La UE somete este 8 de enero el futuro del gasoducto Nord Stream 2 a votación. DW invitó a los embajadores de EE. UU. en Alemania, Dinamarca y la UE a exponer los argumentos con qué rechazan dicho proyecto energético.
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En la actualidad, una docena de países europeos cubren tres cuartas partes de su consumo de energía con gas natural de Rusia. Esto hace vulnerables a los aliados y socios de Estados Unidos. Moscú puede abrir o cerrar el suministro a su gusto. Vladimir Putin ha mostrado repetidamente cómo usa el gas como arma. En los años 2006, 2009, 2014 y más recientemente en marzo de 2018, bloqueó el flujo de gas hacia algunos países vecinos.
El hecho de que la UE dependa del gas ruso plantea riesgos para Europa y Occidente en general. Nord Stream 2 aumentaría aún más la vulnerabilidad de Europa al chantaje ruso en el sector energético. Europa necesita mantener el control sobre su propia seguridad energética. No se dejen engañar: Nord Stream 2 no solo entregará gas ruso. El poder y la influencia de Rusia se extenderán a través del Mar Báltico hasta el centro de Europa. Y el gasoducto le permitirá a Moscú socavar aún más la soberanía y la estabilidad de Ucrania.
A cambio, Europa enviará cada año miles de millones de euros a Moscú e indirectamente financiará así la agresión militar de Rusia en países como Ucrania y Siria. También financiará los talleres de troles rusos y las fábricas de desinformación dirigidas contra las instituciones democráticas en Europa y Estados Unidos. La finalización de Nord Stream 2 y la importación de más gas ruso a Europa ayudarían a financiar una mayor agresión en toda Europa.
"El tiempo se acaba"
Tenemos que responsabilizar a Rusia por sus malas acciones. Veinticuatro marineros ucranianos están recluidos desde noviembre en una prisión rusa por navegar a través del Estrecho de Kerch, una vía legal de transporte. Permitir que Rusia continúe la construcción de Nord Stream 2 sería en este momento un mensaje completamente errado.
Los alemanes deben tomar en serio las preocupaciones de sus vecinos. La opinión de la Unión Europea es clara: más de la mitad de los Estados miembro de la UE ya se han pronunciado públicamente contra Nord Stream 2. En una resolución adoptada el 12 de diciembre, el Parlamento Europeo pide que se detenga su construcción y califica el gasoducto de "proyecto político que representa una amenaza para la seguridad energética de Europa". Dinamarca ha decidido estudiar a fondo las implicaciones internacionales y de seguridad del proyecto. Saludamos la declaración del ministro de Relaciones Exteriores, Anders Samuelsen, de que la agresión rusa dificulta comprometerse con un gasoducto ruso en aguas danesas.
Al mismo tiempo, hay voces que dicen que es demasiado tarde para detener Nord Stream 2. Pero eso no es cierto. La tubería está lejos de estar instalada y aún falta mucho para entrar en funcionamiento. Europa todavía puede intervenir y detener el gasoducto. Pero el tiempo corre.
Alemania y Francia son decisivos
La UE debe revisar su directiva de gas adoptada en 2009 en el Tercer Paquete de Energía, para que la legislación de la UE también se aplique a proyectos como Nord Stream 2. ¿Por qué debería permitirse a empresas no pertenecientes a la UE, como Gazprom, distorsionar la competencia en el mercado europeo y al mismo tiempo tener estándares más bajos que las empresas de la UE? Una renovación de la directiva beneficiaría a todos los europeos: mayor transparencia, más seguridad energética, mejores negocios con proveedores de fuera de la UE.
El Parlamento Europeo y la Comisión Europea apoyan estas revisiones, al igual que la mayoría de los Estados miembro del Consejo Europeo. Pero el factor decisivo será cómo lo decidan Alemania y Francia.
Renunciar a Nord Stream 2 no será fácil. Pero hacer lo correcto a menudo no es fácil. Lo que Europa pierde, lo recupera manteniendo su seguridad energética. ¿En verdad quiere Europa depender de un país que recientemente ha usado armas químicas para matar a un oponente político en Europa? ¿De un país que ha invadido el territorio de una nación soberana y ha anexado ilegalmente una parte de su territorio? ¿O el país que derribó el vuelo MH17 de Malaysia Airlines sobre Ucrania y mató a 298 civiles inocentes?
Los gobiernos de Europa deben ser solidarios con Ucrania, defender los intereses energéticos de su gente, y ayudar a cerrar este capítulo de este proyecto mal concebido. Europa no debe dejar voluntariamente el control de su seguridad energética a un oponente. La cancelación de este proyecto enviaría un claro mensaje a Moscú de que las agresiones contra sus vecinos y las intervenciones en nuestras democracias no quedarán impunes.
Autores: Richard Grenell, embajador de EE.UU. en Alemania, Carla Sands, embajadora de EE.UU. en Dinamarca y Gordon Sondland, embajador de EE. UU. ante la Unión Europea
¿Guerra Fría recargada?
