El montañoso pueblecito de Davos es una vez más el escenario del Foro Económico Mundial. Entre la crema y nata de la economía y la política internacional que se da cita del 26 al 31 de enero en Suiza, Europa está altamente representada por el primer ministro británico, Tony Blair; el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder. De los mandatarios de América Latina sólo asistirá el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva.

El alcance de la responsabilidad

"Asumir responsabilidad ante las decisiones difíciles" es el lema del encuentro de este año. Su fundador, Klaus Schwab, lo explica así: "Queremos que la cúpula directiva mundial recuerde que la responsabilidad en las decisiones tiene que ver con la solución de problemas de base - calentamiento global, África, sistemas sociales. Que la responsabilidad de la toma de decisiones no puede ser delegada a otros, y sobre todo no a la siguiente generación"

Por primera vez desde su creación en 1971, cuando el Foro no era más que un seminario para gerentes del más alto nivel, hubo un cambio de último minuto en el tema de la reunión: por la crisis del sudeste asiático la esfera económica mundial tuvo que revisar sus prioridades.

Unos cien grupos de trabajo -más o menos el 50% del Foro- han sintonizado con el lema. Se trata de abrir espacios de debate sobre las responsabilidades que tienen gobiernos y empresas para construir un mundo económico y empresarial más equitativo, así como para discutir técnicas para la prevención y atención de desastres naturales. El propio Schwab lo resume así: “A partir del 2005 trabajaremos con un nuevo espíritu de solidaridad global”.

La agenda europea

En vísperas de su participación en el Foro de Davos, el presidente francés, Jacques Chirac, trató con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y con el primer ministro británico, Tony Blair, el tema de crear un acuerdo de financiación para el desarrollo. Se trató básicamente de cuestiones vinculadas a la financiación del desarrollo y a la búsqueda de nuevas contribuciones financieras.

Una de sus prioridades para este año sería la búsqueda de nuevas fuentes de recaudación de dinero para el desarrollo, para lo cual ha sugerido la creación de un impuesto internacional. Brasil- cuyo presidente tiene entre sus tareas en Davos la búsqueda de inversionistas para su país-, España, Chile y un centenar más de países, mientras que se enfrenta a la oposición en particular de Estados Unidos. De este último la esfera económica está representada por todo lo alto -el magnate de Microsoft, Bill Gates está entre los asistentes-, mientras que la política acusa grandes ausencias.

Davos, preámbulo de la cumbre del G8

El primer ministro británico, Tony Blair -quien inaugura el evento- expondrá ideas concretas para la protección del medio ambiente y el desarrollo y la situación en África. Esto último será también una de las prioridades de su presidencia del G8. Su país propone el lanzamiento de un nuevo dispositivo de financiación del desarrollo que recurra a los capitales privados.

Reconquistando la confianza

Por su parte, el canciller Schröder, que tomará la palabra el viernes, aprovechará para presentarse, así la opinión de analistas, como el estadista ducho y exitoso que ha conducido a buen puerto las reformas estructurales de su Agenda 2010 y ha logrado un sano curso de crecimiento: la economía alemana, así la presentaría el canciller, ha sanado.