Tras criticar sus informes, el presidente colombiano volvió a poner buena cara a la comunidad internacional. ¿Borrón y cuenta nueva? Sobre el papel de Bruselas en esta encrucijada, DW habló con la directora de la FIDH.
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"Que el presidente Duque reiterara ante Antonio Guterres que no piensa finalizar el mandato de la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, y que Naciones Unidas es bienvenida en Colombia, está en gran contraste con las reacciones de hace unos días”, dice a DW Jimena Reyes, directora para las Américas de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).
Tanto el informe de la Oficina de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, como el del relator especial para defensores de derechos humanos, Michel Forst, evidencian fallas, tanto en la política de seguridad como en la implementación del acuerdo de paz.
El aumento de masacres en 2019, el bajo porcentaje en el esclarecimiento de asesinatos o la falta de agilidad en la reincorporación de los excombatientes son algunas de las observaciones que resaltan los informes.
La UE, socia de Colombia desde 2013
Tanto la ONU como la Unión Europea apoyan y monitorean la implementación de esos acuerdos. Y aunque desde la UE no hubo un llamado de atención formal al gobierno colombiano, desde la delegación de la UE en el país y desde las representaciones diplomáticas europeas se viene expresando preocupación por el incremento de la violencia que se registra en ese país.
"No se ha hecho una crítica del rechazo a las constataciones de Naciones Unidas, pero es muy probable que haya habido discusiones discretas. Es una estrategia que suele utilizar la UE”, sigue Reyes.
Cabe recordar que la UE mantiene con Colombia, su socio desde el 2013, un diálogo anual sobre derechos humanos y que, además, es garante de la implementación del proceso de paz.
Con apoyo político, un fondo fiduciario para proyectos tanto de reincorporación de excombatientes como de desarrollo rural, Europa -principal inversionista del país- pretendía aportar a la consolidación de este complejo proceso. También hay en juego fondos de cooperación técnica y préstamos del Banco Europeo de Inversiones.
Datos versus discursos
En este sentido, "a Colombia sí le importa su imagen en el escenario multilateral, y probablemente por eso bajó el nivel de crítica a la ONU”, analiza la directora de la FIDH.
Por otro lado, "el gobierno de Duque maneja dos discursos: uno, soberanista, para contentar al ala más conservadora del país, que nunca ha querido el acuerdo. Otro, para la escena internacional, cuyo apoyo pretende preservar”, añade.
Pero los datos son elocuentes. Si hace 20 años, en 700 de los más de 1.100 municipios colombianos se vivenciaba el conflicto, en este momento son 130. Pero, según datos de la revista colombiana Semana, en 2019 eran 86. "Es absolutamente lamentable que se esté desperdiciando tanto tiempo en hacer sonrisas, por un lado, y críticas por otro”, subraya Reyes.
"Necesitamos que haya un reconocimiento de la gravedad de la situación: asesinatos de líderes sociales, el retorno del paramilitarismo y falta de voluntad proactiva para implementar ese acuerdo”, puntualiza Reyes. En su opinión, sería imperativo comenzar lo antes posible a seguir las recomendaciones de Naciones Unidas.
¿Cuáles son las recomendaciones? "Básicamente, se mueven en dos ejes: la implementación del acuerdo, en cuanto a la lucha contra el paramilitarismo y la sustitución de cultivos ilícitos. Y la protección de excombatientes y líderes sociales”, resume Jimena Reyes.
Con respecto a la tendencia del gobierno de Duque a enfocar la atención en el narcotráfico como el principal actor de la violencia colombiana, Reyes responde: "Implementar los acuerdos de paz es también un primer paso en ese sentido. Los territorios abandonados por las FARC –que deberían recibir la atención del gobierno- están cayendo en manos de paranarcos y nuevos carteles, también mexicanos”.
En la encrucijada
Cabe recordar, que desde antes de la firma del acuerdo comercial, la UE condicionaba el acceso al mercado europeo a la lucha contra el narcotráfico. "También por eso, apoyada por la sociedad civil, apostó fuertemente por los acuerdos”, recuerda Reyes. En este sentido, la directora de la FIDH, si bien reconoce el esfuerzo financiero y político, dice que, de Bruselas "echamos en falta un mayor nivel de crítica y presión utilizando los instrumentos más contundentes”.
¿Instrumentos como cuáles? "Recordemos la cláusula sobre derechos humanos que está en el acuerdo”, dice Reyes. "Bogotá está en la encrucijada. Es muy importante que la UE sepa presionar lo suficiente para que Colombia se quede del lado de la comunidad internacional constructiva”, concluye.
(cp)
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Lo que fue de los latinos extraditados por narcotráfico a Estados Unidos
Muchos personajes vinculados con el narcotráfico en Latinoamérica se encuentran recluidos en cáraceles de máxima seguridad de Estados Unidos. Otros, en tanto, ya han recuperado la libertad.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Murat
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “el Chapo”
El jefe del Cártel de Sinaloa protagonizó espectaculares fugas. Incluso, se convirtió en el segundo hombre más buscado por el FBI y la Interpol, después de Osama Bin Laden. En 2017 fue extraditado a EE.UU. y sentenciado a cadena perpetua por narcotráfico, posesión de armas y lavado de dinero. Hoy se encuentra recluido en la cárcel de máxima seguridad ADX Florence, en Colorado.
