La realeza británica despide al príncipe Felipe de Edimburgo
17 de abril de 2021
El funeral fue en San Jorge, una capilla gótica del siglo XV situada en el castillo de Windsor, ubicado a 50 km al oeste de Londres. Algunos británicos fueron al lugar a pesar de las medidas del coronavirus.
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El Reino Unido y la reina Isabel II le entregaron el último adiós este sábado (17.04.2021) al príncipe Felipe de Edimburgo, en un sobrio funeral de estilo militar con mascarillas y pocos invitados debido a las medidas impuestas a causa de la pandemia.
Cubierto con su espada, su gorra naval y su estandarte personal, el féretro del duque fue trasladado de mañana por portadores del Primer Batallón de Granaderos -de los que Felipe fue coronel durante 42 años- desde la capilla privada de la familia real a otro salón del castillo.
Preparándose para la procesión, los guardias reales con sus altos gorros negros de pelo de oso y decenas de representantes de otros cuerpos militares se posicionaron, perfectamente alineados, sobre el impecable césped del patio central del castillo mientras sonaban las fanfarrias militares.
Además, esta fue la primera aparición pública del príncipe Enrique, de 36 años, con la realeza desde que él y su esposa Meghan, que no viajó al Reino Unido por estar embarazada, abandonaron sus funciones reales y se fueron a vivir a California. Enrique no caminó junto a Guillermo, de 38 años, con quien las relaciones son tensas. Entre ellos se situará su primo Peter Phillips, alimentando las especulaciones sobre una persistente disputa entre los dos hermanos.
El príncipe consorte, que falleció en Windson el 9 de abril, dos meses antes de cumplir 100 años, fue una presencia constante junto a Isabel II desde que, con solo 25 años, fue coronada en 1952, cuando el Reino Unido se reconstruía tras la Segunda Guerra Mundial y su imperio empezaba a desmoronarse.
Varios británicos llegaron a despedir a Felipe
Debido al coronavirus se pidió a los británicos que no se desplazasen hasta esta pequeña localidad. Aún así algunos decidieron hacer el viajes mientras la mayoría del país seguía el acto por televisión: "Se supone que la gente no debe venir, pero este es un gran evento, único en una generación, el duque era especial así que esperamos a mucha gente", dijo uno de los agentes de seguridad desplegados en las calles de Windsor.
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Al comienzo del oficio se guardó un minuto de silencio. Kaya Mar, un pintor de 65 años que llegó en el primer tren desde Londres con un gran retrato de Felipe bajo el brazo dijo: "Era muy importante para mí estar hoy aquí", aseguró, considerando que "era un buen hombre" y "el país lo echará de menos".
Las exequias de la realeza británica suelen ser de gran envergadura, perfeccionadas durante años y concurridas por monarcas y mandatarios de todo el mundo. Pero las restricciones impuestas por el coronavirus obligaron a modificar los planes para el entierro de Felipe, que se limitará a 30 invitados íntimos con mascarillas y distancias de seguridad, y respetará el marcado estilo militar deseado por el duque, que era oficial de la Marina.
Tras el funeral, presidido por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, el duque fue enterrado en privado en la bóveda real de la capilla San Jorge.
JU (afp, efe)
En fotos: once cosas poco conocidas sobre Felipe de Edimburgo
El príncipe Felipe de Edimburgo pasó más de seis décadas a la sombra de su esposa, la reina Isabel II, con gran lealtad y una propensión a mostrarse poco respetuoso de lo políticamente correcto.
Imagen: Ralph Heimans/Buckingham Palace/AP/picture alliance
Sacrificios para casarse con Isabell II
Felipe tuvo que hacer varios sacrificios para poder casarse en 1947 con la entonces princesa Isabel. Renunció a su título de príncipe de Grecia y Dinamarca para tomar la nacionalidad británica y convertirse en duque poco antes de su boda y en príncipe de Reino Unido en 1957. Era de religión ortodoxa, pero aceptó abandonarla para convertirse en anglicano y, para complacer a su novia, dejó de fumar.
Imagen: Central Press/dpa/picture-alliance
Renuncia a su carrera como oficial de la Royal Navy
Tras la muerte del rey Jorge VI, que propulsó a su joven esposa al trono en 1952, Felipe tuvo que renunciar a su prometedora carrera como oficial de la Royal Navy. Tuvo que aceptar, asimismo, que la familia real, y por lo tanto los hijos de la pareja, no llevasen su apellido, sino el de su esposa. Y aunque aspiraba a ser visto como monarca, debió resignarse a un eterno papel de secundario.
