La paz fecunda”, primera parte. Así hemos titulado este capítulo de la serie “Músicas de guerra y paz”: grandes obras de la música clásica que DW les ofrece en versiones excepcionales.

“La paz fecunda” alude a dos compositores que vivieron tiempos de paz relativa: Brahms y Mahler. Ambos libraron otras batallas, pero esa es una cuestión relativa a sus respectivas trayectorias personales. Brahms, el perfeccionista; Mahler, el expresionista: dos ejemplos de compositores especialmente dotados para la música sinfónica, que no pueden diferir más en estilo y concepción de la forma.

Las sinfonías de Brahms, un ciclo maduro

Con su Tercera Sinfonía Brahms alcanzó un nivel de coherencia a gran escala nunca logrado antes por el compositor. Su ciclo sinfónico maduró como el buen vino en barrica. El compositor necesitó tiempo hasta abordar la primera de ellas: la sombra del monumento sinfónico beethoveniano era demasiado alargada. Una vez se puso manos a la obra, dejó espacios de tiempo entre la redacción de una y otra, con lo que pudo reflexionar su concepción sobre el género sinfónico antes de abordar cada una de ellas.

La Tercera es una de las más conocidas de Brahms por su tercer movimiento, utilizado en numerosas películas y anuncios publicitarios. Se trata de un Poco Allegretto rebosante de melancólico lirismo que ha inspirado toda suerte de comentarios laudatorios. Brahms dividía su tiempo entre la etapa de invierno, que dedicaba a la vida social y de conciertos, y el período estival, en el que se alejaba de la ciudad y se refugiaba en el campo, donde encontraba la inspiración para componer. La Tercera Sinfonía de Brahms fue estrenada en 1883 con gran éxito de público.

Mahler vocal

El oyente suele llegar a las canciones de Mahler cuando ya ha pasado por sus sinfonías. Quien ha sufrido ese proceso, suele quedar enamorado de los ciclos de lieder del compositor, como El muchacho de la trompa maravillosa. Mahler se inspiró en la lectura de un texto homónimo publicado a principios del XIX, que recopilaba unos quinientos relatos y poemas germanos procedentes del folclore. Quedó encandilado por aquellas historias y compuso 22 lieder basándose en ellas.

De ellos, suenan tres en este capítulo. El primero se titula “Verlorene Mühe” (Esfuerzos inútiles). El título alude a una joven campesina que trata de seducir a un joven que trabaja en el campo mediante una seductora canción. Sus esfuerzos son en vano y la música refleja la tristeza de la muchacha al advertir su fracaso. "Das Irdische Leben” se titula el siguiente. Se trata de un lied amargo, sobre un muchacho que tiene hambre y pide pan a su madre. Cuando finalmente ella puede dárselo, el pequeño yace muerto en su ataúd.

Por último suena “Rheinlegendchen” (Leyenda del Rin), que narra las peripecias de una joven que, disgustada porque su amado ha de marcharse, tira al Rin el anillo que este le ha regalado para que lo recuerde. El anillo acaba en el estómago de un pez y este a su vez en el plato del Rey, que manda llamar a la propietaria. Por medio de esta peripecia, ambos amantes vuelven a reunirse.

Autora: María Santacecilia
Editor: Enrique López

Johannes Brahms (1833-1897)
Sinfonía n° 3 en Fa Mayor opus 90
Orquesta de Cámara Mahler
Daniel Harding, director
Grabado por DW el 21 de mayo de 2011 en la Philharmonie de Essen

Gustav Mahler (1860-1911)
Tres canciones de El niño de la trompa maravillosa:
“Trabajos de amor”, “La vida terrenal”, “La leyenda del Rin”
Mojca Erdmann, soprano
Orquesta de Cámara Mahler
Daniel Harding, director
Grabado por DW el 24 de mayo de 2011 en el Auditorio de Dortmund

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