La Unión Africana enviará 5.000 soldados a Burundi
19 de diciembre de 2015
La escalada de violencia en Burundi ha llevado al país al borde de la guerra civil. La misión de la Unión Africana contará con 5.000 soldados y policías.
Publicidad
El Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana ha autorizado el envío de una fuerza de paz integrada por 5.000 soldados y policías a Burundi, donde la escalada de violencia ha llevado al país al borde de la guerra civil. La Unión Africana desplegará la Misión Africana de Prevención y Protección en Burundi (MAPROBU) durante un periodo inicial de seis meses. Así lo anunció la organización panafricana a través de un comunicado difundido a última hora de ayer (18.12.2015).
La misión de paz tendrá como objetivo prevenir el deterioro de la situación de seguridad, proteger a la población civil y promover el diálogo entre las partes en conflicto en Burundi y con actores internacionales. El Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana ha dado un plazo de 96 horas al Gobierno de Burundi para que confirme su apoyo a esta decisión. Las autoridades burundesas tienen así hasta el lunes para decidir si cooperarán con la misión y facilitarán el cumplimiento de su mandato.
La Unión Africana recalca, no obstante, "su determinación de tomar todas las medidas necesarias contra cualquier parte o actor que quiera impedir la adopción de esta decisión". Así, se reserva el derecho a desplegar las tropas incluso con la oposición del Gobierno de Burundi, invocando una cláusula que le permite desplegar una fuerza de paz ante una situación de genocidio o crímenes de guerra, en contra incluso del consentimiento del país.
Evitar un nuevo genocidio
La Unión Africana ya advirtió esta semana de que no permitirá "otro genocidio" en el continente, en alusión al deterioro de la seguridad en Burundi, donde la ONU teme que la situación degenere hacia matanzas a gran escala tras los asesinatos registrados en los últimos meses. El pasado mes de abril comenzaron una serie de violentas protestas después de que el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, anunciase su intención de presentarse a las elecciones por tercera vez, algo prohibido por la Constitución.
Las elecciones se celebraron y Nkurunziza ganó los comicios el pasado julio, con un 69 por ciento de los votos, un resultado que la comunidad internacional no ha reconocido por la falta de garantías durante su celebración. Al menos 400 personas han sido asesinadas en Burundi desde el pasado 26 de abril, aunque se estima que la cifra real de fallecidos es mucho mayor. Más de 220.000 se han visto obligadas a abandonar el país, según Naciones Unidas. La ola de violencia está arrastrando al país a un conflicto que algunos califican de étnico, aunque desde la oposición se asegura que están muriendo burundeses de las dos tribus mayoritarias, hutus y tutsis.
MS (efe/afp)
Lugares en los que el mundo se desangra (2014)
En distintas regiones del planeta, conflictos armados destruyen vidas, infraestructura y el concepto de sana y pacífica convivencia entre seres humanos. (2014)
Imagen: picture-alliance/dpa
Libia: un gobierno que no gobierna
Tras el derrocamiento de Muammar Gaddafi, Libia no ha conseguido retomar el orden. Los distintos grupos que combatieron en esa guerra civil se disgregaron, no responden al gobierno central y combaten por sus propios intereses, generalmente relacionados con diferencias religiosas y la explotación del petróleo.
Imagen: Reuters
Sudán del Sur: lucha de líderes tribales
Sudán del Sur es el Estado más joven del planeta. Pero desde su independencia, en 2011, el país no ha logrado estabilizarse. Buena parte de los problemas responden a diferencias irreconciliables entre el presidente Salva Kiir y el líder rebelde y ex vicepresidente Riek Machar. Pertenecen a etnias distintas y ambos quieren el poder. Nuevamente el petróleo surge como factor de importancia.
Imagen: AFP/Getty Images
Nigeria: entre Boko Haram y el ébola
El grupo islamista radical Boko Haram tiene en serios aprietos al gobierno del presidente Goodluck Jonathan. El mandatario ha sido incapaz de controlar la insurgencia en el norte del país, e incluso Boko Haram ha extendido su influencia a Camerún. El secuestro de más de 200 niñas y los repetidos atentados no han disminuido. A eso se suma ahora el ébola en Nigeria. Problemas y más problemas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Irak: un país dividido en la práctica
Las diferencias entre sunitas, chiitas y kurdos en Irak han existido siempre, pero por las buenas o por las malas se mantuvieron bajo la misma bandera. Sin embargo, ahora el caos político, la insurgencia y el avance de los rebeldes del Estado Islámico tienen al país al borde del colapso. Con el nuevo primer ministro, Haidar al Abadi, y la ayuda internacional, eso podría cambiar. Pero no pronto.
Imagen: Ahmad Al-Rubaye/AFP/Getty Images
Ucrania: los prorrusos tienen en jaque a Kiev
La caída del presidente prorruso Viktor Yanukovich desencadenó una serie de acontecimientos que sumieron a Ucrania en el caos. Primero Rusia tomó Crimea, luego rebeldes prorrusos se alzaron en armas en el este ucraniano, después asumió Petro Poroshenko el poder y lanzó una operación militar y ahora se vive una crisis humanitaria en Lugansk y Donetsk, donde siguen los combates.
Imagen: Reuters
Gaza: operación con cientos de civiles muertos
El secuestro y asesinato de tres jóvenes judíos, que Israel atribuyó a Hamás, comenzó una escalada que terminó con la invasión de la Franja de Gaza, con el objetivo declarado de destruir los túneles que usan los milicianos de Hamás para pasar a Israel. Sin embargo, la operación militar causó numerosas bajas civiles y la comunidad internacional llamó a negociar la paz. Casi 2.000 personas murieron.
Imagen: Reuters
Siria: una gigantesca crisis humanitaria
En marzo de 2011, las protestas contra el régimen de Bashar al Assad se convirtieron en una guerra civil que hasta ahora deja casi 200.000 muertos. Ahí surgió el Estado Islámico, mientras los combates entre el Ejército Libre Sirio y el Ejército de Siria continúan, sumados a enfrentamientos cruzados entre opositores radicales y opositores moderados. Miles de sirios han debido huir de sus hogares.