En el "bingo de refugiados" de la UE, el ultraderechista italiano Matteo Salvini solo puede ganar. ¿Por qué habría de cambiar de rumbo?, se pregunta Bernd Riegert.
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El ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, calificó de "patética” la actual situación del rescate de migrantes que naufragan al intentar cruzar el Mediterráneo de Libia hacia Europa. Se refiere al "bingo de refugiados", como se le llama en la cínica jerga de Bruselas al juego que los Estados de la UE juegan cada vez que un barco privado de socorro, con 40 o 50 rescatados a bordo, busca dónde anclar en los puertos italianos. La directora de la Oficina de Migración de la Comisión de la UE trata entonces de convencer a los Ministerios del Interior en los Estados miembros de que reciban a un puñado de personas, a través de una conferencia telefónica. Este es un vergonzante y despiadado regateo.
Esta situación ha sido provocada por el ministro del Interior de extrema derecha de Italia, Matteo Salvini, que utiliza a los refugiados para ganar elección tras elección, presentándose como el incondicional defensor de los intereses de los italianos.
Cerrar los puertos y disuadir a los migrantes: problema resuelto. Esta es la receta populista de Salvini. Un pequeño número de Estados miembros de la UE, liderados por Francia y Alemania, ya no quieren jugar a ese bingo. Estos países buscan un acuerdo definitivo sobre quién debe hacerse cargo de cuántas vidas salvadas.
El hecho de que el ministro alemán del Interior busque ahora una solución se debe probablemente a la valiente acción de la capitana Carola Rackete, que llevó la situación a los titulares de los diarios, gracias a su intrépida llegada al puerto de Lampedusa.
Rackete comparecía hoy ante un fiscal en Italia, mientras los ministros del Interior se reunían en Helsinki. Fue acusada porque llevó a tierra a migrantes náufragos agotados, y vituperada por Salvini, que quiere ver en la cárcel a quien calificó falazmente de "pirata”. El caso ha generado en Alemania una ola de solidaridad que ha movido hasta la pesada maquinaria del Gobierno de coalición en Berlín.
Nadie quiere asumir la responsabilidad
Pero en la reunión de Ministros del Interior en Helsinki quedó claro que nada se moverá, por ahora. Se pospuso un acuerdo, por lo menos, hasta septiembre. El miserable juego continuará. Esto se debe principalmente a que ni los Estados que quieren un acuerdo, ni Italia, están dispuestos a ceder.
Los Estados de la UE solo quieren aceptar a las personas que tienen la posibilidad de recibir asilo. Estiman que los demás migrantes deben quedarse en Italia. Se trata de al menos el 70%.
Matteo Salvini, por su parte, quiere distribuir a todos los inmigrantes inmediatamente a otros países y no quedarse con los casos sin perspectiva de asilo. Él sabe que es muy difícil deportarlos a sus países de origen. Se quedarían en Italia. Por su parte, los países receptores como Alemania también saben que ya no podrían deportar a los solicitantes sin chance de asilo.
Por eso insisten en hacer respetar las normas actuales de procedimiento y registrar a dichas personas en Italia. En Italia se decide quién realmente necesita protección y quién no. Eso puede llevar meses. Y también pueden pasar meses antes de que los otros Estados cumplan sus compromisos y recojan a los solicitantes de asilo.
Aunque en algún momento se lograra organizar una distribución temporal para las pocas personas que son rescatadas de las aguas del Mediterráneo por socorristas, el problema de fondo quedaría sin ser solucionado.
La UE necesita una reforma del sistema de asilo, en la que se redefinan las responsabilidades y las cuotas de recepción de refugiados. Pero la UE está aún lejos de lograrlo. Los países de Europa del Este, junto con Italia y Austria, bloquean cualquier progreso, desde hace años.
El nuevo comienzo de la nueva presidenta
La nueva presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, ha anunciado un nuevo enfoque para romper este nudo gordiano. Pero no tendrá mucha suerte mientras los populistas al estilo de Salvini gobiernen en Italia, Hungría o Polonia. Ellos pueden sacar excelentes réditos electorales con el permanente tema de la supuesta amenaza de la migración, pese a que la realidad demuestre que el número absoluto de personas que aún llegan a Europa sigue disminuyendo drásticamente.
¿Por qué cambiar el curso? Se trata de intereses propios, no de tener misericordia con los refugiados o migrantes.
(jov/er)
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¿Hacia dónde huyen los refugiados africanos?
Los africanos que abandonan sus países de origen suelen preferir el mismo destino, lo que recarga el peso en Estados que no están preparados para recibir esa demanda de ayuda. Uganda encabeza la lista.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Heunis
Números de refugiados en África
Hay más de 30 millones de migrantes en África: eso incluye a los refugiados, desplazados internos y repatriados. Las cifras aumentaron en los últimos años y DW descubrió que los que abandonan sus países de origen tienden a ir al mismo destino. El niño de Sudán del Sur que se muestra en esta foto es uno de los muchos que encontraron refugio en un campamento de refugiados en Uganda.
