La NASA enviará al espacio calamares y osos de agua
28 de mayo de 2021
Los experimentos a bordo incluyen el estudio de cómo los osos de agua toleran el espacio, si la microgravedad afecta a las relaciones simbióticas y el análisis de la formación de cálculos renales, entre otros.
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Como parte de la misión de reabastecimiento de carga de SpaceX, la NASA se prepara para lanzar al espacio unos 5.000 tardígrados, también conocidos como osos de agua, y 128 calamares bebé (Euprymna scolopes) que brillan en la oscuridad a la Estación Espacial Internacional.
Está previsto que SpaceX lance su vigésimo segunda misión a la estación espacial este 3 de junio, a las 13:29 horas EDT, en la que llevará suministros e investigaciones científicas y demostraciones tecnológicas desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, Estados Unidos.
Los tardígrados sobreviven condiciones extremas
Los tardígrados, conocidos como osos de agua o cerditos de musgo por su aspecto al microscopio y su hábitat habitual en el agua, son criaturas diminutas que toleran entornos más extremos que la mayoría de las formas de vida.
Se han encontrado en todas partes –cumbres de montañas, profundidades marinas, volcanes de lodo, selvas tropicales y la Antártida–, ya que tienen la capacidad de sostenerse bajo presión extrema, temperaturas extremas, privación de aire, radiación, deshidratación e incluso inanición.
Anteriormente, la nave espacial israelí Beresheet llevó miles de tardígrados deshidratados a bordo cuando se estrelló contra la Luna durante un intento fallido de alunizaje el 11 de abril de 2019.
Si alguna forma de vida pudo sobrevivir al choque, tal vez estas criaturas lo harían, sobre todo porque se encontraban en su estado de "tun" deshidratado, del que podrían ser resucitados.
Aprender trucos para proteger a los astronautas
Mediante el estudio de la biología molecular de la supervivencia a corto plazo y multigeneracional de los osos de agua, y la identificación de los genes que intervienen en la adaptación y la supervivencia en entornos de alto estrés, los científicos esperan comprender los factores de estrés que afectan a los humanos en el espacio y desarrollar las contramedidas adecuadas.
"Los vuelos espaciales pueden ser un entorno realmente desafiante para los organismos, incluidos los humanos, que han evolucionado a las condiciones de la Tierra", dijo Thomas Boothby, profesor adjunto de biología molecular en la Universidad de Wyoming y principal investigador del experimento.
"Una de las cosas que nos interesa mucho es entender cómo sobreviven y se reproducen los tardígrados en estos entornos, y si podemos aprender algo sobre los trucos que utilizan y adaptarlos para proteger a los astronautas", añadió.
Un experimento separado y paralelo, que también será entregado por la misión de reabastecimiento, traerá a la estación crías de calamar (Euprymna scolopes). Estos calamares de 3 mm de largo tienen un órgano especial que produce luz dentro de su cuerpo, en el que las bacterias bioluminiscentes les dan su brillo.
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Relaciones simbióticas en microgravedad
Los investigadores de este experimento esperan investigar esta relación simbiótica entre las bacterias y el calamar para ver cómo los microbios beneficiosos interactúan con el tejido animal en el espacio.
"Los animales, incluidos los humanos, dependemos de nuestros microbios para mantener un sistema digestivo e inmunitario saludable", dijo en un comunicado Jamie Foster, microbióloga de la Universidad de Florida e investigadora principal del experimento Understanding of Microgravity on Animal-Microbe Interactions (UMAMI).
"No comprendemos del todo cómo los vuelos espaciales alteran estas interacciones beneficiosas. El experimento UMAMI utiliza un calamar de cola blanca que brilla en la oscuridad para abordar estas importantes cuestiones de salud animal".
Los resultados de este tipo de experimentos podrían ayudar a identificar formas de mejorar la salud humana y el avance en la Tierra y también en el espacio.
FEW (NASA, Live Science)
Sondas Voyager: dos de los proyectos más exitosos de la NASA
En 1977, la sonda espacial Voyager 2 partió a explorar nuestra galaxia. La Voyager 1 le siguió 16 días después. Ahora hay noticias del espacio interestelar, pero se espera que la conexión de radio funcione hasta 2030.
