Nubes de basura espacial estorban a la Sonda Solar Orbiter
18 de noviembre de 2021
La gran cantidad de basura espacial alrededor de la Tierra pone en riesgo la misión de la valiosa sonda.
La sonda Solar Orbiter frente a su objetivo principal: el SolImagen: picture-alliance/AP/NASA/SDO/P. Testa
Publicidad
La sonda Solar Orbiter se prepara para comenzar su misión científica principal de exploración de nuestra estrella, pero antes deberá regresar y hacer un sobrevuelo de la Tierra, durante el que tiene que atravesar nubes de desechos espaciales que rodean el planeta.
El sobrevuelo, que "será el más arriesgado hasta ahora para una misión científica", se producirá el próximo día 27. A las 04.30 GMT la nave estará en su aproximación más cercana, a solo 460 kilómetros sobre el norte de África y las españolas islas Canarias, casi tan cerca como la órbita de la Estación Espacial Internacional, informó la Agencia Espacial Europea (ESA).
La maniobra es esencial para disminuir la energía de la sonda y alinearla para su próximo paso cercano al Sol, aunque existe "un pequeño riesgo de colisión” con algún resto de basura, por lo que el equipo de operaciones controlará la situación de cerca y alterará su trayectoria si parece estar en peligro.
Polución en el espacio
La nave debe atravesar dos regiones orbitales, cada una de las cuales está poblada de desechos espaciales. El primero es el anillo geoestacionario de satélites a 36.000 kilómetros y el segundo es la colección de órbitas terrestres bajas a unos 400 kilómetros, por lo que existe un riesgo de colisión.
Su regreso a las cercanías de la Tierra ofrece a Solar Orbiter una "oportunidad única” para estudiar su campo magnético que es "la interfaz de nuestra atmósfera con el viento solar”, una corriente constante de partículas emitidas por el Sol.
Imágenes captadas por la sonda Solar OrbiterImagen: Solar Orbiter/EUI Team/ESA & NASA; CSL, IAS, MPS, PMOD/WRC, ROB, UCL/MSSL
Rica fuente de datos
Solar Orbiter fue lanzada en febrero de 2020 y desde el pasado julio está en fase de crucero. La sonda ya ha hecho su primera aproximación al Sol, a 77 millones de kilómetros y ha proporcionado datos de parte de sus instrumentos.
Uno de los que ya están en acción es el Detector de Partículas Energéticas (EPD), cuyo investigador principal es astrofísico de la Universidad de Alcalá (Madrid) Javier Rodríguez-Pacheco, que ha estado tomando medidas del viento solar y otras condiciones alrededor de Solar Orbiter.
Aunque la sonda no está aún en la fase de la misión que permite un modo de ciencia completa, ya ha generado mucha ciencia y se prevé que en diciembre vean la luz más de cincuenta artículos con su resultados.
EL(efe)
¿Por qué sobrevolamos planetas, lunas y asteroides?
Llevamos décadas enviando sondas para sobrevolar planetas y lunas. Algunas han volado tan lejos que han salido del sistema solar. ¿Por qué?
Imagen: NASA/New Horizons
Doble acción espacial
¿Sondas espaciales? Nada nuevo. Pero ¿dos sobrevuelos del mismo planeta con solo un día de diferencia? Eso es especial. Por primera vez, dos sondas volaron por Venus en agosto: BepiColombo, en dirección a Mercurio, y Solar Orbiter, que se dirige hacia el sol. Estas no lograrían sus objetivos sin ayudas de la fuerza de gravedad. Ambas ni se cruzaron, pues estaban a 575.000 kilómetros de distancia.
Imagen: ESA
La gravedad ayuda a las naves espaciales
La sonda BepiColombo voló cerca de Venus para disminuir su velocidad. Necesita igualar su "energía orbital" con la de Mercurio para entrar en la órbita de ese planeta. BepiColombo comenzó con la energía orbital de la Tierra y está intercambiando su exceso de velocidad con Venus. En otras palabras, está siendo asistida por la gravedad.
Imagen: ESA
Guerra Fría en Venus
La primera carrera espacial comenzó en tiempos de la Guerra Fría. Los soviéticos fueron los primeros en intentar un sobrevuelo de Venus en 1961, pero fracasaron. EE.UU. lo hizo un año después con su sonda Mariner 2. Cuando los soviéticos lo lograron en 1978, EE.UU. ya iba por Mercurio, Marte y Júpiter. Pero los soviéticos fueron los primeros en posar una sonda en la Luna, en 1966.
Imagen: NASA/JPL
Voyagers, más allá del límite
Lanzadas en 1977, las naves espaciales Voyager 1 y 2 fueron enviadas para explorar el sistema solar exterior. Los sobrevuelos incluyeron a Júpiter - donde V1 captó la Gran Mancha Roja (tormenta que duró cientos de años)-, Saturno, Urano y Neptuno. Ahora están más lejos de nuestro sistema solar en el espacio interestelar y, por lo tanto, son los "objetos más alejados hechos por humanos".
La gente suele hablar de nuestra luna solitaria con amor y asombro. No sería lo mismo si tuviésemos un grupo de 79 lunas, como Júpiter. La Voyager 2 descubrió una de ellas (más cinco en Neptuno). También descubrió que la luna Europa de Júpiter podría albergar alguna forma de vida más allá de la Tierra. Sus océanos salados inquietan, y la NASA quiere averiguar más con su sonda Europa Clipper.
Imagen: NASA/JPL-Caltech
En busca de más lunas
Pero en Saturno hay 82 lunas. La nave espacial Cassini fue una misión conjunta de EE.UU. y Europa para explorar Saturno y sus lunas. Realizó 162 sobrevuelos específicos de las lunas de Saturno, incluidos Titán y Encelado, donde encontró mundos oceánicos. Tras 13 años de exploración del sistema planetario, Cassini realizó una inmersión final en Saturno, enviando datos hasta el final.
Imagen: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute
Estudiando Plutón
Las Voyager 1 y 2 tienen compañía en los límites de nuestro sistema solar: New Horizons. Después de pasar por Júpiter para aprovechar su gravedad, realizó un sobrevuelo de seis meses para estudiar el planeta enano Plutón. Estas misiones nos ayudan a responder preguntas sobre la geología y la vida en el espacio.
Imagen: NASA/New Horizons
El espacio infinito
Hay muchas otras misiones de sobrevuelo notables: Rosetta, Giotto en el cometa Halley, Deep Space 1, Deep Impact o Stardust, la primera misión de prueba a un cometa. Y, en el futuro, Hera será la primera sonda de la humanidad en encontrarse con un sistema binario de asteroides, Didymos. ¿Para qué? Para tratar de saber quiénes somos y dónde estamos en el universo.