DER STANDARD, de Viena, Austria, escribe: " Exigir de Hamás la renuncia a la violencia y el reconocimiento de Israel es fácil. Pero qué hacer si Hamás no cede a esas exigencias. La Unión Europea se interna en este contexto en un campo minado: si lo acepta, desata la ira de EEUU e Israel; si corta la ayuda financiera, agudiza el caos en los territorios palestinos. Una orientación para la UE podría ser el principio de exigir vehementemente a Hamás que haga todo lo que esté en condiciones de hacer ahora y postergar el resto para más tarde. La exigencia principal debe ser la renuncia al terror, por lo menos la continuación ilimitada del actual armisticio. Pero ya el paso siguiente, una renuncia formal a la violencia y el desarme, es un objetivo a mediano plazo. También la OLP necesitó años para ello. No se puede esperar que Hamás cambie ahora inmediatamente de parecer y reconozca a Israel.

El papel clave de la Unión Europea

LE FIGARO, de París, Francia, opina: "El triunfo de Hamás en las elecciones palestinas ha tomado por sorpresa a la comunidad internacional y la obliga a reflexionar sobre su posición con respecto al proceso de paz. La comunidad internacional no puede ayudar a los extremistas a llevar a la práctica su programa, en el que no se reconoce el derecho a la existencia de Israel y se llama a destruirlo. La UE desempeña un papel clave, ya que mantiene con vida a las autoridades palestinas, con subvenciones de 340 millones de euros por año. Hamás formará su gobierno, se tomará tiempo y observará las reacciones internacionales antes de dar a conocer sus intenciones. Hamás debe saber que la esperan sanciones si no toma por la senda correcta."

La necesaria dureza

El FINANCIAL TIMES ALEMANIA escribe: "La visita de Angela Merkel a Israel en medio de las turbulencias actuales en el Oriente Próximo es de por sí ya simbólica: Alemania apoya al Estado de Israel. El reconocimiento del derecho a la existencia de Israel es una obligación para todo Gobierno alemán e incluye la solidaridad, justamente en caso de conflicto. Sin una posición dura con respecto a todas las organizaciones que amenazan a Israel, esa postura no sería creíble. Por ello es bueno que Merkel haya dejado claro qué espera Alemania de Hamás: que reconozca el derecho a la existencia de Israel, renuncie a la violencia, abandone las armas y apoye el plan internacional de paz. Sólo si las grandes democracias occidentales, que en última instancia garantizan la seguridad política y militar de Israel, mantienen esa claridad, pueden presionar también a Israel para que no es evada del proceso de paz.

Israel tendrá que dialogar con Hamás

El HAMBURGER ABENDBLATT, de Hamburgo, editorializa: "El mensaje de Merkel fue claro: Alemania apoya firmemente a Israel, pero simultáneamente aboga por la creación de un Estado palestino. Más claridad no se le puede pedir a la canciller. Primero, porque Israel no necesita maestros y segundo, porque en Israel reina un clima electoral. Quien en ese marco diga que más o más temprano habrá que negociar con Hamás, puede renunciar a presentarse a las elecciones el 28 de marzo. No obstante, todo el mundo sabe que, después de las elecciones palestinas, Israel tendrá quedialogar de algún modo con Hamás, en tanto ésta se transforme, como la OLP, de grupo terrorista en partido político."

Tiempo al tiempo

El diario económico alemán HANDELSBATT escribe: "Luego de su victoria electoral, a la Hamás debería dársele la oportunidad de elaborar y presentar un programa de gobierno. Quizás un diálogo crítico con Occidente le ayude a hallar el camino correcto. Por su parte, Occidente no renuncia a nada, sino que respeta sólo una decisión democrática. Para negarse al diálogo, en caso de Hamás permanezca obcecada, habrá tiempo más tarde."