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La RDA vendía ensayos clínicos en humanos

José Ospina-Valencia (afp, Der Spiegel) 12 de mayo de 2013

Según medios alemanes, consorcios farmacéuticos occidentales pagaron a clínicas de la extinta Alemania oriental para que probaran medicamentos, a menudo sin el consentimiento de los pacientes.

Clínica en la RDA.
Clínica en la RDA.Imagen: picture alliance/dpa/Universität Jena/FSU-Fotozentrum

Hasta la Caída del Muro, en 1989, había en la República Democrática Alemana (RDA) más de 50.000 personas que servían de conejillos de Indias en 50 clínicas del país. Estos pacientes recibían, muchos sin saberlo, sustancias quimioterapéuticas o contra enfermedades coronarias, dice la revista Der Spiegel.

Según la misma publicación, los laboratorios farmacéuticos encargaron unos 600 estudios sobre nuevas sustancias a dichas clínicas en la RDA. Varios de ellos tuvieron que ser interrumpidos, debido a la muerte de las personas que los recibían, dicen actas hasta ahora desconocidas, del ministerio de Salud, el servicio de seguridad Stasi y del Instituto para Fármacos de la RDA.

Experimentos en humanos

Durante el ensayo de “trental”, un medicamento de Höchst, por ejemplo, murieron dos pacientes en Berlín oriental. En la clínica para enfermedades pulmonares de Lostau, cerca de Magdeburgo, también habrían muerto dos pacientes tratados con el antihipertensivo spirapril, de Sandoz.

Igualmente, en la renombrada Clínica Universitaria Charité, de Berlín, la firma Boehringer-Mannheim habría usado eritropoyetina, más conocida como “epo”, una sustancia utilizada maliciosamente con fines de dopaje. Citando las actas, Der Spiegel concluye que “epo fue administrado a 30 bebés nacidos prematuramente”.

Clínica en la RDA.Imagen: picture alliance/dpa/Universität Jena/FSU-Fotozentrum

De otro lado, para Bayer se realizaron ensayos con nimodipin, una sustancia para mejorar la irrigación sanguínea del cerebro. En este caso, fueron alcohólicos en estado de delirio en quienes se probó nimodipin, personas, que debido a su estado, no podían dar su consentimiento.

Divisas, más importantes que la salud

Las firmas farmacéuticas ofrecían a las clínicas de la RDA hasta 800.000 marcos occidentales (D-Mark) por cada estudio clínico. Los gerentes de West-Berliner Schering AG (hoy fusionada con Bayer) habrían ofrecido a la Clínica Universitaria Charité el pago anual de 6 millones de marcos por una serie de experimentos clínicos en personas.

De los protocolos se desprende que las directivas médicas conocían los motivos de los consorcios farmacéuticos, como también los temores de que “la RDA arriesgaba convertirse en un país de ensayos baratos”.

Las empresas involucradas en los ensayos en humanos en la desaparecida RDA le indicaron a Der Spiegel que los casos pertenecen tiempos remotos. Según varias de las mismas firmas, los estudios habrían sido ejecutados guardando los estándares internacionales de la época.

Se presume que hubo dos razones para la realización de ensayos clínicos en la RDA. Por una parte, la necesidad de divisas del país del bloque soviético y, por otra, el hecho de que en Alemania occidental se limitaron los ensayos con una nueva reglamentación a partir de 1978. Ésto, debido a que miles de niños nacieron con malformaciones después de que sus mamás ingirieron contergan durante su embarazo. Contergan es un sedante conocido en América Latina como talidomida.

Lo que aún no se sabe es si las autoridades de Alemania occidental tenían conocimiento de los ensayos que se estaban llevando a cabo en la Alemania oriental.

Autor: José Ospina-Valencia (afp, Der Spiegel)

Editor: Enrique López

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