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“La ruta del dinero K”: ¿correrá Cristina la suerte de Lula?

29 de octubre de 2018

La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ha protagonizado ya seis procesos judiciales. El juicio en torno al caso que los argentinos conocen como “La ruta del dinero K” está por comenzar. Un análisis.

Argentinien Cristina Kirchner im Senat
Imagen: Reuters/M. Acosta

Este martes (30.10.2018) comienza en Buenos Aires el juicio oral público en torno al caso que los argentinos conocen como “La ruta del dinero K”. La “K” alude al apellido de la pareja que ocupó la presidencia del país sudamericano entre 2003 y 2015 –los peronistas Néstor Kirchner, quien murió en 2010, y Cristina Fernández de Kirchner, senadora nacional (2017-2023) en representación de Unidad Ciudadana– porque el proceso involucra a personas acusadas de lavar 65 millones de dólares malversados durante sus respectivos Gobiernos.

Uno de los imputados más sobresalientes es Lázaro Báez, quien supuestamente se vio beneficiado por su cercanía al kirchnerismo al recibir el 86 por ciento de las licitaciones para obras públicas en la provincia sureña de Santa Cruz. A Báez, a cuatro hijos suyos y a diecisiete presuntos cómplices más se les atribuye la creación de una estructura de sociedades y cuentas bancarias fuera de Argentina que permitieron el lavado de capitales mal habidos entre 2010 y 2013.

Fuentes judiciales aseguran que Báez, dueño del grupo Austral y allegado al difunto Néstor Kirchner, estaba a cargo del entramado que facilitó la captación de fondos públicos, su transferencia clandestina hacia el exterior y su inmaculada repatriación. De cajero de banco a multimillonario: así describe el diario porteño La Nación la trayectoria de Báez durante la hegemonía kirchnerista. La investigación de este caso comenzó en 2013, pero ésta dio un vuelco decisivo tres años más tarde; el contratista está en prisión preventiva desde 2016.

El empresario Lázaro Báez (centro), al ser arrestado en Buenos Aires. (5.4.2016)Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Marcarian

Lázaro Báez, prominente personaje

Fue en marzo de ese año cuando un canal de televisión difundió imágenes que mostraban a uno de sus hijos contando grandes montos de dinero en efectivo en la sede bonaerense de la compañía financiera SGI, también conocida como “La Rosadita”, según la prensa local. La evidencia dio pie a la emisión de una orden de arresto contra Báez y a un escandaloso efecto dominó que hoy compromete a Cristina Fernández de Kirchner. De momento, la exmandataria no participará en el juicio oral a pesar de figurar entre los imputados.

Pero, ¿cabe imaginarla tras las rejas si las pruebas en su contra se vuelven más sólidas? Fernández de Kirchner ha protagonizado ya seis causas; la última data del 17 de septiembre de 2018, cuando un juez la señaló como “jefa” de una asociación ilícita montada para recaudar coimas de empresarios mientras su marido y ella misma estuvieron en el poder. No obstante, ella no puede ir a parar a una celda si dos tercios de la Cámara Alta no se ponen de acuerdo para despojarla de su inmunidad parlamentaria. Y eso no es factible a corto plazo.

“El que no se le haya pedido sentarse en el banquillo de los acusados no significa que ella haya sido eximida de culpa. Puede que todavía no se haya recopilado suficiente material incriminatorio en su contra, pero ella no ha sido declarada inocente. Si Luiz Inácio Lula da Silva está preso, siendo uno de los jefes de Gobierno más queridos de Brasil, es perfectamente posible imaginar a Fernández de Kirchner tras barrotes”, enfatiza Thomas Fischer, profesor de Historia Latinoamericana en la Universidad Católica de Eichstätt-Ingolstadt.

El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hoy preso bajo cargos de corrupción. (7.4.2018).Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Penner

Argentina y Brasil: similares, pero diferentes

Consultado sobre la robustez y la autonomía de la Justicia argentina en comparación con la brasileña, el catedrático llama a no generalizar: “Tanto en Argentina como en Brasil hay funcionarios que manifiestan sus afinidades políticas en el trabajo que hacen para el sistema judicial; pero también hay jueces, fiscales y abogados que actúan imparcialmente, como debe ser”, observa Fischer, quien también preside la Asociación Alemana de Investigación sobre América Latina (ADLAF).

Ana Soliz, politóloga del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), matiza la respuesta de Fischer: “Aun si Fernández de Kirchner fuera hallada culpable en alguno de los múltiples procesos donde aparece implicada, su encarcelamiento se vería obstaculizado por la inmunidad de la que goza como senadora. Y en este instante no es viable que ella sea desaforada porque los votos en el Senado argentino no alcanzarían para aprobar esa moción; al menos no antes de las elecciones de 2019”, dice la experta.

A sus ojos, todo apunta a que Fernández de Kirchner buscará postularse para los comicios presidenciales del próximo año. Y ese escenario sí que abriría interrogantes para el kirchnerismo, poniéndolo frente a nuevos desafíos: las similitudes entre los procesos judiciales contra Fernández de Kirchner y el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva podrían acentuarse hasta convertirse en un factor perturbador de la venidera campaña electoral argentina, explica Soliz, quien se especializa en el estudio de las potencias regionales.

El presidente electo de Brasil, Jair Messias Bolsonaro.Imagen: picture-alliance/Xinhua/L. Ming

Caldo de cultivo para un Bolsonaro argentino

“Algunos afirman que las causas contra kirchneristas corruptos constituyen la versión argentina de la operación ‘Lava Jato’, llevada a cabo en Brasil. Aunque creo que hay diferencias entre ambos procesos judiciales, en los dos países vemos la confluencia de una fuerte crisis económica con altos niveles de corrupción administrativa. La clase política en Argentina debe impedir que aparezca un Bolsonaro capaz de capitalizar el descontento social con los kirchneristas corruptos y los macristas que no supieron rescatar la economía local”, esgrime Soliz.

Jayane Maia, investigadora asociada del GIGA, secunda a Soliz pero sólo parcialmente. Maia percibe muchas semejanzas entre la situación de Fernández de Kirchner y la de Lula, pero no tantas entre los sistemas judiciales y partidistas de Argentina y Brasil. “Sí, contra Fernández de Kirchner y Lula se entablaron varias demandas. Sí, lo que se les atribuye a ambos es objeto de escrutinio tanto legal como político. Pero el sistema partidista argentino está un poco más institucionalizado que el brasileño y eso le da mayor estabilidad”, esgrime.

“Por un lado, los electores argentinos tienen más confianza en sus partidos que los brasileños. Por eso creo que aún si Fernández de Kirchner termina siendo encarcelada, los partidos que la apoyan seguirán teniendo grandes posibilidades de organizarse con miras a mantenerse a flote. Yo no creo que la formación de Fernández de Kirchner se quede mucho tiempo sin líder. Por otra parte, la institucionalidad judicial también es más sólida en Argentina que en Brasil”, arguye Maia, experta en política de las provincias argentinas y los estados brasileños. Maia no parece temer que una personalidad como el flamante presidente electo de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, acapare votos en Argentina.

(ERS)
 

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