No le bastó con apagar a sangre y fuego las protestas sociales, ni con encarcelar a cientos de jóvenes por ejercer el derecho a la protesta. Daniel Ortega y Rosario Murillo necesitaban ir más allá, opina Yoani Sánchez.
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En este diciembre de 2018 la policía nicaragüense asaltó las oficinas del diario Confidencial y de los programas de televisión Esta Semana y Esta Noche, en un intento de acallar a los cronistas de un país en donde la libertad de expresión lleva años en serio peligro.
¿Por qué ese zarpazo contra los medios? ¿Qué sentido tiene arremeter contra los periodistas y ganarse la unánime repulsa del gremio a nivel internacional? En parte, porque no hay nada más incómodo para un régimen autoritario que el reporte concienzudo de sus excesos, la puntual información de sus tropelías contra la población.
El reportero es para los tiranos como el enemigo público número uno, en tanto tiene la capacidad de poner por escrito esos detalles de la realidad que el palacio de Gobierno quisiera barrer bajo la alfombra y ocultar de las miradas. Es el testigo incómodo dispuesto a difundir lo que algunos quieren que nunca se sepa.
Ahora, con esta vuelta de tuerca, el orteguismo ha entrado en una nueva fase represiva. En esta etapa, su aparato de control se enfoca en desarticular cualquier vestigio de independencia que le pueda quedar a la sociedad civil. Por eso están en el centro de su acometida las organizaciones no gubernamentales, los grupos cívicos y los periódicos. Todo lo que pueda servir para que los ciudadanos unan esfuerzos y se mantengan al tanto de lo que ocurre será eliminado o, al menos, así lo intentará el otrora guerrillero devenido tirano.
De ahí que sea tan importante la solidaridad de otros medios de prensa y profesionales de la información en cualquier lugar del mundo y especialmente en América Latina. Allanar una redacción y llevarse los útiles de trabajo de un diario es como amordazar a miles de personas en un segundo, como cerrar cientos de gargantas para que no se expresen. En todos los diarios y televisoras de esta región el mundo, esta semana deberíamos llevar luto por nuestros colegas nicaragüenses y también hacer sentir la indignación por el peligroso paso que ha dado Ortega.
Pero, sobre todo, en cada medio digital, periódico impreso, revista o canal televisivo debemos recordar que en las imperfectas democracias latinoamericanas -e incluso en los países que en esta parte del mundo siguen bajo un autoritarismo- la prensa ha sido un pilar importante para dar voz a la gente y narrar los desmanes de las autoridades. Las frágiles repúblicas que nacieron tras las guerras de independencia y las libertades que se restituyeron tras las dictaduras militares hubieran sido mucho más efímeras sin la labor de los profesionales de la prensa.
(jov)
Nicaragua, 39 años de una revolución extraviada
Daniel Ortega evocó este 19 de julio el aniversario 39 de la revolución contra el dictador Anastasio Somoza en 1979. Pero ante el asesinato de cientos de manifestantes, el sandinismo ha degenerado en salvajismo.
Imagen: picture-alliance/AP/C. Venegas
Masaya: del júbilo al lamento
La vicepresidenta Rosario Murillo recordó "el triunfo de la revolución". Nicaragua está en una crisis que ha dejado centenas de muertos en protestas contra el régimen de su esposo, Daniel Ortega, otrora guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Aquí el entierro del estudiante de ingeniería Gerald Vásquez, asesinado en Managua.
Imagen: picture-alliance/AP/A. Zuniga
Masaya: "Territorio libre de dictador"
El "repliegue" es una fiesta fundamental del sandinismo, que conmemora la estrategia clave que sirvió para derrocar a Somoza. Esta sería la primera vez desde 1980 que el oficialista FSLN no hace el recorrido de casi 30 kilómetros desde Managua hasta Masaya, encabezado por Ortega. Masaya declaró a su ciudad "territorio libre del dictador", en referencia a Ortega.
Imagen: Reuters/J.C. Ulate
Ortega y la represión
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de ONU para Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Daniel Ortega de graves crímenes: asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, tortura y detenciones arbitrarias. Aquí, Daniel Ortega con escuadra de ataque contra masivas manifestaciones de protesta comenzadas el 18 de abril.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/C. Venegas
Dictador, por tradición
Anastasio Somoza, nació en León el 5 de diciembre de 1925. Fue presidente de Nicaragua de 1967 a 1972, y de 1974 a 1979. Fue el último miembro de la dinastía Somocista, luego de su padre y hermano, que ejerció el poder dictatorial en Nicaragua desde 1934. Ante la presión de la revolución sandinista, se fué al exilio a Asunción, Paraguay, en donde fué asesinado el 17 de septiembre de 1980.
Imagen: picture-alliance/dpa
Revolución sandinista: ¿En dónde quedaron los ideales?
