Promover los sistemas sostenibles de movilidad es un desafio para las ciudades. Eso no es fácil para una metropolis de 11 millones de habitantes como São Paulo y nueve millones en el área metropolitana. Más allá de la expansión del metro y de la reestructuración de los carriles de autobús, la adopción del vehículo ligero sobre raíles (VLT) podría facilitar el desplazamiento diario del paulista.

A pesar de que la tasa de homicidios cayó en los últimos años en São Paulo, en algunos barrios de la ciudad, todavía es intolerable, o sea por encima del límite de 10 muertos por cada 100 mil habitantes, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2014, ese fue el caso de 38 de 93 distritos de la ciudad incluyendo barrios en el centro, como el Sé y Brás.

En la capital, las lluvias continúan provocando muertos, inundaciones y deslizamientos. La inundación de vías importantes de flujos vehículares como los margenes Pinheiros e Tietê también provocan caos en el tráfico. La resiliencia a los riesgos naturales y creados por la humanidad también hace parte de la Nueva Agenda Urbana del Programa de la ONU para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat).

Según la Universidad de São Paulo, la contaminación del aire será responsable de más de 50.000 muertes en São Paulo hasta 2030. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los índices de contaminación son dos veces superiores al límite establecido para considerar la calidad del aire aceptable. En su investigación de de 2016, la ciudad no consiguió mejorar su situación en comparación a 2012.

La contaminación acústica aparece destacada en la clasificación de quejas dirigidas al municipio. El año pasado, el Programa de Silencio Urbano (PSIU), recibió más de 31.000 reclamaciones y hasta agosto de este año ya se registraron más de 23.000. Las principales vias de la ciudad tienen un ruido por encima de la media. Además de la falta de sueño, puede comportar problemas auditivos y de estrés.

Promover, proteger y asegurar el derecho a la vivienda adecuada debe convertirse en realidad. No obstante, el crecimiento de la población en SP también está acompañado del aumento de colmenas y chabolas, que se expanden verticalmente debido a la escasez de área urbana. El edificio Prestes Maia, con 22 plantas y más de 1.000 habitantes, es el mayor inmueble ocupado por los sin techo en Brasil.

Uno de los compromisos de la iniciativa de la ONU es asegurar la igualdad urbana para el acceso igual de todos a la infraestructura física y social. Hoy, más de la mitad de la población de São Paulo vive en áreas periféricas, que en los últimos años no sólo han ganado habitantes, sino que también concentran los peores índices de bienestar urbano, con menor oferta de infraestructura y servicios.

Uno de los mayores problemas de la ciudad es la expansión de "cracolândias", zonas con un gran tráfico de drogas y prostitución. Para el nuevo alcalde de São Paulo, João Doria, su erradicación pasaría por la internación forzosa. El nuevo documento de la ONU prevée "colocar las personas en el foco y ofrecer calidad de vida más allá de la mera provisión de infraestructura y servicio".

Después de atrasos, se prevé que la vía férrea entre el centro y el aeropuerto de Cumbica se inaugure en 2018. No obstante, está pendiente el proyecto del tren bala entre Rio de Rio de Janeiro y São Paulo. Éste permitiría un acceso rápido a los grandes aeropuertos. La integración entre los modos de transporte hace los viajes más rápidos y agradables, estimulando a dejar el coche en casa.

La visión de una ciudad inclusiva y libre de discriminación todavía está lejos para muchos paulistas, donde el proceso de urbanización fue marcado por la asimetria entre la localización y las condiciones sociales. La recalificación urbana del centro de la ciudad también afecta a la vida de los habitantes que viven en ese espacio y son excluidos en el contexto de un proceso de gentrificación.