La prensa en alemán prestó atención a distintos temas de América Latina, pero centró especialmente su mirada en dos de ellos: los efectos del atentado fallido contra la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, y los resultados del plebiscito constituyente de Chile y el significado que tiene la contundencia del triunfo del rechazo para la centroizquierda en general.

El corresponsal del Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) en Sudamérica, Tjerk Brühwiller, reportó sobre la intención del Gobierno de Alberto Fernández de impulsar una ley que regule la incitación al odio tras el intento de asesinato de la vicepresidenta argentina. "Y el gobierno no oculta a quién podría apuntar esa ley”, escribe Brühwiller, señalando que la portavoz del Ejecutivo, Gabriela Cerruti, había mencionado a "periodistas con nombre y apellido” que jugarían un papel clave en la "construcción del odio”.

El sitio web del canal público alemán ZDF, en tanto, elaboró un perfil de Cristina Fernández. Tobias Käufer, el autor de la pieza, señala que CFK es la "alfa” de la manada política del país sudamericano, a la vez que explica que "sus críticos consideran que la abogada, que se convirtió en multimillonaria durante su mandato, es completamente corrupta, mientras que sus seguidores la ven como la legítima heredera de la legendaria Evita Perón”.

 

El rechazo de la nueva Constitución en Chile

Otros medios, como Der Spiegel, NTV y Stern publicaron notas sobre la investigación que realizan las autoridades tras el fallido magnicidio. Sin embargo, la prensa en alemán se sintió particularmente atraída por el fracaso de la propuesta constitucional chilena, una que medios como el FAZ habían calificado, antes de las votaciones del domingo 4 de septiembre, como "un ejemplo para el mundo”.

Anne Herrberg, corresponsal de ARD en Sudamérica, explicó que "la nueva Constitución debía reconstruir Chile desde cero, convirtiendo al país en un Estado de bienestar donde se fortalecerían los derechos de las mujeres y la protección del medio ambiente”. Sin embargo, añade, a pesar de la paridad de género, la verdad es que la Convención Constitucional "no fue una muestra representativa de la sociedad chilena”, y "los críticos dicen que la propuesta era poco más que una lista de deseos de la izquierda”.

Georg Diez, de taz, optó por una mirada más optimista del resultado, una que valora la voluntad de cambiar lo establecido, donde la "imaginación se liberó del pensamiento estrecho de las últimas décadas”. Agrega que el proceso "ha demostrado que hay una izquierda nueva, diferente, abierta, que sabe acercar los diversos temas a la ciudadanía y desarrollar nuevos planes de vida política, integral y humana”. Y cita a The Economist, un medio muy socorrido por la prensa chilena: esa revista "publicó textos horribles con imágenes de disturbios” para buscar desacreditar el borrador, asegura.

Detlef Nolte, en Tagesspiegel, apuntó que la solución a las protestas de octubre de 2019 había sido ejemplar, destacando la salida política y la creación de un cuerpo constituyente paritario, que incluso consideró escaños reservados para los pueblos originarios. "El proyecto presentado tiene, de hecho, muchos elementos innovadores en materia de derechos sociales, de las mujeres, de pueblos indígenas, protección de las minorías y del medio ambiente”, señala, pero afirma que la enorme cantidad de artículos del borrador lo hacía vulnerable a ataques de distintos frentes.

Nolte, asimismo, dice que en cierta medida la ciudadanía veía el debate constitucional muy alejado de la realidad cotidiana, donde la alta inflación y la delincuencia afectan directamente a los chilenos, y que esto habría llevado a muchos a votar rechazo.

(ers)