Imagen: picture-alliance/dpa/NASA JPL
Sondas hermanas
El 20 de agosto de 1977, la NASA lanzó la Voyager 2, un vuelo récord que todavía continúa. El 5 de septiembre, le siguió la Voyager 1, construida de forma idéntica. El objetivo inicial de la misión era obtener más información sobre Júpiter y Saturno, planetas que todavía estaban en gran parte inexplorados. Gracias a las baterías de plutonio de larga duración, ambas naves siguen activas.
Imagen: REUTERS/NASA/JPL-Caltech
Poder duradero
Con un peso de 825 kilos en la Tierra, las sondas Voyager se encuentran entre las mayores historias de éxito de la NASA. Ambas todavía envían regularmente datos confiables desde el espacio. Pero se están alejando cada vez más de la Tierra y se espera que la conexión de radio funcione hasta 2030.
Imagen: public domain
Voyager 1, el objeto hecho por el hombre que más lejos ha llegado de la Tierra
El 25 de agosto de 2012, la Voyager 1 cruzó la heliopausa, una de las fronteras de nuestro sistema solar. Allí comienza el espacio interestelar de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Voyager 1 fue el primer objeto hecho por el hombre que cruzó la frontera del sistema solar. Asimismo, es el que ha llegado más lejos de la Tierra.
Imagen: picture-alliance/dpa
Desmintiendo teorías
Poco tiempo después, le siguió la Voyager 2. El 5 de noviembre de 2018, la sonda hermana se adentró en el espacio interestelar. La evaluación de las mediciones ha arrojado ahora resultados sorprendentes y tirado por la borda algunas teorías históricas.
Imagen: picture alliance/Jet Propulsion Lab via AP/dpa
En el borde de la burbuja espacial
El sistema solar tiene diferentes fronteras. La primera es el "choque de terminación", donde los vientos solares reducen su velocidad drásticamente. Después de la heliosfera viene la heliopausa, que es el borde de la burbuja espacial donde las erupciones solares nos protegen de los rayos interestelares. Hasta ahora, la suposición era que los vientos disminuían gradualmente.
Imagen: picture-alliance/dpa/NASA JPL
La emoción aumenta
Pero las mediciones comparativas de las dos sondas hermanas han demostrado que hay una frontera muy fina en el interior de nuestro sistema solar. Y la temperatura del medio interestelar es significativamente más alta de lo esperado. Los investigadores sospechan que la heliosfera podría empujar una especie de onda de arco a través del medio interestelar, pero esto todavía debe medirse.
Imagen: picture alliance/dpa/Nasa
Júpiter desde todos los ángulos
Además de los descubrimientos interestelares, las naves espaciales tenían mucho más que develar. La Voyager 1 envió esta imagen de Júpiter el 1 de enero de 1979. La sonda tomó un total de 17.477 imágenes del planeta y sus cuatro lunas. Estas imágenes demostraron por primera vez la existencia del sistema de anillo delgado que rodea al planeta.
Imagen: picture-alliance/dpa/NASA
Fotos en gran detalle
La Voyager 1 también documentó las corrientes atmosféricas en Júpiter, como se ve en esta imagen. Después de volar por Júpiter, la Voyager 1 alcanzó una velocidad de 16 kilómetros por segundo debido a la fuerza gravitacional del planeta.
Imagen: picture-alliance/dpa/NASA
Saturno es beige, aparentemente
La Voyager 2 envió a la Tierra esta foto a todo color de Saturno. La sonda alcanzó el sexto planeta en nuestro sistema solar en 1981. En términos del espacio exterior, esta foto es un primer plano real: fue tomada desde una distancia de solo 21 millones de kilómetros.
Imagen: HO/AFP/Getty Images
Todo bajo control
Las distantes sondas son monitoreadas y controladas por el centro de control de la misión Voyager en el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena (en esta foto de 1980). Por supuesto, el equipo es hoy en día mucho más moderno. Pero la NASA tiene que consultar regularmente a los ingenieros que diseñaron y construyeron la Voyager, a pesar de que se retiraron hace mucho tiempo.
Imagen: NASA/Hulton Archive/Getty Images
Sonidos de la Tierra para los extraterrestres
Las sondas llevan estos discos dorados brillantes en caso de que encuentren vida en su viaje interminable. Los discos contienen imágenes y sonidos de personas, animales y la naturaleza de la Tierra. Una aguja e instrucciones detalladas también están incluidas. Es probables que los extraterrestres no tengan un tocadiscos.