La tribu de una isla remota que adoraba al príncipe Felipe
12 de abril de 2021
La veneración de Felipe por parte de los habitantes de la isla de Tanna (Vanuatu) tiene su origen en una leyenda local.
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El jefe de una remota aldea del Pacífico que veneraba con fervor religioso al príncipe Felipe aseguró este lunes (12.04.2021) que su espíritu sigue vivo y que es demasiado pronto para saber si los descendientes de la realeza británica serán sus sucesores en el culto.
La aldea de Yakel, en la isla de Tanna, en Vanuatu, veneró durante décadas a Felipe, que murió la semana pasada en el castillo de Windsor a la edad de 99 años.
El jefe de la aldea, Albi, dijo que no estaba claro cómo cambiaría el movimiento religioso tras la muerte de Felipe, ya que se cree que su espíritu está a la deriva y busca un nuevo hogar.
Aunque muchos forasteros suponían que el hijo mayor de Felipe, Carlos, o sus nietos Guillermo y Enrique, le sucederían en el lugar especial que Felipe tenía en el corazón de los aldeanos, Albi dijo que nada era seguro.
"La conexión entre la gente de la isla de Tanna y el pueblo inglés es muy fuerte", dijo el jefe Yapa del pueblo de Ikunala, en Tanna. "Estamos enviando mensajes de condolencia a la familia real y al pueblo de Inglaterra".
Los habitantes de Ikunala tienen previsto celebrar el lunes una ceremonia especial para recordar a Felipe.
Culto al príncipe Felipe
La veneración de Felipe por parte de los habitantes de la isla de Tanna (Vanuatu) tiene su origen en una leyenda local sobre el hijo de piel pálida de un dios de la montaña local que se aventuró a cruzar los mares en busca de una mujer rica y poderosa con la que casarse.
Se cree que el Culto del Príncipe Felipe comenzó a finales de los años 1970, tras una visita del duque de Edimburgo a Vanuatu a principios de esa década. Los antropólogos creen también que el culto es una forma para los habitantes de esta isla volcánica de encontrar una conexión espiritual con el mundo exterior.
El especial interés de los aldeanos por Felipe se manifestaba en las oraciones diarias para que bendijera sus cosechas de plátanos y ñames y en la colocación de fotos en las casas del pueblo. Una de esas fotos era de 1980 y mostraba al príncipe, vestido de traje, sosteniendo un garrote utilizado para matar cerdos que había sido fabricado por los isleños y enviado a Londres.
Felipe, que tenía fama de ser a menudo franco y propenso a cometer errores ocasionales, mantuvo una relación respetuosa con el grupo durante 50 años.
Cuatro hombres de la aldea visitaron Inglaterra
En 2007, Yapa y otros cuatro hombres de la aldea de Ikunala, en Tanna, viajaron a Inglaterra para participar en un documental de la televisión británica de tres partes titulado "Meet the Natives" (los "nativos" son los ingleses).
Los hombres visitaron el Castillo de Windsor, residencia de la Reina cerca de Londres, donde conocieron a Felipe y se hicieron fotos con él que ahora conservan.
Kirk Huffman, antropólogo y conservador honorario del Museo Nacional del Centro Cultural de Vanuatu, dijo que los hombres se sintieron honrados de ser recibidos por los ingleses y les encantó conocerlos. "Los trataron muy bien", dijo Huffman.
Sin embargo, dijo que los isleños se asombraron y entristecieron cuando vieron mendigos y personas sin hogar en Inglaterra, porque en su isla no hay ninguno.
FEW (AFP, Reuters)
En fotos: once cosas poco conocidas sobre Felipe de Edimburgo
El príncipe Felipe de Edimburgo pasó más de seis décadas a la sombra de su esposa, la reina Isabel II, con gran lealtad y una propensión a mostrarse poco respetuoso de lo políticamente correcto.
Imagen: Ralph Heimans/Buckingham Palace/AP/picture alliance
Sacrificios para casarse con Isabell II
Felipe tuvo que hacer varios sacrificios para poder casarse en 1947 con la entonces princesa Isabel. Renunció a su título de príncipe de Grecia y Dinamarca para tomar la nacionalidad británica y convertirse en duque poco antes de su boda y en príncipe de Reino Unido en 1957. Era de religión ortodoxa, pero aceptó abandonarla para convertirse en anglicano y, para complacer a su novia, dejó de fumar.
