Lo que está en juego es el futuro del espacio de Schengen y nuestra unidad, advierte el comisario europeo Dimitris Avramopoulous. Bruselas planea restablecer la libertad de circulación hasta fin de año.
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Nos encontramos en un momento especial de nuestra historia, afirmó el comisario de Migración de la Unión Europea, Dimitris Avramopoulous. Advirtió que se trata del futuro de Schengen y la unidad de la UE. Y apuntó que está en juego “lo que hemos construido en los últimos 60 años”. Con ello se refería principalmente al espacio económico común y a la libertad de circulación entre los países del acuerdo de Schengen.
Bruselas ha calculado que el cierre de las fronteras internas en Europa generaría costos de por lo menos 18 mil millones de euros al año. Más atascamientos de camiones, menos turistas, más guardias fronterizos… todo ello, sumado, supondría pérdidas millonarias. Pero estas cuentas no han hecho recapacitar hasta ahora a Austira ni a otros países. Dado que Bruselas no puede disipar las divergencias políticas, la Comisión de la UE se concentra por lo pronto en la parte operativa del problema.
El cronograma de Bruselas
Lo fundamental es el resguardo de la frontera greco-turca. De acuerdo con la idea de Bruselas, Grecia debería presentar hasta fines de la próxima semana un plan sobre cómo piensa llevar a cabo una serie de cosas, tales como registrar a todos los refugiados y enviar de regreso a los que emigran por razones económicas. A fines de marzo, la agencia Frontex volvería a enviar más guardias fronterizos para apoyar a los griegos. Si eso no funciona, la Comisión Europea se propone prolongar por dos años más el tope para el cierre parcial de fronteras. Eso significaría el fracaso del plan. Si en cambio resulta medianamente, el Consejo Europeo habría de resolver en junio formar una tropa conjunta de resguardo de las fronteras exteriores de la UE. Esta debería estar en condiciones de operar en noviembre, de modo que en diciembre pudieran volver a abrirse todas las fronteras internas. Esa es la teoría.
La clave turca
“Turquía ha servido de corredor”, posibilitando la huida de cientos de miles de personas, apuntó el comisario de Migración. Y recalcó que la UE necesita a Ankara para superar este problema. Pero la estrategia solo funcionará si Turquía recibe de vuelta a las personas que no obtengan asilo en Europa y, por otra parte, acoge a una cantidad mayor aún de refugiados, para que no lleguen siquiera a suelo europeo.
La Comisión Europea presentó también un informe sobre los pasos a dar hacia una liberalización de las visas para Turquía. Los avances habrían de ser evaluados en junio, y en octubre se tomaría la decisión de flexibilizar el sistema. Al mismo tiempo, Bruselas prepara la apertura de un nuevo capítulo en las negociaciones para la adhesión turca a la UE. Y, por último, también ha comenzado a fluir dinero para que Turquía mantenga a los refugiados dentro de su territorio.
Resultados inciertos
¿Quiénes serán bienvenidos a Europa si las nuevas medidas se aplican? La Comisión Europea da una respuesta abstracta. “Estamos abiertos a todos los que necesiten protección internacional”, indicó Dimitris Avramopoulous. De acuerdo con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el 48 por ciento de los que llegan son sirios. A ellos se les tendrá que permitir de todos modos la entrada a Grecia o Italia, para desde allí ser luego distribuidos entre los países europeos, cosa que, como se sabe, hasta ahora no ha resultado. Semejante podría ser también la situación de una parte de los refugiados iraquíes y afganos, que al menos podrían reclamar protección transitoria.
En consecuencia, se puede concluir que en el mejor de los casos se podría reducir el flujo de refugiados a la mitad, incluso si las medidas propuestas se pusieran en práctica íntegramente.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.