Después del funeral de Juan Pablo II, el Colegio Cardenalicio comienza el proceso de selección de un sucesor del Papa.

El Colegio está integrado por 184 cardenales, pero sólo 117, que son menores de 80 años, pueden participar en el cónclave y elegir o ser elegidos. Los cardenales tienen un plazo de veinte días desde la muerte del pontífice para reunirse.

Hasta entonces, la dirección del Estado pontificio está en manos de dos personas: el Camarlengo, cargo ocupado por el español Eduardo Martínez Somalo, y el cardenal alemán Joseph Ratzinger, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Entre Italia y Latinoamérica

De los 117 cardenales con derecho a voto, 58 son europeos, 14 son estadounidenses, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía.

Según fuentes del entorno vaticano, la decisión gira entre la vuelta de un Papa italiano, o la elección de un latinoamericano, ya que ésta es la región con el mayor número de los católicos en el mundo. También hay quienes recomiendan optar por un europeo, ante la crisis religiosa que se vive en el Viejo Continente.

El "papable" latinoamericano más probable, sería el hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de 62 años y arzobispo de Tegucigalpa. Este salesiano que habla cinco lenguas y considerado conservador, se presenta como el candidato ideal de América Latina, ya que presidió el Consejo Episcopal Latinoamericano entre 1995 y 1999. Algunas fuentes eclesiásticas alemanas también lo respaldan, indicando que estudió en Roma y en Innsbruck, y que mantiene buenas relaciones con la Iglesia Católica germana y el influyente cardenal Lehmann.

¿Un Papa negro?

Desde África, el continente en el que la Iglesia se encuentra con el Islam, se presenta como candidato el nigeriano Francis Arinze, de 72 años, prefecto para la Congregación del Culto y que sería el Papa de raza negra del que se habla desde hace tiempo. Hijo de un jefe de tribu y muy cercano a Juan Pablo II, ha desempeñado un papel clave en el diálogo entre la Iglesia Católica e hinduistas, musulmanes y budistas.

Pero también se barajan a otros europeos como el férreo cardenal alemán Joseph Ratzinger, que sería un Papa de transición, aunque circulan otros nombres de cardenales más jóvenes como el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, de 60 años.

Humo blanco

Los cardenales, confinados en el Vaticano durante el cónclave, decidirán el día exacto de la elección. Por primera vez, no vivirán en la Capilla ni en las habitaciones cercanas al Museo del Vaticano, sino en una nueva residencia en el predio del Vaticano.

Se requiere una mayoría de dos tercios más uno para elegir al nuevo Papa. Cuando el cónclave haya elegido un Pontífice, el elegido deberá aceptar el nombramiento y decidir qué nombre desea adoptar. Después, se le viste con las prendas papales -los sastres tienen varias medidas listas- y el nuevo Papa se sentará en un trono en la Capilla Sixtina para recibir a los otros cardenales que uno tras otro le rendirán homenaje y jurarán obediencia.

La elección de un nuevo Papa se da a conocer cuando se queman las boletas con las que votaron los cardenales, combinadas con sustancias que producen un humo blanco que sale de la chimenea de la Capilla. Otros químicos son usados para emitir humo negro, lo que indicaría que la votación no arrojó resultados concretos.

Poco después, el decano del Colegio de Cardenales saldrá al balcón central de la Basílica de San Pedro para anunciar a las multitudes congregadas en la plaza: "Habemus Papam" ("Tenemos un Papa"). Entonces, el nuevo Pontífice se presentará con su vestimenta papal y bendecirá a los feligreses.