Imagen: Illustrated London News Ltd/Mary Evans Picture Library/picture alliance
Rechazo inicial de la familia real
Isabel II siempre lo describió como su "roca" y su "apoyo", pero la familia Windsor estaba lejos de la satisfacción cuando la joven princesa anunció que quería casarse con él. Según el diplomático y escritor Sir Harold Nicolson, el rey Jorge VI y su esposa lo encontraban "grosero, mal educado y sin modales" y consideraban "que sería probablemente infiel".
Imagen: PA/dpa/picture-alliance
Rey de lo políticamente incorrecto
Su temperamento fue efectivamente volcánico, sin ninguna consideración por lo políticamente correcto, aunque en los últimos años se calmó. "¿Lograron que no los comieran?", preguntó a un joven británico que venía de viajar por Papúa Nueva Guinea en 1998. "Ustedes tienen mosquitos, yo tengo periodistas", dijo en Dominica en 1966. Luego compararía a los periodistas con los monos de Gibraltar.
Imagen: PA Chris Radburn/dpa/picture-alliance
Sin morderse la lengua
En otra ocasión, un niño le confesó que quería ser astronauta, y el duque le respondió que estaba demasiado gordo para volar. Cuando se le preguntó si le gustaría visitar la Unión Soviética, dijo: "Me encantaría visitar Rusia, aunque esos cabrones asesinaron a la mitad de mi familia" (en alusión a la suerte de los Romanov). En la foto, Felipe en la premiación de un torneo de Polo en 1966.
Imagen: Express Newspapers/picture alliance
Allegados alemanes del príncipe
En el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, la aristocracia británica se sentía incómoda con los allegados alemanes del príncipe. Sus cuatro hermanas mayores, casadas con príncipes alemanes cercanos al Reich, no fueron invitadas a su boda con Isabel. En la foto, Felipe de Grecia y Dinamarca de bebé en la década de 1920.
Imagen: London Express/dpa/picture-alliance
"Muévete, repollo"
El apodo cariñoso con que el príncipe se dirigía a su esposa se hizo público en 2006 con la película "The Queen", en la que, cuando se mete en la cama, le dice "muévete, repollo". Esto podría provenir de una traducción de la expresión francesa "mon petit chou" ("mi pequeño repollo"), ya que Felipe vivió siete años en Francia cuando era niño. En la foto, la pareja con el príncipe Carlos en 1949.
Las relaciones con su hijo mayor, Carlos, "nunca fueron especialmente cálidas" y llegaron a su nivel más bajo en 1995, según el semanario "The Mail". Los dos hombres se habrían declarado "la guerra" tras la decisión del duque de talar 63 viejos robles en el parque del castillo de Windsor. El príncipe Carlos, ecologista convencido, habría acusado a su padre de vandalismo, según el diario.
Imagen: PA/dpa/picture-alliance
Un padre duro y frío
A menudo descrito como un padre duro y frío, cuando Carlos era un niño joven y sensible decidió enviarlo al austero pensionado escocés de Gordonstoun, cuyos rigores habrían endurecido al atlético Felipe pero resultaron un verdadero infierno para su hijo. En la foto, la familia real británica visita el Partenón en Atenas en 1964.
Imagen: Bob Haswell/Express/Getty Images
Pasatiempos favoritos
El duque de Edimburgo era conocido por su amor por los caballos y por las actividades ecuestres como el polo y las carreras de carruajes, un deporte en el que compitió para Reino Unido. También le gustaba escribir, pilotar aviones y tenía gran afición por los automóviles. Sin embargo, la pasión del príncipe por la pintura era menos conocida.
Imagen: Chris Radburn/dpa/picture alliance
Pintor entusiasta
Coleccionista de obras de arte, también pintaba él mismo: su obra más célebre es un cuadro de 1965 en que se ve a su esposa leyendo la prensa matutina y titulado "La reina en el desayuno, castillo de Windsor". En la foto, cuadro del príncipe Felipe pintado por el artista de origen australiano Ralph Heimans en el año de su retirada de los compromisos públicos en 2017. (few: afp, efe)
Imagen: Ralph Heimans/Buckingham Palace/AP/picture alliance