La propaganda de la TV rusa
31 de agosto de 2015Cuando Angela Merkel, Francois Hollande y Petro Poroshenko se reunieron recientemente en Berlín, en el día de la independencia ucraniana, el canal de televisión Rossija (Rusia) mostró al comienzo del reporte a un hombre que, a la llegada del presidente de Ucrania, gritó: “Poroshenko es un fascista”. No se explicó quién era el hombre en cuestión. Pero la imagen encaja en la forma en que informa la TV rusa. Casi a diario se habla allí de los supuestos fascistas de Ucrania.
Sesgo propagandístico
“La propaganda afirma que han llegado al poder en Ucrania nacionalistas, ultranacionalistas y radicales, que amenazan a los rusos en el este del país, razón por la cual los gobernantes de Rusia tienen el deber de defenderlos”, señaló el sociólogo Lev Gudkov en una entrevista concedida a DW en 2014. Esas palabras siguen teniendo vigencia. Las imágenes de la TV rusa sobre la guerra en Donbass suelen ser brutales, pero solo muestran disparando al ejército ucraniano. Los disparos de los separatistas son ignorados, a menos que se los muestre como protectores de la población.
También es típica la línea antiestadounidense de la TV. Por lo general se culpa a Estados Unidos de todos los males. Países como Alemania y Francia, que han aplicado sanciones contra Rusia, son considerados fieles seguidores de Washington. En tanto, Rusia, sus soldados, y sobre todo su presidente, son alabados con patriotismo.
La maquinaria propagandística rusa parece cumplir su cometido. De acuerdo con una encuesta del instituto demoscópico independiente Lewada, con sede en Moscú, cerca de la mitad de los rusos piensa que su televisión entrega “muchas informaciones útiles y objetivas”. Uno de cada cinco, considera que la TV “muestra una imagen completa y objetiva de los acontecimientos”. El resultado del sondeo, realizado en agosto, no sorprende a Christian Mihr, director de la sección alemana de Reporteros sin Fronteras. “Rusia debe ser preparada para la guerra y los medios desempeñan un papel importante en eso”, indica. De acuerdo con un sondeo de la Fundación para la Opinión Pública (FOM), de junio de 2015, la televisión es la principal fuente de información para caso el 90 por ciento de la población rusa.
Algunos ejemplos
En la línea del Kremlin, las noticias califican al cineasta Oleg Sentsov de “terrorista”. Se le acusó de haber incendiado la oficina de un partido prorruso en Crimea y de planear dinamitar una estatua de Lenin en Simferópol, por lo que fue condenado a 20 años de cárcel. Organizaciones internacionales de derechos humanos lo consideran un preso político. Sentsov negó los cargos y reportó torturas en prisión. Nada de eso se menciona en el informe de Rossija.
Ina Ruck, ex corresponsal de la TV alemana en Rusia, indica que “la televisión estatal rusa habla abiertamente de ‘guerra informativa', y la propaganda agrega lo suyo (…) Se lanzaron tantas teorías sobre el derribo del MH17, que los enervados lectores finalmente no dan crédito a ninguna”.
Reporteros sin Fronteras emitió hace dos años un informe titulado “El Kremlin en todos los canales: cómo el Estado ruso maneja la televisión”. Según Christian Mihr, “desde entonces la propaganda se ha vuelto aún peor en la TV rusa”. Los grandes canales de alcance nacional pertenecen entretanto al holding mediático estatal o a oligarcas y empresas cercanas al Kremlin. Este financia también la emisora internacional, “RT”, con programas en diversos idiomas. Según Mihr, ya no existe ninguna voz realmente independiente, con excepción de la estación Dozhd (Lluvia). Pero ese canal solo se puede ver por internet, desde que fue retirado de los grandes programas de cable en 2014.