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La Pasión, un género de pura cepa

Mirra Banchón (15.03.2004)26 de marzo de 2004

"La Pasión" de Mel Gibson no es bien vista por las Iglesias alemanas. El motivo: su brutalidad, antisemistismo y superficialidad teológica. Un análisis de la película como obra de género, echa otra luz sobre ella.

Jarreth Merz, en el papel de Simón de Cirene, ayuda a Jim Caviezel, Jesucristo.Imagen: AP

La película de Mel Gibson "La pasión de Cristo" se estrena esta semana en Alemania. Ya antes de su estreno y haciéndose eco del gran revuelo que ha causado en Estados Unidos -en donde se estrenó el miércoles de ceniza-, las Iglesias alemanas habían puesto el grito en el cielo calificándola de brutal y plana, carente de toda profundidad teológica.

Un no al antisemitismo

De antisemita y de provocar antisemistismo también se la acusa, un cargo que en el país del Holocausto entra en la categoría de los pesos más pesados. Imperdonable es, a los ojos de los críticos eclesiásticos, la ignorancia de Gibson, pues el nazismo sentó sus bases precisamente sobre el antisemitismo cristiano. Las iglesias alemanas, conscientes de ello, asumen su responsabilidad histórica, y consecuentemente se oponen a toda manifestación del fenómeno del antisemitismo, por mínima que ésta sea.

Un `Misterio´medieval

Aquí se trata de "Una `Pasión´ que se ha realizado utilizando las técnicas de nuestro tiempo", es el juicio del filólogo de la Universidad de Stanford, el catedrático alemán Hans Ulrich Gumbrecht, especialista en la historia del género hispánico de los "Misterios de Nuestro Señor" -un género teatral muy popular desde la Edad Media. En el largometraje de Gibson, Gumbrecht reconoce los tres elementos que caracterizan al género.

El foco en el Viacrucis

En primer lugar, según el gusto de la época, para los `misterios´ se ponía en escena episodios escogidos del martirio de Jesucristo, tomados de los cuatro evangelios. Se incluía también pasajes de la resurrección ; elementos de las tradiciones apócrifas eran más bien la excepción. Visto así, los elementos no bíblicos de la película de Gibson -tales como el demonio andrógino, el cuervo que ataca al mal ladrón- calzan perfectamente en el cuadro. La intensidad de los efectos visuales, en realidad, no hace acopio de toda la técnica moderna posible; y la brutalidad de la que la acusan estaba presente ya en el género desde sus orígenes.

Producto de una sociedad

Imagen: AP

En segundo lugar, de acuerdo a cada momento histórico, las fobias, obsesiones e intereses de la sociedad en la que se gesta la obra salen a relucir, también el antisemitismo de la Edad Media española. La película de Gibson, así Gumbrecht, no es más ni menos antisemita que los evangelios mismos, escritos en la segunda mitad del siglo I, en donde el cristianismo era la nueva religión que contrastaba a Jesús y sus discípulos con los Sumos Sacerdotes y su Consejo. Esta es la iconografía que la película toma directamente, opina el experto, la fuente es la misma tradición cristiana y sus Evangelios, no una documentación histórica.

Por último, este género estaba pensado para creyentes, para conocedores de la historia y el Viacrucis de Cristo; su función no era convencer ni lograr nuevos adeptos, tampoco presentar polémicas teológicas. También en este punto, Gibson logró un `misterio´ de la más pura cepa. Pues, según declaró, la película es una prueba de su credo.

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