Imagen: Imago/ZUMA Press/G. Cloarec
Sudán del Sur
Para finales de abril de 2018, 2,3 millones de personas de Sudán del Sur habían huido de su país a través de una frontera internacional, el número más alto entre los países africanos. Su principal destino: la vecina Uganda. La crisis de refugiados de Sudán del Sur es la tercera más grande del mundo, después de Siria y Afganistán. Muchos refugiados sudaneses del sur son niños.
Imagen: Getty Images/D. Kitwood
Un largo camino por recorrer
La República Democrática del Congo (RDC) es una de las naciones con mayor diversidad étnica del mundo. Esto es causa de tensión y contribuye a la violencia, lo que impulsa el desplazamiento de las personas. Los civiles sufren ataques de grupos armados y enfrentamientos entre comunidades. La mayoría de los ataques se reportan en el norte y sur de Kivu, Ituri, Tanganyika, Haut-Katanga y Haut-Lomami.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Moore
República Democrática del Congo (RDC)
Cientos de miles huyeron del país hasta 2018. La RDC tiene que tratar con millones de desplazados internos, mientras otros muchos encontraron refugio en países vecinos. Uganda es su principal destino y actualmente alberga a unos 2,3 millones de refugiados de la RDC. Las razones también son geográficas, ya que Uganda comparte fronteras con muchas regiones devastadas por crisis.
Imagen: Reuters/J. Akena
Los somalíes huyen a Kenia
Somalia está golpeada por conflictos civiles que llevan a miles a huir a las vecinas Etiopía y Kenia y que han dejado a muchos somalíes al borde del hambre. El país carece de un gobierno central unificado. El grupo yihadista Al Shabaab, afiliado a Al Qaeda, controla gran parte del sur de Somalia, aunque las tropas de la Unión Africana le han propinado importantes derrotas.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Schmidt
Somalia
El número de refugiados somalíes es casi tan alto como el de los refugiados de la República Democrática del Congo. Pero, el principal destino para los somalíes es Kenia. El campamento de Dadaab, un complejo de tres asentamientos, es el campamento de refugiados más grandes del mundo. Fue construido para albergar a 90.000 personas, pero ahora cobija a más de 200.000.
Imagen: Oli Scarff/Getty Images
Uno de los campamentos de refugiados más grandes del mundo
En toda África, los migrantes buscan un refugio seguro. Algunos lo encuentran en campamentos de refugiados como el más grande del mundo, en Dadaab, Kenia, donde pueden quedarse por años y comenzar nuevas vidas y familias. Esto contribuye al aumento del número de refugiados y explica por qué algunos niños nacen con el estatus de refugiados.
La República Centroafricana ha estado inestable desde su independencia de Francia en 1960. Los rebeldes musulmanes Seleka tomaron el poder en el país de mayoría cristiana en 2013. Bajo la presión internacional, Seleka entregó el poder a un gobierno de transición en 2014, pero siguieron meses de violencia y la República Centroafricana quedó dividida.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Belluz
Luchando para surgir
Burundi es una de las naciones más pobres del mundo. Tras una guerra civil de raíces étnicas de 12 años, el país todavía lucha por recuperarse. La generalmente dominante minoría tutsi y la mayoría hutu no han logrado superar las tensiones desde la independencia del país en 1962. En 1994, una guerra civil entre los dos grupos étnicos dio lugar a uno de los conflictos más persistentes de África.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Abdi Warsameh
Burundi
Burundi ha estado en otra crisis desde abril de 2015, después del anuncio del presidente Nkurunziza de que se postularía para un tercer mandato. La economía ha disminuido significativamente debido a la inestabilidad política y la inseguridad. Persisten las violaciones de derechos humanos como los secuestros y torturas cometidas por la Policía, el Ejército y la liga juvenil del partido gobernante.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Entre la vida y la muerte
En Nigeria, el país más poblado de África, miles de personas han muerto en los últimos años en ataques liderados por la organización terrorista islamista Boko Haram. Al mismo tiempo, las aspiraciones separatistas crecieron y la imposición de la ley islámica en varios estados del norte ha traído divisiones y provocado que miles de cristianos huyan, a veces en un peligroso viaje por el desierto.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Ag Anara
Nigeria
El conflicto es la principal causa de la crisis humanitaria en Nigeria. En el noreste, Boko Haram ha afectado a más de 14 millones de personas. El grupo lleva a cabo ataques contra militares y civiles en Borno, Yobe y Adamawa. El conflicto entre pastores y agricultores en el Cinturón Medio de Nigeria y los estados del sur se ha vuelto cada vez más violento, matando y desplazando a miles.