La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos alertó sobre la degradación de la seguridad en Buenaventura, donde se han sido asesinadas 41 personas y desaparecidas 13 en dos meses y medio.
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"En Buenaventura están siendo profundamente afectados los derechos a una vida digna, a la integridad, a la libertad y a la seguridad personales, a la participación y, en general, a la posibilidad de desarrollar libremente un proyecto de vida sin violencias", expresó la Oficina en un comunicado emitido hoy.
La representante en Colombia de la ACNUDH, Juliette Rivero, visitó esta semana la región y pidió "una acción concertada entre el Gobierno nacional, departamental y local, con autoridades estatales, para desmantelar las redes criminales de manera permanente".
Según datos proporcionados por la ONU, recabados de varias fuentes y testimonios de las víctimas, este año han sido cometidos 41 homicidios, 13 desapariciones forzadas y el desplazamiento masivo de unas 8.000 personas en la ciudad y la región que la rodea.
Una ciudad puerto en medio de disputas territoriales
Buenaventura fue una zona afectada por el conflicto armado interno y, en los últimos años, la lucha entre distintos grupos ilegales por hacerse con el control de este núcleo comercial (y de salida de droga) ha aumentado, y con ella las matanzas y los asesinatos de líderes sociales.
A principios de febrero se vivieron momentos de mucha tensión, después de varias noches de enfrentamientos armados entre grupos en barrios como Juan XXIII, que provocaron el desplazamiento de muchos vecinos y protestas pacíficas masivas para pedir el fin de la violencia.
Los habitantes de la ciudad, donde vive mayoritariamente población afrocolombiana, lanzaron un llamado de socorro, bajo el lema "SOS Buenaventura", y varias personalidades, entre ellas el obispo de la ciudad, monseñor Rubén Darío Jaramillo, alertaron en las últimas semanas sobre la difícil situación que se sigue viviendo y las amenazas bajo las que viven.
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El Estado colombiano ausente en sectores pobres de Buenaventura
"Hemos podido constatar que las redes de corrupción y los grupos armados permean la economía de subsistencia de la población. De igual forma, los derechos a la seguridad alimentaria y a la salud de la población son profundamente vulnerados", avisó hoy la ONU. La oficina de Rivero también alertó sobre la violencia machista a la que están expuestas niñas y mujeres, en particular jefas del hogar, y son víctimas de extorsiones y abusos. "El camino que recorren las familias, y en particular las madres, de las personas desaparecidas forzosamente es uno de los más violentos y solitarios que he observado en mi vida", dijo Rivero.
"La situación actual en Buenaventura impacta también la vida de las niñas y los niños, y los expone a un alto nivel de riesgo de ser reclutados forzosamente", informó también Rivero, en un momento en que las ONG alertan sobre el crecimiento de reclutamiento de menores por parte de grupos armados.
Por ello, urgió a que se fortalezcan espacios de diálogo para atender las demandas de la población y se acelere la inversión social y el fortalecimiento del Estado en esta zona que permita quitarle influencia a los grupos que tratan de controlar esta ciudad, por donde se mueve gran parte del comercio exterior del país.
jov (efe, elheraldo)
Afrocolombianos en Buenaventura
En Buenaventura, las poblaciones ancestrales de afrocolombianos se encuentran entre la espada de la violencia paramilitar y la pared de un desarrollo portuario, urbanístico y turístico que amenaza con no incluirlos.
Imagen: DW/M. Banchon
Puerta grande de Colombia
A través de Buenaventura, Colombia envía el 60% de su comercio internacional. Los nuevos acuerdos comerciales han hecho de este puerto pacífico -con su isla Cascajal y su zona continental- una pieza clave del desarrollo. Entre 2008 y 2013, el movimiento de carga creció un 50%. Las expectativas empresariales son inmensas.
Imagen: DW/M. Banchon
Rica infraestructura
TCBUEN, la nueva terminal para 400.000 contenedores, se inauguró en 2011. La construcción del puerto de Aguadulce comenzó en 2013. En junio comienzan los trabajos del nuevo malecón. Según informa la Alcaldía, el plan maestro para su desarrollo en 30 años hará que dé un giro de 180 grados. El 90% del proyecto “Buenaventura biodiversa, ecoturística y portuaria” se hará con presupuesto nacional.
Imagen: DW/M. Banchon
Población en movimiento
El 98 por ciento de su población es afrodescendiente y el uno por ciento indígena. Han utilizado los ecosistemas marinos y de la selva tropical como fuente directa de alimentos y recursos de materiales para la construcción de sus viviendas. Desplazados por la violencia reprodujeron sus casas sobre el agua (palafitos), un milenario método de construcción adecuado.
Imagen: DW/M. Banchon
Después de siglos de olvido
Sus nueve cuencas hidrográficas, su alta pluviosidad, sus condiciones tropicales y su aislamiento favorecieron que las culturas afrocolombianas mantuvieran por siglos una cultura propia. El fuego cruzado entre guerrilla, ejército, fuerzas paramilitares, narcotráfico e intereses empresariales se da en sus territorios ancestrales, ahora codiciados por sus riquezas y su ubicación geoestratégica.
Imagen: DW/M. Banchon
Lento, tardío y problemático reconocmiento
“La Constitución de 1991 (Ley 70) reconoce jurídicamente los territorios ancestrales. En algunos casos, al tiempo que se logra la titulación colectiva, fuerzas paramilitares desplazan a la población e implementan proyectos agroindustriales. El Estado no ha mostrado capacidad para proteger su vida y su territorio”. Enrique Chimonja, de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.
