Para muchas personas, Jean-Claude Juncker personifica la eurozona. Durante ocho años, desde comienzos de 2013, Juncker presidió las negociaciones del Eurogrupo, la reunión de los 17 ministros de Finanzas de la zona monetaria europea. En su rol de presidente ideó medidas de rescate, recortes de deuda y un sistema de control de los bancos. En opinión de funcionarios diplomáticos de la Unión Europea, Juncker es un mediador ideal que, sin embargo, adolece de dos problemas: tiene una opinión y también la representa.

“No tengo que ocuparme ahora de un asunto que no es importante de momento”. Esa era una de sus respuestas favoritas a las preguntas hipotéticas de los periodistas. Pero Juncker no se ve a sí mismo como mediador, ya que asegura que en el círculo de los ministros de Finanzas de la UE también se debate a viva voz. “Eso no se puede transmitir en vivo”, bromeó en una entrevista.

Escándalo de servicios secretos, en la mira

Las revelaciones en torno a abusos por parte de los servicios secretos de Luxemburgo salpicaron a Jean-Claude Juncker (58), jurista, conservador y primer ministro desde hace 18 años. Este jueves, 11 de julio, Juncker presentará su renuncia, anunciada el miércoles. El Parlamento luxemburgués le reprocha no haberse ocupado eficientemente de las investigaciones para esclarecer los atentados con bombas entre 1984 y 1986. Se está procesando a dos presuntos responsables de dicho atentado, pero aún no se ha podido identificar a sus autores intelectuales.

Juncker rechazó las acusaciones, pero decidió retirarse para evitar un voto de confianza por parte del Parlamento. Al respecto de lo sucedido, el primer ministro dijo que admitía haber tenido que pasar mucho tiempo ocupándose de la crisis de deuda europea, por lo que planeaba volver a ocuparse más de Luxemburgo una vez que se hubiera retirado del Eurogrupo.

“Europa es una mezcla de pragmatismo y entusiasmo”

“Europa es, para mí, una mezcla de pragmatismo y de fuerte entusiasmo y convicción”, señaló Juncker en entrevista con la emisora Phoenix, “pero las convicciones no son nada sin una actitud pragmática. Es decir, que trato de unir a ambas”. Influido por la experiencia de su padre, que fue soldado durante la Segunda Guerra Mundial, Juncker siempre se manifestó a favor de la reconciliación entre los pueblos europeos. Ve a Luxemburgo como una bisagra entre los dos países más poderosos de Europa: Francia y Alemania. “Los luxemburgueses sabemos ciertas cosas sobre los alemanes que ningún francés podría imaginar, y viceversa. Es decir, que sacamos provecho de ambas culturas”.

En Luxemburgo se celebrarán elecciones anticipadas en este otoño boreal, y Jean-Claude Juncker será nuevamente el principal candidato del Partido Social Cristiano. Así lo aseguró el jefe del partido, Michel Wolters: “Por supuesto que Jean-Claude Juncker se presentará nuevamente como candidado”. En caso de que los luxemburgueses no reeligieran a Juncker, el “súper europeo” podría pasar a Bruselas, a la Unión Europea. En 2014 se elegirá al presidente de la Comisión Europea y al del Consejo de la Unión Europea.

Autor: Jannis Papadimitriou /CP

Editor: Enrique López