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La Unión Europea y el dilema por los migrantes en Italia

18 de septiembre de 2023

La visita conjunta a Lampedusa de la primera ministra italiana, Meloni, y la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, tiene como fin influir en la política migratoria de la UE. ¿Qué puede hacer von der Leyen?

Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (izqda.), y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni (dcha.), visitan el centro de acogida de inmigrantes de la isla siciliana de Lampedusa.Imagen: YARA NARDI/REUTERS

La abrumada primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pide ayuda, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión de la Unión Europea, responde. Ambas políticas visitaron este último fin de semana (16 y 17 de septiembre) la isla italiana de Lampedusa, adonde la semana pasada llegaron alrededor de 8.000 inmigrantes tunecinos.

Meloni dijo en un video en la plataforma X (antes Twitter) que Italia necesita y exige la ayuda de la UE. "La presión migratoria que vive Italia desde principios de año es insostenible", sostuvo. La primera ministra italiana había prometido el fin de la inmigración durante su campaña electoral, y ahora se ve presionada a cumplir con su promesa, dadas las imágenes de las caóticas condiciones en Lampedusa. Ya en abril, 2.000 personas llegaron a Lampedusa en un solo fin de semana.

Es así que Ursula von der Leyen pudo observar en el lugar las condiciones de Lampedusa y lamentarlas. Pero no pudo presentar ninguna ayuda de emergencia inmediata. Esta tendría que ser proporcionada por los demás Estados miembros de la Unión Europea (UE), y solicitada por Italia al personal de coordinación de la Comisión de la UE en Bruselas. Italia lleva años recibiendo personal y ayuda financiera de la UE para el funcionamiento de centros de acogida y puntos de registro, los llamados hotspots.

¿Qué se le permite hacer a una misión naval?

En su videomensaje del viernes (16.09.2023) por la noche, Giorgia Meloni pidió un cambio paradigmático en la UE. Ya había dicho en la reciente cumbre de la UE celebrada en Bruselas en junio que la mejor solución sería detener por completo la migración. Al parecer, la primera ministra quiere impedir que los barcos salgan de Túnez con la ayuda de una misión de la UE. Pero esto viola obviamente el derecho marítimo internacional. Ni los barcos italianos ni los de la UE pueden operar en la zona de 12 millas frente a la costa tunecina. Solo Túnez tiene jurisdicción allí. En alta mar, fuera de las zonas de 12 millas, los buques de la UE no pueden intervenir en absoluto, siempre que las embarcaciones de los migrantes estén en condiciones de navegar.

Centro de acogida de inmigrantes en Lampedusa.Imagen: Adrian De Loore

Italia tampoco puede impedir permanentemente que los barcos atraquen en sus puertos. Sin embargo, las autoridades italianas pueden denegar, en principio, el acceso a embarcaciones en condiciones de navegar, por razones de seguridad, y asignarlas a otros puertos. A los náufragos de los barcos de salvamento debe asignarles un puerto seguro el Centro Nacional de Coordinación de Socorro Marítimo en Roma, pero este puerto también puede estar lejos, por ejemplo, en el norte de Italia. Desde principios de este año, el gobierno italiano intenta dificultar la actividad de los barcos de salvamento privados. En la práctica, eso apenas repercute en el número de personas que llegan, ya que, según los guardacostas, cerca del 90 por ciento de los migrantes logran la travesía por sus propios medios y desembarcan en algún lugar dentro o fuera de un puerto de Italia. En los ocho primeros meses del año habrían llegado a Italia 120.000 migrantes.

Conversaciones con Túnez

Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni visitaron Túnez en julio de 2022, junto con el primer ministro holandés, Mark Rutte. Después de la visita, anunciaron que habían llegado a un  acuerdo con el presidente tunecino. Túnez impedirá que los refugiados crucen hacia Europa a cambio de una ayuda económica de unos 1.000 millones de euros. Sin embargo, aún está por verse si esto se concretará, y de qué manera. Sobre todo, teniendo en cuenta que el presidente tunecino, Kaïs Saied, había declarado que su país no se convertiría en el campo de refugiados de la UE.

(gg/cp)

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