El jefe humanitario de la ONU, Stephen O'Brien, demandó el fin de los bombardeos sobre la ciudad siria de Alepo y sus alrededores, que han obligado a decenas de miles de personas a huir y complican la entrega de ayuda.
Publicidad
En los últimos días, el área de Alepo ha sido escenario de una gran ofensiva del régimen sirio apoyada desde el aire por Rusia, que ha provocado una huida masiva de personas hacia la frontera turca. Según Ankara, ahora mismo hay unas 70.000 personas que se agolpan en la frontera, a las que las autoridades turcas están ofreciendo ayuda humanitaria, pero a quienes no se permite entrar en el país.
"La mayor necesidad y la mejor respuesta humanitaria es que se detengan los bombardeos", dijo O'Brien durante una conferencia de prensa en la sede de Naciones Unidas. O'Brien, al igual que hizo este martes (9.02.2016) la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pidió la apertura de esa frontera para los refugiados y para facilitar el suministro de ayuda a la población que continúa en la zona de Alepo.
"Mucha gente en movimiento"
Según el responsable humanitario de la ONU, las cifras de personas que esperan junto a la frontera fluctúan dado que muchos han decidido dar marcha atrás al encontrar los pasos cerrados. "Hay mucha gente en movimiento", explicó O'Brien, que subrayó lo peligroso de esa situación e insistió en la necesidad de que los bombardeos se detengan inmediatamente.
Según los servicios humanitarios de Naciones Unidas, si el Gobierno sirio y sus aliados lograr cortar la única ruta de escape actualmente disponible desde el este de la ciudad de Alepo unas 300.000 personas podrían quedar sin acceso a la ayuda humanitaria. Además, según estimaciones que facilitaron en un boletín urgente, entre 100.000 y 150.000 civiles podrían huir de la ciudad si las fuerzas gubernamentales siguen avanzando alrededor de Alepo.
Sin embargo, el viceprimer ministro turco, Numan Kurtulmus, aseguró el lunes que −en el peor de los casos− podrían llegar hasta la frontera hasta 600.000 refugiados. Según Kurtulmus, el objetivo de Turquía −que ya ha acogido a 2,5 millones de refugiados sirios− es ayudar a los que huyen dentro del propio territorio sirio.
Paso a Turquía abierto solo para heridos
Así que entretanto, y pese al pedido de Naciones Unidas al Gobierno de Ankara, para que este acoja a todos los sirios que huyen de los bombardeos en Alepo, Turquía abrió sus fronteras por el paso de Bab al Salameh para permitir únicamente la entrada de refugiados heridos. Estos, según informó un portavoz de la organización humanitaria IHH, están siendo atendidos en hospitales turcos.
En la zona están actuando ahora mismo, entre otras, organizaciones turcas como IHH y la Agencia de Desastres y Emergencias turca (Afad), así como el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Esta última organización explicó se están repartiendo alimentos entre los necesitados en la ciudad de Asas y anunció que en los próximos días se prestará ayuda a más de 20.000 personas.
¿Intervención de la OTAN?
En tanto, los ministros de Defensa de los países de la OTAN debatirán este miércoles una posible participación de la Alianza en la lucha contra los traficantes de personas que actúan entre Grecia y Turquía. La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, se mostraron el lunes partidarios de que la OTAN intervenga en ese sentido.
No obstante, el embajador estadounidense ante la alianza, Douglas E. Lute, señaló que por el momento no ha llegado ningún pedido formal de respaldo a la organización. No está descartado que participe la OTAN, indicó Lute, pero la responsabilidad por el manejo de la crisis migratoria seguirá estando a cargo de la Unión Europea, destacó.
RML (efe, dpa)
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.