El módulo multipropósito Nauka, que forma parte del segmento ruso de la Estación Espacial Internacional (EEI), experimentó este lunes (09.10.2023) su tercera fuga de refrigerante –utilizado para regular la temperatura a bordo para los astronautas– en menos de un año, lo que suscita preocupación sobre la fiabilidad del programa espacial ruso. A pesar de ello, Roscosmos, la agencia espacial rusa, aseguró en un comunicado publicado en Telegram que la tripulación no corría peligro.

Copos de refrigerante congelado

Alrededor de la 1 p.m. ET (1700 GMT), un funcionario del centro de control mEEIion de la NASA en Houston ordenó a uno de los astronautas estadounidenses de la estación que se dirigiera a la cúpula, un conjunto de ventanas en forma de cúpula con vistas al espacio, para buscar lo que los equipos de tierra habían detectado como "copos" fuera de la estación, según el audio de control mEEIion.

Se pudo escuchar al control de misión estadounidense en Houston pedir a los astronautas del lado estadounidense que investigaran. "Hola, estamos viendo copos en el exterior, necesitamos que una tripulación vaya a la cúpula, creemos que las ventanas cinco o seis, y confirme cualquier copo visual", dijo un oficial a los astronautas.

"Hay una fuga procedente del radiador del MLM", respondió poco después la astronauta de la NASA Jasmin Moghbeli.  

La NASA confirmó más tarde los hechos en un comunicado, diciendo que "la tripulación a bordo (de la) estación nunca estuvo en peligro", y que la fuga provenía del radiador de reserva de Nauka.  

"El radiador primario en Nauka está funcionando normalmente, proporcionando refrigeración completa al módulo sin impactos para la tripulación o para las operaciones de la estación espacial", dijo la NASA, añadiendo que a la tripulación "se le pidió que cerrara las persianas de las ventanas del segmento estadounidense como medida de precaución contra la contaminación." 

Esta es la tercera fuga de refrigerante que afecta a la parte rusa de la EEI en menos de un año.  

Dramáticas imágenes de televisión de la NASA

El 15 de diciembre de 2022, las dramáticas imágenes de televisión de la NASA mostraron partículas blancas que parecían copos de nieve saliendo de la parte trasera de una nave Soyuz MS-22 acoplada durante varias horas.  

Las especulaciones sobre la causa se centraron en el desafortunado impacto de una pequeña roca espacial, o micro meteorito. 

La nave regresó a la Tierra sin tripulación, y unos meses después se envió otra Soyuz sin tripulación para sustituirla. Dos rusos y un tripulante estadounidense tuvieron que quedarse un año en la misión, y no volvieron a casa hasta el mes pasado. 

Una fuga similar a mediados de febrero también afectó a la nave de carga rusa Progress MS-21, que llevaba acoplada a la EEI desde octubre de 2022.

La sucesión de fugas reduce la probabilidad de que hayan sido causadas por meteoritos. 

"Tres es algo sistemático"

El analista espacial Jonathan McDowell dijo a AFP: "Tienes tres sistemas de refrigeración con fugas. Hay un hilo común allí. Uno es cualquier cosa, dos es una coincidencia, tres es algo sistemático", dijo, especulando que una empresa subcontratista puede ser culpable.  

"Esto pone de relieve la degradación de la fiabilidad de los sistemas espaciales rusos. Si lo añadimos al contexto del fracaso de su sonda lunar en agosto, la cosa no pinta muy bien".

El sector espacial ruso, que históricamente ha sido el orgullo del país, lleva años atravesando dificultades, entre falta de financiación, fracasos y escándalos de corrupción.  

La EEI es uno de los pocos ámbitos de cooperación que aún mantienen Moscú y Washington desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania y las sanciones internacionales que la siguieron.

FEW (AFP, Reuters, NASA)