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La pandemia exige mucho más espíritu comunitario

Kay-Alexander Scholz
30 de septiembre de 2020

Muchos todavía no parecen entender los riesgos de la pandemia de COVID 19. Ni siquiera la política lo logra. Pero aún, así debe intentarse, opina Kay-Alexander Scholz.

La canciller y representantes de los estados federados hoy en Berlín
La canciller y representantes de los estados federados hoy en BerlínImagen: Kay Nietfeld/dpa/picture-alliance

La renuncia es una vieja virtud alemana. Pero prescindir de algo también puede aprenderse. ¿Por qué justo en plena pandemia, un grupo de mayores especialmente vulnerables de Turingia tiene que tomar un autobús para viajar a Praga, en donde abunda el número de casos positivos? De regreso a casa, muchos dan positivo de coronavirus.

¿Tiene la gente que visitar los restaurantes y las cervecerías del centro de Berlín sin guardar la distancia?  Ahora, justo el centro de la capital alemana es una zona de alto riesgo. ¿Hay que celebrar grandes fiestas de boda ahora mismo, cuando unos días después docenas de ellos tienen que aislarse en cuarentena obligada?

¿Qué es lo que es apropiado para los humanos?

El omnipresente riesgo de contagio no parece haber alcanzado a convencer a algunos todavía. Quieren hacer su vida como si no pasara nada. Pero el lema debería ser: mantén la distancia, reduce los contactos fuera de tu casa, no celebres hasta desmayar.

El coronavirus nos ha enseñado: nos acercamos mucho y con demasiada frecuencia. En modernas oficinas, en trenes abarrotados, con miles de otros en un crucero. En el caso de animales, se habla de una cría apropiada a la especie. ¿Qué es lo que es apropiado para los humanos? La historia de las pandemias ha demostrado una y otra vez: cuando la higiene es deficiente y la gente vive en lugares demasiado concurridos, los virus y las bacterias tienen buenas oportunidades de matar.

"Más mascarillas, fiestas más pequeñas, menos alcohol"

Así que ahora la política quiere tomar contramedidas -relativamente suaves- y sobre todo adaptadas a la región. Tras una reunión de Angela Merkel con los jefes de los estados federados se recomiendó limitar el número de invitados a las fiestas, así como prohibiciones selectivas de la venta de alcohol y los horarios de cierre. Los dueños de restaurantes deben pagar una multa si en la lista de contactos obligatoria de asistentes aparecen nombres falsos. Si las cifras de infectados aumentan demasiado en un lugar -ahora hay dos límites- la recomendación es: más mascarillas, fiestas más pequeñas, menos alcohol, como resumió el primer ministro de Baviera, Markus Söder. Después de todo, la pandemia no es un asunto privado.

Kay-Alexander Scholz, de DW

Es bueno que no haya nuevas regulaciones a nivel nacional. La incidencia de la infección es demasiado variada. Pero la pregunta sigue siendo: ¿quién va a controlar todo esto? Ya hay una escasez de personal en todas partes. Y pensando más adelante: ¿Realmente queremos un Estado que nos observe y castigue a todos y por todo?

Una cuestión de responsabilidad personal

"Al final, es importante no perder la confianza y seguir motivando", aconsejan los científicos de la Academia alemana de las ciencias naturales Leopoldina. El éxito de la contención de la pandemia depende de que las medidas de protección conocidas puedan aplicarse de manera aún más sistemática que antes.

Los políticos por sí solos no pueden asumir esta carga. Eso lo recalcó la Canciller, Anegla Merkel. Las señales y mensajes de la política sólo pueden funcionar, dijo Merkel, si existe la voluntad de seguir las reglas y hacer una contribución propia. ¡Cuán cierto! La alternativa sería un nuevo cierre, y nadie quiere que eso suceda.

(jov/cp)

 

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