Imagen: picture alliance/dpa/J. Mendez
Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela del Cártel de Cali
Miguel y Gilberto (en la foto) Rodríguez fueron los jefes del Cártel de Cali hasta 1995. Gracias a su colaboración con la Policía, Pablo Escobar fue capturado. Ambos fueron extraditados a EE.UU., siendo sentenciados a cadena perpetua en 2006. Mientras Miguel se encuentra en la prisión de Edgefield en Carolina del Sur, su hermano pasa los días la cárcel de Butner, en Carolina del Norte.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/SIJIN
Héctor “El Güero” Palma Salazar
Fue el principal socio de “El Chapo” Guzmán. En 2007 fue extraditado a EE.UU., siendo declarado culpable por tráfico de cocaína. “El Güero” cumplió solo nueve de sus 16 años de condena en la prisión federal de Colorado, quedando en libertad por “buena conducta” en 2016. Tras ser deportado a México, fue condenado allí por homicidio. Está recluido en el penal del Altiplano.
Imagen: thewhistleblowers.info
Diego Montoya Sánchez, “Don Diego”
Estuvo en la lista de los 10 más buscados por el FBI. Diego Montoya Sánchez, “Don Diego”, fue uno de los máximos líderes del Cártel Norte del Valle, Colombia, durante los 90. Fue capturado en 2007 por el Ejército Colombiano y extraditado a EE.UU. en 2008. En 2009 se declaró culpable en Miami, siendo condenado a 45 años de cárcel por los delitos de narcotráfico, asesinato y chantaje. Sigue preso.
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Juan Carlos Ramírez Abadía, “Chupeta”
Tras la muerte de Pablo Escobar y la detención de los hermanos Rodríguez, el “Chupeta” se convirtió en el principal distribuidor de cocaína en los Estados Unidos, innnovando incluso en los medios de transporte. Ramírez fue capturado en 2007 en Brasil y extraditado a EE.U.U, donde recibió 55 años de condena. Es conocido por haberse sometido a varias cirugías estéticas para cambiar su rostro.
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Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”
Popularmente conocido como “La Barbie”, Édgard Valdez Villarreal tenía una cercana relación con Joaquín “El Chapo” Guzmán para traficar cocanía desde México y Colombia a Estados Unidos. Es considerado uno de los narcotraficantes más sanrgientos de la historia de México. En 2010 fue detenido en su país, pero luego extraditado a EE. UU. en 2015. En 2018 fue condenado a 49 años de presidio.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”
“La Reina del Pacífico”, como es conocida Sandra Ávila Beltrán, fue condenada a 5 años y 10 meses de prisión por una Corte de Miami en 2013. Estados Unidos la acusó por delitos de asociación delictuosa para distribuir cocaína, por su relación con el Cártel de Sinaloa. Sin embargo, estuvo solo un año encarcelada en ese país, ya que se le consideró su tiempo en prisión en México. Hoy está libre.
Imagen: picture-alliance/dpa
Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”
Pese a que en algún momento fue cercano a “El Chapo” Guzmán, terminó siendo su peor enemigo. Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, fue uno de los causantes de las batallas más sangrientas vistas en Sinaloa, México. En 2008 fue capturado en su país y el 2014 extraditado a Estados Unidos. Allí fue sentenciado a cadena perpetua por la Corte del Distrito de Columbia por tráfico de drogas.
Imagen: Getty Images/AFP/O. Torres
Dámaso López, “El Licenciado”
Dámaso López, “El Licenciado”, conoció a Joaquín "El Chapo” Guzmán cuando era subdirector de Puente Grande, la misma cárcel desde donde se fugó el narcotraficante en 2001. Tras eso, López se convirtió en uno de los hombres de confianza de Guzmán. En 2017 fue detenido en México y ese mismo año sentenciado en EE. UU. a cadena perpetua por tráfico de cocaína.
Imagen: Reuters/C. Jasson
Vicente Zamblada Niebla, “El Vicentillo”
Hijo del actual líder del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada, en 2009 fue detenido en México y extraditado a EE. UU. en 2012. “Vicentillo” pudo haber enfrentado una cadena perpetua, pero por su colaboración en el juicio a “El Chapo”, fue condenado en 2019 a 15 años de prisión. De ellos, solo cuatro debían hacerse efectivos, dado que el juez consideró su tiempo en prisión en México y en EE. UU.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Martín Villegas Navarrete, “El Elegante”
Martín Villegas Navarrete, “El Elegante”, es considerado uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva. En 2015 fue detenido por la Policía Federal en Ciudad de México y en 2018 fue extraditado a Estados Unidos, país que lo solicitaba desde 2011. En junio de 2019 lo sentenciarion a casi 14 años de prisión en Estados Unidos, tras pagar una multa de 800 mil dólares.