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“La oposición venezolana debe resolver sus contradicciones”

16 de diciembre de 2017

El opositor venezolano Antonio Ledezma, quien siendo Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano de Caracas se convirtió en uno de los presos políticos más prominentes del chavismo, le ofreció una extensa entrevista a DW.

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Imagen: DW/E.Romero-Castillo

Este viernes (15.12.2017), dos días después de haber recogido el Premio Sájarov para la Libertad de Consciencia que el Parlamento Europeo le otorgó este año a la oposición democrática de Venezuela, Antonio Ledezma pasó por Berlín para denunciar a Nicolás Maduro –sucesor de Hugo Chávez (1999-2013) en la presidencia del país caribeño– como un "narcotirano”.

Ledezma, quien siendo Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano de Caracas se convirtió en uno de los presos políticos más prominentes de la “Revolución Bolivariana” y huyó de Venezuela (17.11.2017) tras mil y un días de arresto, conversó con DW en la Casa de la Unión Europea sobre el involucramiento de su partido en el movimiento Soy Venezuela y sobre el diálogo oficialismo-oposición.

El político de 62 años también habló sobre la Asamblea Nacional Constituyente promovida por Maduro y sobre las dudas e incertidumbres derivadas de las discordias recientes en el seno de la oposición antichavista.

Deutsche Welle: Señor Ledezma, ¿su partido se deslindó o no se deslindó de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la mayor alianza de partidos antichavistas del país?

Antonio Ledezma: Si Alianza Bravo Pueblo formara parte de la MUD, estaríamos dialogando con el régimen de Maduro en este instante. Pero ese no es el caso. Alianza Bravo Pueblo se integró a un movimiento nuevo, llamado Soy Venezuela, que reúne a partidos, gremios y personalidades con miras a restaurar la cohesión de la oposición. Nosotros hemos tenido discrepancias con la MUD en materia de tácticas. Por ejemplo, nosotros nos opusimos a participar en las recientes elecciones de gobernadores (15.10.2017) y de alcaldes (10.12.2017) porque creíamos que serían comicios fraudulentos, cosa que quedó demostrada. Y también nos opusimos a los encuentros de República Dominicana porque creemos que eso no es una negociación, sino la parodia de un diálogo. Sin embargo, con la MUD sostenemos una relación respetuosa porque nos sentimos obligados a convivir y a tolerarnos.

Se lo pregunto porque, fuera de Venezuela, muy pocos parecen tener claro dónde están las líneas divisorias en el antichavismo…

¿A usted le parece que son más graves las controversias en el seno de la oposición que las fricciones entre el chavismo y el madurismo, que se están canibalizando los unos a los otros?

No… ¿Cuáles son los objetivos de Soy Venezuela?

Queremos que en Venezuela se dé una transición y que esa transición propicie la celebración de elecciones limpias, libres de sospecha. Para que eso sea posible es indispensable la reestructuración del andamiaje de la máxima autoridad electoral –el Consejo Nacional Electoral (CNE)–, que desde hace mucho tiempo no es una institución autónoma, que desde hace años es controlado por Maduro y su camarilla. Esa reestructuración debe ir más allá de la sustitución de dos o tres rectores e incluir un cambio horizontal y vertical de la entidad. También queremos garantías de que los comicios por venir serán avalados por observadores internacionales, veedores calificados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE).

Ledezma: “Soy Venezuela espera que la MUD no reconozca a la Asamblea Nacional Constituyente”.Imagen: Europäisches Parlament/Bernard Ludewig

¿Qué concesiones espera Soy Venezuela de la MUD y qué concesiones está dispuesto Soy Venezuela a hacer para que la red de organizaciones opositoras no se siga deshaciendo?

Para empezar, Soy Venezuela espera que la MUD no reconozca a la Asamblea Nacional Constituyente. Reconocerla equivaldría a profanar las tumbas de quienes murieron luchando por la libertad y por la democracia en las protestas de 2017. En segundo lugar, esperamos que la MUD no pida el cese de las sanciones que Canadá, Estados Unidos y, más recientemente, la Unión Europea les han impuesto a funcionarios de alto rango del oficialismo.

¿No es un poco tarde para eso? Cuatro gobernadores opositores ya se juramentaron ante la Asamblea Nacional Constituyente y varios alcaldes opositores están a punto de hacerlo. Y en lo que respecta a las sanciones, la MUD alega que eso no es lo que quieren los venezolanos…

Yo no he oído a nadie de la MUD decir eso.

Hasta donde yo sé, ninguno de los miembros de la MUD va a pedir que se levanten las sanciones que ya pesan sobre la cúpula del chavismo. No creo que ellos vayan a hacer a esa locura.

