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La UE y Polonia: la población polaca es la perdedora

20 de diciembre de 2017

La Comisión de la UE quiere sanciones. Polonia, por su parte, se convierte en un marginado dentro de la UE. Al final, el país es el gran perjudicado, opina Bernd Riegert.

Polen Verabschiedung eines Gesetz über den Obersten Gerichtshof (Justizreform)
Imagen: picture alliance/dpa/AP Photo/C. Sokolowski

Este es un día triste para la Unión Europea. El artículo 7, el arma más poderosa del Tratado de la UE, se concibió para no tener que emplearse nunca. El Gobierno conservador en Polonia empuja a la UE, con su comportamiento irresponsable, hacia la próxima crisis que toca de lleno la cohesión europea. El gobierno polaco y su postura inflexible con respecto a la obvia vulneración del Estado de derecho por la modificación del sistema judicial, obliga a la Comisión a adoptar esta medida drástica.

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Esto es, desde luego, algo nuevo. Las relaciones entre Polonia y el resto de la UE han tocado fondo. Si después del artículo 7 y al final del largo procedimiento se aplicase la peor de las condenas, entonces se privaría al país de su derecho al voto en la UE. Supondría la salida de Polonia de la UE a plazos, un Polexit, que realmente nadie quiere.

La Comisión de la UE ha advertido claramente que también está en peligro la pertenencia del país al mercado único europeo, porque este solo funciona en el marco de un Estado de derecho. Esto podría afectar a todos los polacos, a sus bolsillos y a su libertad de establecerse donde deseen.

El gobierno polaco, que despotrica contra la UE en Bruselas pero se embolsa subvenciones a gran escala, puede evitar, en todo momento, que se active el artículo 7 si cede en su postura. Pero no parece que vaya a ser así. El líder del partido gubernamental PiS, Jaroslaw Kaczynski, quiere dar un escarmiento y llevar al límite su resistencia nacionalista contra lo que supuestamente dicta Bruselas.

Este grave procedimiento contra Polonia tendrá también consecuencias para el resto de la UE. Si Hungría se pusiese de parte de los testarudos, como anunció, entonces la brecha entre el este y el oeste sería aún mayor. Aunque de hecho ya es profunda, porque Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia como "nuevo bloque del este” dentro de la UE, se niegan a aplicar resoluciones mayoritarias sobre la reubicación de los refugiados. 

Bernd Riegert, corresponsal para Europa de DW.

Evidentemente se trata de la violación de una norma, un hecho constatado por la Corte Europea de Justicia. Con este comportamiento, los Estados mencionados invalidan los fundamentos de la Unión Europea, basados en la conducta legal y ética. Polonia, que sigue obstinada en desmontar el Estado de derecho en su propio país, le pone encima un broche de oro a esta situación miserable.

¿Qué diría Polonia si contribuyentes netos, como Alemania o Italia, se negaran a cumplir con sus obligaciones y entonces la UE no tuviese presupuesto para la infraestructura y los campesinos polacos?

Polonia se pronunció una vez más a favor de la responsabilidad común para Europa y los pilares de la UE en el 60 cumpleaños de la UE en Roma, en marzo de 2017. Ahora, todo eso ya no tiene valor. Polonia cuenta con un plazo perentorio de tres meses. La cuestión es si Kaczynski lo aceptará. Al final de 2017, la Comisión de la UE tiene que actuar para salvar los fundamentos de la UE. Un mal día que no hace presagiar nada bueno para 2018.

Bernd Riegert (RMR/ERS)

 

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