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La OTAN, en el atolladero de Afganistán

22 de octubre de 2009

La estrategia a seguir en Afganistán figura en el tope de la agenda de una reunión de los ministros de Defensa de la OTAN, en Bratislava. El secretario general de la alianza advirtió del costo de un fracaso de la misión.

Ministros de Defensa de la OTAN, reunidos en Bratislava.Imagen: AP

Los problemas en Afganistán se multiplican en lugar de reducirse. Los hechos de violencia siguen a la orden del día. Y la fragilidad de las estructuras democráticas quedó una vez más en evidencia en las elecciones presidenciales, en las que las dimensiones del fraude electoral fueron tales que forzaron al presidente Amid Karzai a aceptar la realización de una segunda vuelta, proyectada para el 7 de noviembre.

¿Más soldados?

Las huellas de un atentado en Kabul, el 8 de octubre de este año.Imagen: AP

El balance de la misión de la OTAN hasta ahora en Afganistán es en consecuencia bastante precario. Los cerca de 71.500 soldados de las tropas ISAF, comandadas por la Alianza Atlántica, no han conseguido imponer un grado de seguridad que permita garantizar la estabilidad del país. En vista de ello, el comandante estadounidense Stanley McChrystal, pide 40.000 efectivos más.

Conseguir apoyo adicional de los países miembros de la OTAN no será cosa sencilla. En varios países está en curso el debate sobre la estrategia a seguir y se espera una definición del gobierno de Barack Obama. Incluso algunos Estados, como Canadá y Holanda, planean ya su retirada de Afganistán.

Advertencias de Rasmussen

Anders Fogh Rasmussen espera más apoyo de los aliados.Imagen: AP

Ante este panorama, antes de acudir a la cita con los ministros de Defensa de la alianza, su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, volvió a recalcar el alto costo que tendría un fracaso de la misión. “Si abandonamos Afganistán, el país volvería a convertirse en un territorio de entrenamiento para Al Qaeda”, indicó, puntualizando: “la presión sobre Pakistán - una potencia nuclear- sería enorme, la inestabilidad se propagaría por toda la región de Asia Central y sería sólo cuestión de tiempo hasta que Europa sintiera las consecuencias”.

Rasmussen hizo hincapié en que se requiere más entrenamiento y equipos para el ejército y la policía de Afganistán, e instó a que también otros actores internacionales contribuyan en mayor medida a la reconstrucción y el desarrollo del país. Pero, por lo pronto, los que deben definir su aporte son los propios miembros de la OTAN. Y la presión aumenta sobre los europeos a quienes el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, sugirió ayudar con recursos económicos, si no pueden enviar más soldados.

Agujeros presupuestarios

El tema financiero también está sobre el tapete en la reunión de Bratislava, en vista de que el presupuesto para los gastos de diversas centrales de comando presenta un déficit de más de 50 millones de euros. En el presupuesto para inversiones de largo plazo el agujero es mucho mayor: se estima que hacen falta más de 8.000 millones de euros.

Según diplomáticos de la OTAN, los problemas presupuestarios se deben a que las misiones en curso son financiadas en parte con recursos de la alianza. Por ejemplo, se pagan con estos fondos tareas conjuntas, como transportes aéreos dentro de Afganistán, la vigilancia aérea o las instalaciones sanitarias.

ERS/dpa/ap/afp

Editora: Claudia Herrera Pahl

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