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La UE busca reducir su dependencia digital de China y EE.UU.

24 de noviembre de 2025

La UE aspira a mayor soberanía digital frente a China y EE. UU., aunque parte de su infraestructura depende de proveedores chinos. ¿Existe realmente una posición común?

5 autoridades e invitados a la cumbre por la soberania digital europea realizada en Berlín.
De izquierda a derecha: Roland Lescure, ministro de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital de Francia; el presidente francés Emmanuel Macron; el canciller federal Friedrich Merz; Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia; y Karsten Wildberger, ministro federal de Digitalización y Modernización del Estado.Imagen: Kay Nietfeld/dpa/picture alliance

Para empezar, la presencia conjunta del presidente francés Emmanuel Macron y del canciller alemán Friedrich Merz en un acto celebrado el martes 18 de noviembre en Berlín para reforzar la autonomía tecnológica de Europa muestra que ambos se toman el asunto en serio.

Las dificultades del continente para competir con Estados Unidos y China en ámbitos como la inteligencia artificial, los semiconductores o la computación en la nube son señaladas como causa del débil crecimiento económico europeo y de unas perspectivas poco alentadoras.

El encuentro en Berlín, titulado "Cumbre sobre soberanía digital europea”, se centró en los riesgos de depender de China y Estados Unidos para infraestructuras cada vez más críticas. "La soberanía digital tiene un precio, pero la dependencia digital es aún más cara”, dijo Merz. Macron añadió que no quiere que Europa se convierta en un cliente de Washington o Pekín, ni en un "vasallo”: "Queremos desarrollar nuestras propias soluciones”.

Made in China

Uno de los ámbitos donde Europa es especialmente dependiente de China es la infraestructura de telecomunicaciones, que en muchos países sigue apoyándose en equipamiento de Huawei y ZTE.

"Durante mucho tiempo hubo pocos competidores y las alternativas eran más costosas”, explicó a DW Ilaria Mazzocco, subdirectora del programa de economía china del CSIS. Según Bloomberg, la Comisión Europea analiza caminos para presionar a los Estados miembros a retirar progresivamente equipos de Huawei y ZTE.

Esa dependencia, señala Richard Youngs, investigador sénior de Carnegie Europe, se originó porque los gobiernos europeos miraron durante años a China solo con criterios económicos. "Ahora están ajustando esa visión e incorporan los riesgos de seguridad”, dijo a DW.

En 2020, la Comisión recomendó evitar que proveedores considerados "de alto riesgo” ingresaran a las nuevas redes 5G. Esa orientación no era vinculante. Bloomberg afirma que la vicepresidenta Henna Virkkunen quiere convertirla en obligación legal.

A comienzos de año, Bruselas ya había prohibido a los lobistas de Huawei mantener reuniones con funcionarios de la Comisión, tras investigaciones sobre presunta corrupción en el Parlamento Europeo que habría beneficiado a la empresa.

Merz también marca rumbo. "Hemos decidido reemplazar, siempre que se pueda, componentes del 5G por tecnología propia”, dijo. "Y no permitiremos componentes chinos en el 6G”. La nueva generación móvil está prevista para la década de 2030.

Dudas en Berlín

El diario económico alemán Handelsblatt informó que el Gobierno alemán acordó endurecer la normativa para facilitar la retirada de componentes sensibles. Ya en 2023 se había decidido excluir ciertos productos de Huawei y ZTE de redes críticas.

Clientes frente a una tienda en Pekín: desde hace tiempo, Huawei es considerado un riesgo de seguridad en Occidente.Imagen: Adek Berry/AFP/Getty Images

Hasta ahora, 13 países de la UE han tomado medidas para limitar el acceso de Huawei. Alemania lo postergó hasta 2024 por sus estrechos lazos comerciales con Pekín.

¿Qué significa realmente la soberanía tecnológica?

Richard Youngs señala que el concepto genera distintas expectativas: algunos gobiernos europeos priorizan la competencia económica, otros la seguridad, otros un modelo digital más orientado al bien público. Hoy, dice, la competitividad es el motor más fuerte.

Huawei y ZTE fueron durante años socios fiables y baratos para las redes europeas, pero la relación geopolítica cambiante ha puesto en evidencia vulnerabilidades.

"La postura alemana forma parte de un giro más duro de la UE hacia China, causado en parte por la presión de Estados Unidos”, afirma Youngs. "No se trata solo de lo digital, sino de un cambio geoestratégico mayor”.

Los servicios de inteligencia llevan tiempo advirtiendo sobre el riesgo de componentes que puedan usarse para espionaje o sabotaje. Huawei y ZTE lo niegan, pero la ley de inteligencia china de 2017 parece obligar a empresas y organizaciones a colaborar con las autoridades. Estados Unidos prohibió a Huawei en 2019.

Conversaciones difíciles

Mientras la Comisión Europea parece dispuesta a adoptar una línea más dura, se discuten las consecuencias de excluir a las empresas chinas.

El ministro alemán de Finanzas, Lars Klingbeil, visitará China esta semana y el tema estará sin duda sobre la mesa, tras las recientes declaraciones de Merz.

"A Pekín no le gustará”, dice Mazzocco. "Sería muy dañino para Huawei, que es clave para el gobierno chino”. Según ella, China ve a Europa como débil y dividida, y actuará en consecuencia.

Si la UE impone un veto legal, crecerá la presión por alternativas viables. Los países podrían recurrir a Nokia y Ericsson, pero sus soluciones son más caras, difícil de asumir en un contexto de deuda pública elevada y bajo crecimiento.

"Europa necesita un plan para resistir presiones y aplicar reglas realistas que no cedan ante China”, señala Mazzocco. "Será difícil”. Como en gran parte del debate sobre la soberanía tecnológica europea, la brecha entre lo que se declara y lo que se hace sigue siendo el gran desafío.

(md/ el)

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