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Roma trabaja desde hace 15 años en la plantación de Phuguri en Darjeeling, a unos 2 000 metros de altura. Es un trabajo muy duro para las mujeres que, como ella, tienen que llevar todo el peso al cuello y eso durante diez horas al día, a pleno sol. Ganan el equivalente de dos euros al día. Aquí en el pueblo, todos los empleos dependían de la plantación de Bundapani. Desde que quebró, mucha gente muere de hambre y uno de cada tres niños sufre malnutrición.