La revolución liderada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (llamado así en memoria de Augusto César Sandino) puso fin a la dictadura de la familia Somoza. Derrocó al tercero de los Somoza, Anastasio Somoza Debayle, sustituyendo su régimen por un gobierno democrático de perfil de izquierda progresista.
Imagen: picture-alliance/dpa
Una oportunidad de oro tirada por la borda
El nuevo gobierno de Nicaragua estaba impulsado por fuerzas socialdemócratas, socialistas, marxistas-leninistas y de la Teología de la Liberación. La idea de introducir reformas socioeconómicas y políticas del Estado, incluyendo la sanidad, la educación y reparto equitativo de la tierra, cautivó a muchos, dentro y fuera del país. Fidel Castro, aquí con Daniel Ortega, fue uno de sus impulsores.
Imagen: Imago/ZUMA Press
Cáfe de Nicaragua, símbolo de la solidaridad alemana y el "comercio justo"
Fueron miles los jóvenes alemanes que creyeron en lo bueno de derrocar una dictadura e instaurar un Estado de derecho con justicia social. Mientras el gobierno social-liberal del canciller Helmut Schmidt proporcionó millonarias ayudas a Nicaragua, el extinto Helmut Kohl las congeló en 1983, pero reactivó la cooperación para el desarrollo sin exigir elecciones libres.
Imagen: GEPA
Daniel Ortega, el eterno candidato del FSLN
El 4 de noviembre de 1984 se celebraron elecciones, no exentas de polémica y con el boicot de partidos de la oposición, en las que el candidato del FSLN, Daniel Ortega, obtuvo el 67% de los votos y el FSLN fue el partido mayoritario en el Parlamento con 61 escaños de un total de 96. Estás elecciones legitimaron, según algunos observadores extranjeros, al gobierno sandinista.
Imagen: Imago/Xinhua
Cardenal y el experimento de la Teología de la Liberación
Un rasgo propio de la Revolución Sandinista, además de la lucha marxista, fue el papel de la Teología de la Liberación. La salvación material de los pobres fue antepuesta a la espiritual. Predecesor del movimiento en Nicaragua fue monseñor Octavio José Calderón y Padilla, critico de las injusticias de los Somoza. Ernesto Cardenal y Fernando Cardenal dieron forma al movimiento católico liberador.
Imagen: Imago
Los "contras", Violeta Chamorro y la injerencia estadounidense
La oposición armada fue organizada por Estados Unidos, que formó la llamada "contra" y hundió al país en una guerra civil. El FSLN perdió las elecciones de febrero de 1990 frente a la Unión Nacional Opositora, presidida por Violeta Chamorro, apoyada por Washington. Aquí, con el canciller Helmut Kohl el 19 de febrero de 1991 en Bonn. Con su gobierno terminó el llamado "período revolucionario".
Imagen: picture-alliance/dpa
Los Ortega - Murillo
José Daniel Ortega Saavedra nació en La Libertad el 11 de noviembre de 1945. Su primer mandato fue entre 1979 y 1990, retomándolo en 2007. Su partido, el FSLN, es acusado de cometer múltiples fraudes electorales. Rosario Murillo es esposa y vicepresidenta. La pareja gobierna con mano dura en un mundo de esoterismo, sectarismo neopentecostal y dictadura.
Imagen: Getty Images/AFP/I. Ocon
Amnistía Internacional: el Gobierno de Ortega "dispara a matar"
Así concluye un informe de Amnistía Internacional, en voz de una activistas de derechos humanos, la nicaragüense Bianca Jagger. Según AI, el Gobierno de Ortega está implementando “una estrategia de represión violenta contra las protestas sociales que se registran desde abril a la fecha".
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Herrera
Con la ayuda de Chávez, de Maduro y el petróleo de los venezolanos
Ortega es el principal aliado político y económico del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Centroamérica, y lo fue de su predecesor, el fallecido Hugo Chávez. Según el Banco Central nicaragüense (BCN), mientras en el primer semestre de 2016 la ayuda venezolana fue de 172,1 millones de dólares, en el mismo espacio en 2017 solo alcanzó los 63,5 millones. La mayoría son préstamos petroleros.
Imagen: DW/A. Saez
18 abril: se inician las protestas pacíficas
Unas 60 personas que protestan contra una reforma al seguro social son atacadas con piedras y tubos por pandillas del régimen de Daniel Ortega y su mujer. Incidentes similares se extienden a todo el país. Daniel Ortega deroga la polémica reforma y acepta dialogar, pero rechaza "cesar la represión". No se vislumbra un fin. Naciones Unidas ha pedido elecciones anticipadas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Zuniga
Masaya: ciudad de las flores y los ataques de las pandillas de Ortega
Masaya está a 27 km de Managua. La Ciudad de las Flores es ahora escenario de ataques a periodistas, prelados y manifestantes. El nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag y el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez ,fueron golpeados por pandillas oficialistas. Allí se conmemora el Repliegue, una marcha para recordar la masacre de la Guardia somocista contra civiles y sandinistas en 1978.