Con la suspensión del tratado nuclear INF, una de las principales iniciativas de desarme de los años 80 ha sido archivada. Este acuerdo fue un mérito de la diplomacia y del movimiento por la paz. Aquí una revisión.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
Rearme verbal y material
EE. UU. suspendió primero su participación en el tratado nuclear INF durante seis meses, y un día después, lo hicieron los rusos. Por el momento, estas decisiones ponen fin a una fase de tres décadas de entendimiento y desarme entre las principales potencias. Los militares y los políticos participaron en este pacto, igual que la sociedad civil, que se movilizó masivamente en los años ochenta.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
Arsenal del terror
El INF fue uno de varios tratados diseñados para frenar el terrorífico arsenal atómico creado por el rearme de la Guerra Fría. Aquí hay un misil Pershing II de EE.UU. equipado con una cabeza nuclear en la base estadounidense Mutlangen, en Baden-Württemberg (Alemania).
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Brindis por el entendimiento
El avance hacia el tratado INF fue logrado por el entonces presidente de EE. UU. Ronald Reagan (izquierda) y el líder soviético Mijail Gorbachov (derecha) en diciembre de 1987. Tras su firma en Washington, ambos políticos presionaron para un nuevo comienzo en las relaciones Este-Oeste.
Imagen: picture-alliance/dpa
Línea directa
Una de las grandes preocupaciones durante la Guerra Fría fue que las dos grandes potencias podrían declararse la guerra entre sí por un simple error de comunicación. Es por eso que los ingenieros de ambos países establecieron la llamada "línea directa" en 1963: una conexión directa entre Washington y Moscú. Esta imagen muestra un télex en el Pentágono en 1963.
Imagen: picture-alliance/ dpa
Entre dos frentes
Durante la Guerra Fría, el Telón de Acero corrió por el centro de Alemania. La República Federal de Alemania (RFA) estaba vinculada a Occidente, y la República Democrática Alemana (RDA) a la esfera de influencia oriental. En el caso de una guerra nuclear, el Gobierno federal tenía su propio búnker cerca de Ahrweiler, en su sede ubicada en Bonn.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
Gobierno subterráneo
En caso de una guerra nuclear, el Gobierno de Alemania Occidental debía continuar trabajando. Por lo tanto, el búnker estaba equipado con todo lo necesario. En el subsuelo también había una sala de reuniones con colores cálidos que supuestamente aliviaban el horror del búnker.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
¿Guerra nuclear? No, gracias
El temor a una posible guerra nuclear también impulsó a gran parte de la población a manifestarse. A fines de la década de 1970 surgió un movimiento por la paz que durante años exigió desarme y entendimiento. Aquí hay un pin correspondiente a una de las reuniones celebradas en Bonn, en octubre de 1981.
Imagen: HDG
Demostración histórica en el Hofgarten
El 10 de octubre de 1981, alrededor de 300 mil personas se reunieron en Bonn, entonces la capital de la República Federal, para protestar contra el armamento nuclear. La última reunión en el Hofgarten de Bonn se convirtió en una de las manifestaciones más impresionantes de la historia del movimiento alemán por la paz.
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"Reunión de los valientes..."
"...no de los temerosos". Así describió el político del SPD Erhard Eppler, uno de los actores clave en el movimiento por la paz, al mitin de Bonn. Las palabras de Eppler se referían a que justamente quienes expresaban temor a la guerra eran valientes por ello.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Athenstädt
Bloqueo por la paz
En septiembre de 1983, los opositores a las armas nucleares bloquearon el depósito de armas de EE.UU. en Mutlangen. Entre ellos estaban el Nobel de Literatura Heinrich Böll y su esposa, Annemarie. Böll dijo que estaba allí "porque sería muy fácil defender algo tan primordial solo desde mi escritorio. También deseo solidarizarme con todas aquellas personas que tanto se sacrifican".
Imagen: picture-alliance / dpa
Críticas desde las Fuerzas Armadas
Uno de los opositores al rearme más famosos fue el general de división Gert Bastian. Junto con la política Petra Kelly, protestó contra el despliegue de misiles nucleares de mediano alcance en Europa. En 1983, ambos fueron de los primeros políticos del partido ecologista Los Verdes en ser electos para ingresar al Parlamento alemán.
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Objetivos comunes en Occidente y Oriente
Muchas personas también tomaron las calles en la parte oriental de Alemania. "Espadas en arados" fue el lema del movimiento por la paz allí. Fue inventado en 1980 por el joven pastor Harald Bretschneider. Desde las filas de los activistas por la paz de Alemania oriental también surgió un movimiento de protesta contra el sistema político de la RDA.
Imagen: DW/W. Nagel
Logro I: desarme en el Este
El tratado INF llevó el desarme masivo del potencial nuclear a ambos lados del Telón de Acero. Esta foto de 1989 muestra una serie de misiles soviéticos SS-20 destruidos.
Imagen: picture-alliance/akg-images/Russian Picture Service
Logro II: desarme en Occidente
Los estadounidenses también retiraron sus armas nucleares de Europa. En 1988 abrieron el depósito de Mutlangen para la prensa internacional. Luego se llevaron los cohetes Pershing II a EE.UU., donde fueron desarmados. El peligro de que Europa pudiera convertirse en el escenario de una guerra nuclear parecía haber acabado.