En la conferencia de Florencia, los grupos que critican el neoliberalismo y el poder de las transnacionales intentarán emular en cierto sentido a los grandes consorcios, incrementando sus interrelaciones. Uno de los coordinadores del foro, el italiano Luciano Muhlbauer, indica que el objetivo es poner en contacto a los movimientos, organizaciones y sindicatos de los diversos países. En este contexto, menciona el ejemplo de las grandes protestas que se llevaron a cabo hace un mes contra una guerra en Irak. En Roma salieron a la calle 150 mil manifestantes; en Londres fueron 400 mil; hubo manifestaciones en Dublin, en Grecia y también en España, señala, puntualizando: "Ahora tenemos la posibilidad de reflexionar juntos sobre lo que implica hoy en día luchar contra la guerra y en favor de la paz. Eso implica también crear una organización europea y forjar un movimiento pacifista europeo".

No sólo protestas

En Florencia no se pretende únicamente programar nuevas protestas. El Foro Social Europeo no se efectuará esta vez, ex profeso, como contrapartida de una cumbre económica mundial. Hugo Braun, quien participó en los preparativos de la conferencia representando a la sección alemana de la ONG ATTAC, considera que ha cambiado la actitud de fondo de los grupos contrarios a la globalización. Asegura que el movimiento está harto de protestar siempre en contra de algo. Por eso, el encuentro de Florencia se propone buscar alternativas a la realidad política y económica actual.

Braun hace notar, por otra parte, que la problemática difiere según los continentes, por ejemplo en cuanto a los sistemas sociales. Mientras en Europa los problemas presupuestarios amenazan con traducirse en fuertes recortes al sistema público de salud, en muchos países en vías de desarrollo el problema radica en que no existe una red de salud que abarque a toda la población.

Común denominador

Se espera que participen en el foro social europeo unas 20 mil personas, pertenecientes a grupos muy diversos. Éstos abarcan desde grandes sindicatos hasta organizaciones eclesiásticas, pasando por agrupaciones marxistas e iniciativas sociales. En vista de su diversidad se plantean dudas acerca de si lograrán encontrar un común denominador. Quizá en previsión de esas dificultades no se ha previsto emitir una declaración final conjunta.

Lo que sí está claro es que los organizadores no escogieron por casualidad a Italia como sede de la conferencia. Recordando los enfrentamientos que se produjeron entre la policía y manifestantes en Génova, en el 2001, pretenden ahora emitir una señal política. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha anunciado por su parte un refuerzo de los controles de fronteras y de la presencia policial durante estos días. Porque en Florencia no sólo habrá debates, sino también manifestaciones. Se espera que a la del sábado acudan unas 100 mil personas.