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La sombra del terrorismo

18 de octubre de 2002

El ministro alemán del Interior exhortó a la Unión Europea a adoptar medidas concretas contra la inmigración ilegal, poniendo de relieve, además, la urgencia de reaccionar a la amenaza del terrorismo internacional.

El ministro del Interior alemán, Otto Schily.Imagen: AP

Tras los sangrientos atentados del fin de semana en Bali, la lucha contra el terrorismo vuelve imponerse como tema prioritario, relegando otros asuntos al segundo plano. Así ocurrió también en el encuentro que sostuvieron los ministros del Interior de la Unión Europea, en el que estaba previsto discutir sobre la inmigración ilegal y las disposiciones relativas al asilo.

Cuestión de oportunidad

Puede que el foro no haya sido el más apropiado para tratar el asunto, como hizo notar el ministro francés, Nicolas Sarkozy. Sus dudas acerca de si procede abordar el problema del terrorismo junto al de la inmigración resultan muy comprensibles. Sin embargo, su homólogo alemán, Otto Schily, no quiso dejar pasar la ocasión, arremetiendo duramente contra la lentitud con que la UE reacciona ante el desafío. Al mismo tiempo, volvió a advertir de los peligros que pueden derivarse para Europa del paso incontrolado de personas a través de las fronteras.

En este contexto, el ministro alemán aboga con vehemencia por una nueva política de visados. En la práctica, muchas personas viajan legalmente, con visa de turista, a algún país de la Unión. Dado que dentro de su ámbito pueden desplazarse luego libremente, de un país a otro, finalmente algunos se quedan como inmigrantes ilegales. Para evitar tales situaciones, Alemania demanda normas unitarias en materia de visas. Igualmente pide un mayor intercambio de datos, para que aquellos a los que se les haya denegado un permiso de ingreso a determinado país, no puedan luego dirigirse simplemente a la embajada de otro y obtener el pase que les abra las puertas de la Unión Europea.

Identificación precisa

Al margen de lo anterior, Schily es partidario de dotar a los documentos de datos biométricos, es decir, huellas dactilares u otras informaciones que identifiquen sin lugar a dudas a su portador. Adicionalmente propone que los organismos de seguridad tengan acceso a un registro europeo de solicitudes de asilo, a lo que se resisten sobre todo los países escandinavos.

En la Unión Europea hay consenso en cuanto a que es imperativo resguardar la seguridad. Pero a la hora de los hechos concretos, como los que demanda Schily, quedan a la vista las diferencias. Lo mismo ocurre con los planteamientos del ministro germano en cuanto al peligro que podría emanar de estudiantes extranjeros. Las aprensiones alemanas se explican teniendo en cuenta que Mohamed Atta, uno de los autores de los atentados del 11 de septiembre, estudió durante años en Hamburgo, sin haber llamado la atención.

Estudiantes extranjeros

La Comisión de la UE ha elaborado una propuesta, en virtud de la cual el comportamiento personal de un estudiante es el único criterio a considerar para decidir sobre si puede o no permanecer en el país. Para Berlín eso resulta insuficiente, y debería investigarse también su entorno, de modo que la policía pueda cerciorarse de que no mantiene vínculos con grupos extremistas. Francia, en cambio, lo considera innecesario. Más aún: el ministro Sarkozy advirtió que Europa no puede convertirse, de ningún modo, en una fortaleza impenetrable.

En consecuencia, al término de la reunión de este martes, sólo hubo una declaración más, en la que se asigna gran importancia a la adopción de medidas concretas.

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