridades del país centroamericano, y de seis aún falta confirmar la nacionalidad. "El Gobierno de México reitera sus condolencias a los familiares de las personas que perdieron la vida en este lamentable incidente", expresó la Cancillería.
"Cabe señalar que esta información es preliminar y se estará actualizando conforme se tengan mayores datos", agregó. Algunos de los sobrevivientes dijeron que unas 100 personas eran trasladadas en el camión, pero las autoridades señalaron que se encontraban 39 migrantes en el tráiler. El camión fue descubierto la noche del sábado por un empleado del supermercado, que llamó a la Policía después de que una persona le pidiera agua desde el camión.
Este lunes se informó también de que el conductor del camión en que murieron los inmigrantes por permanecer encerrados y sin ventilación en su interior fue acusado por estas muertes, por lo que afronta una posible condena a muerte. El camionero, identificado como James Bradley, de 60 años y natural de Clearwater (Florida), dijo a la policía desconocer que en su camión hubiera inmigrantes hasta que, alertado por los golpes, abrió el remolque y decenas de inmigrantes comenzaron a salir.
LGC (dpa/EFE)
Música que cuenta las penurias de la migración
En la Documenta 14, el artista mexicano Guillermo Galindo quiere hacer oír la historia de los migrantes. Para esto recolectó objetos abandonados en las rutas de la migración y los transformó en instrumentos musicales.
Imagen: DW/Carlos Albuquerque
Objetos que hablan
Con su performance "Sonic Borders 2", Guillermo Galindo le cuenta al público parte de la vida de los migrantes. Ha recopilado objetos dejados por ellos en el camino, y los usa para crear música que representa la voz de esa gente. Para esto, cualquier objeto es válido.
Imagen: DW/Carlos Albuquerque
Botellas de agua
Por ejemplo, usa botellas para producir sonidos. Las que Galindo mostró fueron encontradas en una zona de Tejas, Estados Unidos, en la frontera con México. Dijo que podía imaginarse a los migrantes pasando por ahí, sufriendo y bebiendo el agua de esas botellas.
Imagen: DW/Carlos Albuquerque
Objetos con memoria
Su colección también tiene otro tipo de objetos. Entre ellos mostró una cacerola que fue donada por un campo de refugiados en Alemania, un remo de madera y un plato de metal encontrados en la playa en Lesbos, entre otros. Cada pieza guarda una historia personal.
Imagen: DW/C. Albuquerque
Evidencias de un naufragio
También presentó objetos encontrados a orillas de la isla de Lesbos, en Grecia, como estos restos de barcos que al parecer naufragaron. Ha recolectado igualmente un montón de ropa. Dice que lo que encontró en Grecia le recordó a lo que había visto en el desierto de California. Entre los migrantes de aquí y allá hay claras similitudes.
Imagen: DW/Carlos Albuquerque
Estas cuerdas también emiten voces
Esos barcos que naufragaron, Galindo los transformó en instrumentos de cuerdas. Esos sonidos representan para el atista la voz de los migrantes que nos cuentan sus historias y tristes travesías.
Imagen: DW/Carlos Albuquerque
No es arte, es evidencia
El artista no quiere llamarlo arte, solamente quiere mostrar evidencias de una realidad para que el público saque sus propias conclusiones. No quiere imponer ninguna posición política, solamente quiere hacer hablar a esos instrumentos que alguna vez fueron propiedad de quienes se pusieron en marcha, huyendo de la violencia o la pobreza.