Imagen: Central Press/dpa/picture-alliance
Renuncia a su carrera como oficial de la Royal Navy
Tras la muerte del rey Jorge VI, que propulsó a su joven esposa al trono en 1952, Felipe tuvo que renunciar a su prometedora carrera como oficial de la Royal Navy. Tuvo que aceptar, asimismo, que la familia real, y por lo tanto los hijos de la pareja, no llevasen su apellido, sino el de su esposa. Y aunque aspiraba a ser visto como monarca, debió resignarse a un eterno papel de secundario.
Imagen: Illustrated London News Ltd/Mary Evans Picture Library/picture alliance
Rechazo inicial de la familia real
Isabel II siempre lo describió como su "roca" y su "apoyo", pero la familia Windsor estaba lejos de la satisfacción cuando la joven princesa anunció que quería casarse con él. Según el diplomático y escritor Sir Harold Nicolson, el rey Jorge VI y su esposa lo encontraban "grosero, mal educado y sin modales" y consideraban "que sería probablemente infiel".
Imagen: PA/dpa/picture-alliance
Rey de lo políticamente incorrecto
Su temperamento fue efectivamente volcánico, sin ninguna consideración por lo políticamente correcto, aunque en los últimos años se calmó. "¿Lograron que no los comieran?", preguntó a un joven británico que venía de viajar por Papúa Nueva Guinea en 1998. "Ustedes tienen mosquitos, yo tengo periodistas", dijo en Dominica en 1966. Luego compararía a los periodistas con los monos de Gibraltar.
Imagen: PA Chris Radburn/dpa/picture-alliance
Sin morderse la lengua
En otra ocasión, un niño le confesó que quería ser astronauta, y el duque le respondió que estaba demasiado gordo para volar. Cuando se le preguntó si le gustaría visitar la Unión Soviética, dijo: "Me encantaría visitar Rusia, aunque esos cabrones asesinaron a la mitad de mi familia" (en alusión a la suerte de los Romanov). En la foto, Felipe en la premiación de un torneo de Polo en 1966.
Imagen: Express Newspapers/picture alliance
Allegados alemanes del príncipe
En el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, la aristocracia británica se sentía incómoda con los allegados alemanes del príncipe. Sus cuatro hermanas mayores, casadas con príncipes alemanes cercanos al Reich, no fueron invitadas a su boda con Isabel. En la foto, Felipe de Grecia y Dinamarca de bebé en la década de 1920.
Imagen: London Express/dpa/picture-alliance
"Muévete, repollo"
El apodo cariñoso con que el príncipe se dirigía a su esposa se hizo público en 2006 con la película "The Queen", en la que, cuando se mete en la cama, le dice "muévete, repollo". Esto podría provenir de una traducción de la expresión francesa "mon petit chou" ("mi pequeño repollo"), ya que Felipe vivió siete años en Francia cuando era niño. En la foto, la pareja con el príncipe Carlos en 1949.
Las relaciones con su hijo mayor, Carlos, "nunca fueron especialmente cálidas" y llegaron a su nivel más bajo en 1995, según el semanario "The Mail". Los dos hombres se habrían declarado "la guerra" tras la decisión del duque de talar 63 viejos robles en el parque del castillo de Windsor. El príncipe Carlos, ecologista convencido, habría acusado a su padre de vandalismo, según el diario.
Imagen: PA/dpa/picture-alliance
Un padre duro y frío
A menudo descrito como un padre duro y frío, cuando Carlos era un niño joven y sensible decidió enviarlo al austero pensionado escocés de Gordonstoun, cuyos rigores habrían endurecido al atlético Felipe pero resultaron un verdadero infierno para su hijo. En la foto, la familia real británica visita el Partenón en Atenas en 1964.
Imagen: Bob Haswell/Express/Getty Images
Pasatiempos favoritos
El duque de Edimburgo era conocido por su amor por los caballos y por las actividades ecuestres como el polo y las carreras de carruajes, un deporte en el que compitió para Reino Unido. También le gustaba escribir, pilotar aviones y tenía gran afición por los automóviles. Sin embargo, la pasión del príncipe por la pintura era menos conocida.
Imagen: Chris Radburn/dpa/picture alliance
Pintor entusiasta
Coleccionista de obras de arte, también pintaba él mismo: su obra más célebre es un cuadro de 1965 en que se ve a su esposa leyendo la prensa matutina y titulado "La reina en el desayuno, castillo de Windsor". En la foto, cuadro del príncipe Felipe pintado por el artista de origen australiano Ralph Heimans en el año de su retirada de los compromisos públicos en 2017. (few: afp, efe)
Imagen: Ralph Heimans/Buckingham Palace/AP/picture alliance