Imagen: DW/M. Banchon
¿Sospechas (in)fundadas?
De una zona gris entre grupos criminales, corrupción e intereses empresariales habla un reciente informe elaborado por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y la organización de cooperación al desarrollo Mundubat. El patrón de lo que los defensores de DD. HH. llaman legalización del despojo para la competitividad del puerto y su función en la economía colombiana se repite en muchos casos.
Imagen: DW/M. Banchon
¿Quién les vendió nuestro territorio?
“Las Autodefensas Unidas de Colombia, la guerrilla y el Ejército nos desplazaron el 17 de marzo de 2003. Conseguimos la titulación en 2008. De las 3.446 hectáreas originales nos reconocieron 1.700. En 2010 volvieron a desplazarnos. Con la firma de la paz, queríamos volver. Pero vemos que están construyendo un proyecto hotelero en nuestras tierras”. Manuel Becerra, líder comunal y exconcejal.
Imagen: DW/M. Banchon
Desde 1550
“Nuestra comunidad vive aquí desde 1550. De pronto aparecen documentos que dicen que los territorios son de Aguadulce. Son fraudulentos. No ha habido consulta, ni regalías para la población. Estamos en riesgo de ser llevados a la cárcel”. Oney Hinostroza, líder de la comunidad Kilómetro 9.
Imagen: DW/M. Banchon
Un trágico partido de fútbol
“En 2005 llegó una moto buscando a jóvenes para un partido. Pagaban. Se fueron 12, también mi hijo. No regresaban, fuimos a la Policía: había que esperar 24 horas. Después dijeron: “¿Por qué no vinieron ayer? Ya los han matado”. A los 3 días los encontraron. Lo reconocí por la camisa. La masacre sigue impune. En 2008 llegó TSBUEN, tenemos que desalojar”. Bolivia Aramburo, pescadora y vendedora.
Imagen: DW/M. Banchon
Una pérdida cultural
“Para poner a funcionar a gran escala los puertos pacíficos, las poblaciones estorban; la pérdida cultural no se calcula. Hay violencia estructural intencional. Viven en medio de desperdicios. La mortalidad infantil por agua contaminada es muy alta, cuando un tanque para almacenar 2.000 litros de lluvia no pasa de 200 dólares”. Andreiev Pinzón, sociólogo, Programa de alternativas tecnológicas.
Imagen: DW/M. Banchon
¿Desplazar para no consultar?
“Tras los paramilitares está la mafia del malecón. Quieren nuestros territorios. Pero como tenemos derecho a la consulta previa, lo más fácil es optar por la violencia para que nos desplacemos. Para nosotros no es lo mejor: para la gente que vende piangua, camarón, jaiba sería un exterminio. Pese a la pobreza aquí la gente se siente mejor”. Isabel Castillo, líder de Puente Nayero.
Imagen: DW/M. Banchón
Reubicar para desarrollar
Según la Alcaldía, para las comunidades que están en la vía de desarrollo del malecón se está haciendo un proceso de reubicación. Serán unas 10.000 familias. La actual ciudadela San Antonio -en la zona continental, a unos 30 kilómetros- tiene capacidad para 4.500. Según un estudio de la Universidad del Pacífico se podrían modernizar las ancestrales construcciones palafíticas.
Imagen: DW/M. Banchon
Reubicados, ¿están mejor?
“Derribé mi casa, como lo exigían. Nos engañaron: en la escritura dice que es gratis, no un intercambio. No nos han dado el computador ni los 400.000 pesos prometidos. No hay centro de salud. A los pescadores, el estero San Antonio les queda lejos. El transporte público no viene”. Líder del barrio San Antonio, vivía en una casa palafítica. Llegó, desplazada, a Buenaventura a los 7 años.
Imagen: DW/M. Banchón
Muchos proyectos
“Hay planes de becas y de escuelas de formación profesional: tecnólogos en gestión portuaria y turismo. Estamos acabando una planta purificadora de agua. Para los pescadores artesanales habrá una línea de créditos blandos y se entregarán 76 lanchas a motor. En los planes de ecoturismo no se ha contemplado la participación de las comunidades ancestrales”. Oficina de prensa de la Alcaldía.
Imagen: DW/M. Banchon
Una tonelada, si le va bien
Walberto Reina llegó hace más de 40 años a Puente Nayero. Es pescador. Su faena puede tomar hasta 20 días. Unos 3 millones de pesos (1.100 euros) invierte por faena. Cuando les va bien vuelven con una tonelada de pescado fino para la exportación: cherna, pargo, corvina. La pesquera les paga unos 13 millones de pesos. Si le va mal, se queda con la deuda. A San Antonio no quiere irse.
Imagen: DW/M. Banchon
Desaparición de pescadores artesanales
“En 1964 creamos la Asociación de Pescadores Artesanales (ANPAC). 2.500 pescadores y 930 vendedoras. Nos oponemos a secar ciénagas y lagunas para meter ganado. Surgió el conflicto con el gobierno. En 2010 comienzan las dificultades con el paramilitarismo y el narcotráfico. Más de cien pescadores artesanales han desaparecido en el Estero San Antonio”. Manuel Bedoya, representante de ANPAC.