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La prensa en alemán: la COVID-19 y Bolsonaro, Ortega y Trump

17 de abril de 2020

En la prensa de Alemania se comenta la actitud de ciertos presidentes de Latinoamérica y de Estados Unidos ante el coronavirus.

Brasilien | Coronavirus
Un trabajador voluntario desinfecta una estación pública de autobuses en Curitiba, BrasilImagen: Getty Images/AFP/D. Castellano

Angélica Freitas escribe en el Tagesspiegel sobre la respuesta de Jair Bolsonaro a la pandemia de coronavirus: "'Es solo una simple gripe' o 'todos moriremos alguna vez'. Estos son los comentarios del presidente brasileño, Jair Bolsonaro. Él ha negado la pandemia desde el principio. A pesar de las recomendaciones de las autoridades sanitarias brasileñas e internacionales, insiste en dar la mano en la calle (…)". 

En el artículo, Freitas se pregunta por qué Bolsonaro no pide un crédito para ayudar a la población es estos momentos: "El presidente brasileño no quiere disgustar a su electorado (los empresarios que financiaron los engaños de WhatsApp durante la campaña y que contribuyeron al éxito electoral de Bolsonaro). Por eso, él insiste en que los trabajadores vuelvan a producir". 

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El coronavirus, buena oportunidad para los tiranos

El diario DIE ZEIT publica un artículo sobre las estrategias de ciertos países contra el coronavirus: "La pandemia de coronavirus ofrece buenas oportunidades para los tiranos y aquellos que quieren convertirse en uno. Los peligros reales se convierten en pretextos para debilitar la separación de poderes, eliminar la oposición, calificar a las minorías como chivos expiatorios, regular los medios de comunicación y concentrar los poderes soñados en el Ejecutivo. Los ejemplos de tales efectos de 'peso muerto' son abundantes en estos días: en India, Brasil, Egipto. Pero también en nuestros vecinos, en Polonia o Hungría. En un estado de emergencia, los Estados sin poderes (o con una separación limitada de poderes) parecen inicialmente tener una ventaja. Los que están en el poder no solo tienen que soñar con gobernar como sus contrapartes en las democracias liberales, sino que no tienen rival en su capacidad de actuar. El virus refuerza una tendencia autoritaria que existía ya antes de estallar, incluso en algunas democracias, donde los presidentes ahora se inflan con retórica bélica. Sin embargo, vale la pena prestar atención a los contramovimientos visibles en estos días. Donald Trump se enfrenta a la resistencia de numerosos estados. El presidente de Nueva York, Cuomo, dijo que el presidente no tenía "autoridad total", ni siquiera en la emergencia actual: primero había dudado demasiado para dictar pautas para cerrar la economía, ahora quería reanudar la actividad del país prematuramente. Los gobernadores cerraron escuelas y negocios cuando Trump restó importancia al virus. Ahora se oponen al presidente, porque temen por la vida de sus ciudadanos si Trump pone fin al cierre demasiado pronto (…). Los gobernadores también se rebelan contra el presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien denominó la pandemia como "pequeña gripe". Estos piden a los habitantes de sus estados que no sigan al presidente".

Nicaragua "no parece escuchar ninguna advertencia"

En el Süddeutsche Zeitung se comenta la ausencia del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y la carencia de medidas ante el coronavirus: "Ortega ni aparece en televisión, ni en eventos ni incluso en el funeral de un compañero cercano. Los nicaragüenses se preguntan ahora dónde está su presidente: ¿en la cama, en cuarentena o en el más allá? (…) El régimen en Managua se enfrenta a un nuevo enemigo: la COVID-19. Actualmente hay siete casos confirmados oficialmente en Nicaragua; una persona ya murió como resultado de la infección. A diferencia de la mayoría de los Gobiernos del mundo, el Gobierno de Nicaragua prácticamente no ha tomado ninguna medida para frenar la propagación de la enfermedad. Sin embargo, el Gobierno no parece escuchar ninguna advertencia. En cambio, el país seguirá siendo comercializado como una atracción turística. Ha comenzado un programa integral para las vacaciones de Pascua, que incluye elecciones de reinas de belleza y conciertos, pero también peregrinaciones y procesiones. (…) Los que pueden permitírselo se quedan en casa. Algunos creen que Daniel Ortega está en un hospital, otros sospechan un golpe de marketing: el gobernante de Nicaragua quiere hacerse el interesante con su ausencia, para aparecer luego en Pascua, resucitado e inmortal". (few)

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