Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea acordaron este lunes en Bruselas congelar ocho de los 35 capítulos de que consta la negociación para el ingreso de Turquía al bloque comunitario. Los puntos que serán suspendidos conforman, de acuerdo con participantes en el encuentro, la parte central del diálogo entre la comunidad europea y Turquía.

La medida pretende ejercer presión para que el gobierno de Ankara haga más concesiones y se decida a abrir totalmente sus puertos aéreos y marítimos. Del mismo modo, la diplomacia europea aspira a que Turquía presente informes anuales sobre sus avances en el cumplimiento de las condiciones para el ingreso. Los documentos marcarían los siguientes pasos a seguir en este complejo proceso.

La fórmula alemana

Tal procedimiento coincidiría en parte con la propuesta formulada por la canciller alemana, Angela Merkel. Ella se ha manifestado en varias ocasiones a favor de una "cláusula de revisión" que periódicamente debería ser sometida por Turquía a las instituciones europeas.

El ingreso de Turquía a la Unión Europea divide opiniones dentro del propio bloque comunitario. Gran Bretaña y España buscaban que fueran menos los capítulos restringidos, mientras que Holanda, Austria y Grecia promovían medidas más duras.

"Al final tomamos una decisión inteligente y viable. Nos da una pausa necesaria en la negociación", dijo la representante europea, Ursula Plassnik. Pero la tranquilidad podría durar poco. De hecho, el sorpresivo anuncio de este lunes podría afectar el ánimo previo a la cumbre europea que se celebrará el jueves y viernes.

Frágiles puentes

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, advirtió que medidas demasiado duras podrían "romper los puentes". "El acercamiento entre Turquía y Europa, y el involucramiento de Turquía en los valores europeos, son tareas de la más alta importancia", insistió. "No debemos destruir en unos cuantos días lo que hemos edificado en largos años", dijo.

El ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, aclaró que todavía no está definida la posición unitaria que adoptará la Unión Europea respecto de Turquía, aunque dicho paso está "cada vez más cerca".

Este paso podría darse durante la cumbre, en la cual es probable que el bloque ejerza aún más presión sobre Turquía. El objetivo, en todo caso, es claro: que Ankara permita la apertura total de sus puertos marítimos y aéreos. La meta final, sin embargo, es acabar con el diferendo sobre la isla de Chipre. Ésta, con su actual división, constituye un símbolo ominoso para el bloque europeo, que promueve la democracia como uno de sus ejes rectores.