Pero sí hay contradicciones que deben resolverse: por un lado, nosotros venimos a pedir el apoyo de la comunidad internacional para que desconozcan a la fraudulenta e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente y, por el otro lado, factores aislados en Venezuela, de una u otra forma, indirectamente, avalan a esa instancia cuando se juramentan ante sus miembros.

El 28 de noviembre de 2017, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, hizo un comentario muy polémico cuando dijo que dentro de la MUD había formaciones que no eran opositoras. ¿Se refería Almagro a los partidos Acción Democrática, liderado por Henry Ramos Allup, y Un Nuevo Tiempo, presidido por Enrique Márquez?

No lo sé. Esa pregunta debe hacérsela usted a Almagro…

La pregunta es relevante porque los primeros funcionarios opositores en juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente, tras prometer que no lo harían, eran miembros de Acción Democrática. Y Un Nuevo Tiempo, que ha sido acusado de boicotear la sesión parlamentaria en la que debían ser elegidas nuevas autoridades para el Consejo Nacional Electoral, es el partido que asumirá la presidencia del Parlamento venezolano a partir de enero de 2018. Si usted sabe qué formaciones actúan como una suerte de quinta columna en el seno de la MUD, ¿por qué no dice cuáles son?

Porque yo no soy una vieja chismosa. Yo no vine aquí a contar chismes. Yo vine aquí a defender a toda esa oposición que ha sido víctima del régimen… Julio Borges [presidente saliente del Parlamento y miembro del partido Primero Justicia] ha sido golpeado dos veces, Henrique Capriles Radonski [excandidato presidencial y también miembro de Primero Justicia] ha sido inhabilitado políticamente… Nosotros podemos tener algunas discrepancias, pero somos, al fin y al cabo, víctimas de la persecución política en Venezuela.

Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo han asumido su responsabilidad por los casos que usted menciona. El diputado Henry Ramos Allup [jefe de Acción Democrática] ha dicho que los gobernadores que se juramentaron ante la Asamblea Nacional Constituyente lo hicieron por iniciativa propia y que, en consecuencia, han sido excluidos del partido.

¿Usted le cree?

Si Henry Ramos Allup lo dijo, yo tengo que creerle… Y, en lo que concierne a Un Nuevo Tiempo, nosotros ya hemos fijado nuestra posición.

¿Cuál es su posición de cara a Un Nuevo Tiempo?

La posición que describí hace unos minutos: hemos dicho que es necesario recomponer al bloque opositor, que es indispensable tener una plataforma unitaria para poder luchar contra un régimen tan corrompido como el que tenemos en Venezuela.

Ledezma (izq.) y Julio Borges, presidente del Parlamento venezolano (centro), al recoger el Premio Sájarov.Imagen: Getty Images/AFP/F. Florin

Usted y Julio Borges, del partido Primero Justicia, coincidieron en Estrasburgo el pasado 13 de diciembre para recibir el Premio Sájarov. ¿Cómo es su relación con Primero Justicia desde el 23 de noviembre de 2017, cuando ese partido pidió su destitución como Alcalde Mayor del Distrito Metropolitano de Caracas?

Yo no estoy pendiente de un cargo. Yo estoy pendiente del destino de Venezuela. Si yo me dejara llevar por cosas como esa, que para mí son intrascendentes, no podríamos convivir en la oposición. Pero no, para mí eso es secundario. Aquí lo primario es ver cómo logramos una visión compartida para liberar a Venezuela de esta tragedia.

Para alcanzar ese objetivo, las alianzas son muy importantes. Cuando Deutsche Welle le preguntó a Julio Borges, presidente saliente del Parlamento venezolano, cómo era la relación de la MUD con los ‘chavistas rebeldes’, él dijo que la MUD tenía ‘comunicación permanente’ con todos ellos. Poco después, la formación Marea Socialista y el chavista disidente Nicmer Evans lo desmintieron…  ¿Cómo es la relación de Soy Venezuela con el chavismo disidente, que es un bloque opositor nada desdeñable?

Eso dependerá de lo que ellos quieran hacer. Yo no le puedo marcar los pasos a ningún disidente.

Tanto la MUD como Soy Venezuela han sido criticadas por no ofrecer información concreta sobre cómo piensan alcanzar ciertos objetivos. En el caso de Soy Venezuela, la meta es ‘la salida de Maduro de la presidencia’. ¿Cómo esperan persuadir a Maduro y a su entorno cívico-militar de separarse del poder?

