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La radiación cósmica determina el clima

29 de noviembre de 2011

El calentamiento global está en boca de todos. ¿De verdad está causado por los gases de efecto invernadero? Hay científicos que lo niegan, argumentando que el origen del cambio climático está en la radiación cósmica.

El profesor Jan Veizer, de la Universidad de Ottawa
El profesor Jan Veizer, de la Universidad de OttawaImagen: DW

Postulan lo siguiente: son sobre todo el sol y la radiación cósmica, procedente de la explosión de estrellas en nuestra galaxia, los factores que más influyen sobre el clima en la tierra. Diversos científicos, convencidos de ello, se reunieron en Múnich el pasado 25 de noviembre, en el marco de la 4ª Conferencia sobre el Clima y la Energía, para presentar los resultados de sus investigaciones.

Esto científicos ponen duda el hecho de que el aumento de dióxido de carbono sea el principal causante del calentamiento global, tal y como asegura la Agencia para el Clima de la ONU. Para ellos, la causa estaría en una compleja serie de factores. De lo que sí están seguros es de que la cantidad de radiación cósmica que se encuentra en la atmósfera terrestre depende de la actividad solar.

El sol protege la tierra

“Estamos protegidos por el campo electromagnético del sol, la llamada heliosfera, y por el campo magnético de la tierra”, explica Jan Veizer, profesor de Geoquímica de la Universidad de Ottawa.  Cuando la actividad solar es intensa, la heliosfera elimina más radiación cósmica. “En cambio, cuando es débil, no solo se enfría la tierra, sino que la protección ante la radiación cósmica disminuye”, dice Veizer.

Al entrar en la atmósfera, la radiación cósmica produce determinados isótopos de carbono y de berilio, que los investigadores pueden medir a partir de sedimentos y cristalizaciones. De esta manera, pueden realizar el seguimiento de la intensidad solar a lo largo de 10.000 años. De la misma forma, pueden conocer cuál es la concentración de CO 2 en la atmósfera.

El clima cambia, el dióxido de carbono permanece 

Veizer compara estos datos con las temperaturas de los últimos 10.000 años. De esta manera, puede establecer una relación directa entre la actividad solar y la temperatura. El CO2 de atmósfera se encontraba en niveles reducidos en la era preindustrial sin experimentar variaciones, al contrario que el clima. No se puede afirmar que haya una relación causal entre la concentración de dióxido de carbono y el dramático cambio climático durante el curso del presente milenio. 

Mucho más decisivo que el dióxido de carbono para el clima es la humedad y la formación de nubes, según Nir Shaviv,  astrofísico de la Universidad de Jerusalén. Los cálculos que habitualmente lleva a cabo la Agencia para el Clima de la ONU establecen una correlación entre el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera y nuestra producción energética. El fallo de este modelo, critica Shaviv, es que no puede precisar en qué medida el clima es sensible a la producción de energía.     

El profesor Henrik Svensmark en la Conferencia sobre el Clima y la Energía de MúnichImagen: DW

La gran pregunta es: ¿cuál es la sensibilidad climática de  la tierra? Si se conociera la respuesta, podría predecirse lo que sucedería durante el siglo XXI al estar expuesta a una cantidad determinada de emisiones. Según Shaviv, se podría determinar cuánta emisión es necesaria para que se produzca un aumento de la temperatura. En la práctica, esto resulta imposible. No puede saberse cómo la capa nubosa varía dependiendo de la temperatura y de los niveles de saturación de la humedad, por lo que es imposible llegar a respuestas concluyentes sobre la sensibilidad climática.

Mucho sol, menos nubes

Las investigaciones del Centro para el Sol y la Investigación sobre el Clima de Dinamarca han confirmado la relación entre la radiación cósmica y la humedad.  Según sus estudios, la radiación cósmica tiene un efecto directo sobre la formación de nubes.  “Cada vez que varía la radiación cósmica, se produce un cambio climático“, explica el físico Henrik Svensmark, que ha descubierto que el efecto ionizador de la radiación cósmica es el desencadenante decisivo. 

Con un experimento en el acelerador de partículas de Aarhus, Svensmark demostró sus suposiciones. Después las vio nuevamente confirmadas a través de los resultados de un proyecto de investigación diferente, llamado CLOUD, que lleva a cabo el Instituto de Investigacion Nuclear CERN de Ginebra. En la atmósfera real, también pudieron observarse estos procesos físicos. Según Svensmark, el desarrollo de la intensidad  de la radiación cósmica  dio comienzo tras una enorme explosión en la superficie solar. 

Autor: Fabian Schmidt/MS
Editor: Enrique López

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