En ninguna otra ciudad de Alemania, a excepción de Múnich, hay tantos científicos de punta como en Berlín, que en ese sentido puede compararse con centros universitarios de elite de EE. UU., como Boston o Palo Alto.

Ello lo dice el senador (comparable a ministro) de la ciudad-Estado de Berlín, Jürgen Zöllner (socialdemócrata). Pero sólo es parte de la verdad. Porque en la capital alemana hubo en los últimos años poco dinero para las universidades.

Además muchos investigadores trabajan en instituciones extrauniversitarias, como la Sociedad Max Planck y la Comunidad Helmholtz.

Las autoridades planean ahora iniciar una nueva era en el mundo académico berlinés. Zöllner acaba de presentar un “plan maestro”, que incluye partidas presupuestarias de unos 300 millones de euros para las universidades en los próximos tres años. Además se planea concentrar más las capacidades de las altas casas de estudios.

Fuga de cerebros

Los planes son ambiciosos. Ya ahora se habla en Berlín de crear una “súper universidad”, eliminar las barreras entre las universidades y los institutos extrauniversitarios y preparar mejor a la ciudad para la competencia académica internacional.

El megaproyecto se está practicando ya en pequeño. Investigadores de punta en el área de las matemáticas que trabajan en diversas instituciones de la capital confluyen en un proyecto que lleva el nombre de “Matheon” y es subvencionado por la Sociedad Alemana de Investigación (DFG).

Proyectos como el “Matheon” aumentan el atractivo de Berlín como centro de la investigación y ayudan a atraer científicos del exterior. Pero hay un pero. Algunos profesores temen que una súper “Berlin Research University”, que concentre a los mejores cerebros de la ciudad, lleve a una desintegración del resto de las altas casas de estudios.

¿Fusión o no fusión?

Los investigadores de punta trabajarían en ese caso todos en la súper universidad, las demás se transformarían en universidades de masa, con todos sus problemas.

Tampoco se descarta del todo, aunque se tiene por poco probable, la fusión de las tres mayores universidades de Berlín (Freue Universität, Technische Universität y Humboldt), si bien Zöllner lo ha desmentido hasta ahora.

Por eso, por ahora se apuesta más a crear una forma organizativa en cuyo marco cada universidad mantenga su perfil propio, pero al “mismo tiempo puedan identificarse como unidad”, cuya totalidad sea más que la suma de las partes. Las cartas están sobre la mesa, pero la partida apenas acaba de comenzar.