Lo que nosotros hemos hecho es avalar la resolución aprobada en Toronto por el Grupo de Lima [conformado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú], donde se plantea la necesidad de una negociación para definir los términos de la salida de Maduro. Las opciones que la oposición le va a ofrecer al régimen son las que están contempladas en la Constitución Nacional. Por ejemplo, nosotros buscamos una salida cívica en 2016 cuando organizamos el referendo revocatorio. El que anuló ese proceso fue el régimen…

…precisamente…

...pero, ¿qué más les podemos ofrecer a estos narcotraficantes, a estos terroristas, a estos ladrones del erario público? Un juicio justo.

¿Cree usted que la promesa de un juicio justo persuada a Maduro y a su entorno de abandonar el poder?

Bueno, fíjese que la democracia fue tan virtuosa y magnánima que le permitió a Chávez aspirar a la presidencia de la República después de haber organizado dos golpes de Estado.

Esas ‘salidas cívicas’ no parecen interesarle mucho al actual estamento chavista. ¿No cree usted que las negociaciones terminarán arrojando opciones odiosas como, por ejemplo, la concesión de salvoconductos para corruptos, acuerdos de no extradición para narcotraficantes y garantías de amnistía para violadores de derechos humanos?

No. Lo que podemos ofrecerles es lo que está en la Constitución Nacional.

Usted no luce tan radical como lo pintan… Soy Venezuela llama a formar un Gobierno de transición que convoque a elecciones libres. ¿Existen coincidencias entre esa propuesta y las de quienes están a favor de solicitar una intervención militar estadounidense, la instauración de una dictadura antichavista para el restablecimiento de la República y la economía, y la posterior restauración de la democracia?

No, ese tipo de cosas sólo las hace Maduro, que mete a los militares cubanos en Venezuela: en los cuarteles, en los hospitales, en todas partes.

¿Propuestas como el ‘plan de veinte puntos’ del abogado Juan Carlos Sosa Azpúrua, muy popular en Twitter, no son una referencia para los proyectos de Soy Venezuela?

Esas son ideas que se respetan porque nosotros creemos en la libertad de pensamiento. Pero ninguno de los líderes de la oposición está planteando que fuerzas extranjeras invadan a Venezuela.

¿Se cree usted en capacidad de asumir la jefatura de un Gobierno de transición o de un Gobierno en el exilio?

No, no, no. Yo lo que estoy haciendo es colaborar para ver cómo sacamos a Venezuela de la tragedia en que vive, organizando a los venezolanos dentro y fuera del país. Mi cabeza está llena de buenos pensamientos y de trabajo unitario para contribuir a liberar al país.

Otra queja recurrente entre los propios antichavistas es la falta de alternancia en las posiciones de mando de los partidos. ¿No es hora de que usted y otros líderes le abran paso a la generación de relevo o, por lo menos, a caras nuevas? Sobre todo considerando que hay varios dirigentes opositores acusados de haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht: Manuel Rosales y Pablo Pérez, exgobernadores del estado Zulia; Henrique Capriles Radonski, exgobernador de Miranda; Carlos Ocariz, exalcalde del municipio caraqueño de Sucre; y usted mismo.

Eso es absolutamente falso. Yo no tengo nada que ver ni con Odebrecht ni con ninguna otra empresa... Y en lo que respecta a las caras nuevas, le puedo decir que yo soy menor que Hugo Chávez, a quien ustedes siguen venerando aún después de muerto…

¿A quién se refiere cuando me dice ‘ustedes’?

…bueno, me refiero a los chavistas… La pregunta que usted me hace debería hacérsela más bien a Maduro, porque el chavismo sigue teniendo como emblema al ex vicepresidente de Venezuela José Vicente Rangel, que es un poquito más viejo que yo.

¿Aparte de España, en qué otros Estados europeos podría o querría usted recibir asilo? ¿En Alemania?

No, no, no. Yo no descarto ningún país. En todo caso, ese es un tema que estoy discutiendo con nuestros equipos para definir dónde vamos a afincar nuestra base de operaciones.

Usted niega estar recibiendo dinero de Gobiernos o fundaciones. ¿Cómo sobrevive y costea sus viajes por el mundo?

Este periplo lo ha costeado el Parlamento Europeo. Y si usted está interesado en hacer una donación, pues, se lo agradezco; eso nos ayudaría a pagar cualquier viaje que hagamos por el mundo.

¿Qué respaldos ha conseguido usted en sus visitas a otros países? ¿Qué otros Estados están dispuestos a emitir sanciones contra funcionarios chavistas de alto rango?

Eso lo anunciarán los propios jefes de Gobierno en su debido momento.

¿Puede decir por lo menos en qué continentes ha recibido respuestas favorables en ese sentido?

En todos los continentes que hemos visitado.

 

Autor: Evan Romero-Castillo (DZC)

 

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