1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

La "Unión" hace la debilidad

12 de noviembre de 2002

En la Asamblea General del Partido Cristianodemócrata alemán (CDU), en Hannover, se logró unidad sobre quienes serán los jefes del partido, pero se demostró división sobre sus directrices.

Angela Merkel celebra su victoria.Imagen: AP

Desde el punto de vista político, Angela Merkel es la mujer más poderosa de Alemania. Esta cristiano-demócrata, proveniente del oriente alemán, quedó confirmada como la jefe absoluta de la Unión Cristianodemócrata (CDU). A favor de Merkel votó el 93,72 % del pleno compuesto por 1.000 delegados asistentes a la Asamblea General del partido que tiene lugar en Hannover.

¿Schröder a la deriva?

En una arenga previa a la reelección Merkel criticó, duramente, la política de la coalición alemana de gobierno. La jefe del CDU acusó al canciller Schröder de haberle mentido al pueblo "sin ruborizarse". Merkel dijo además que la coalición rojiverde demuestra no tener "ni dirección, ni línea y mucho menos capacidad". Angela Merkel, mencionando personalmente al canciller, acusó a Schröder de estar guiado por "el intervencionismo estatal" y de querer "administrar sólo el momento".

Fuertes críticas sin fórmulas propias

A pesar de las fuertes acusaciones al gobierno de coalición socialdemócrata y verde, la jefe del partido cristianodemócrata tampoco ofreció alternativas a la actual crisis en la que se encuentra Alemania. Merkel se limitó a invocar "un retorno a lo político" y a ofreció "premiar el rendimiento". En cambio de presentar una lista de fórmulas realizables, la jefe del CDU anunció la composición de una comisión que estudie la reforma del sistema social alemán que se encuentra amenazado por el colapso.

El partido cristianodemócrata ha logrado unidad en la elección de su jefa pero no en sus consignas. Dicho partido conservador demostró estar tan dividido como antes de la pasada campaña electoral. Mientras Angela Merkel se mostró empeñada en continuar la renovación programática del partido, viejos patriarcas conservadores le han advertido de no regalar "la vajilla de plata" del partido.

¡Vuelve la pezca en río revuelto!

Tras esta crítica se esconde más que un dicho alemán y su resultado será decisivo para el partido, para su jefa y para Alemania. La pugna radica en si el partido cristianodemócrata será capaz de ampliar su horizonte político a temas como el papel de la mujer en la sociedad, la unión libre, los derechos de igualdad de los homosexuales y, entre otros, a la definición de Alemania como un país que necesita o no inmigración.

Precisamente, con motivo de las próximas elecciones regionales en los estados federados de Hesse y Baja Sajonia, los críticos de Merkel "amenazaron" en Hannover con incluir en la agenda de la campaña el tema de la inmigración. Roland Koch, jefe del estado federado de Hesse, pretende así liderar, de nuevo, una campaña de carácter xenófobo con la esperanza de ganar fuerza para lograr su verdadero objetivo: derribar a Angela Merkel de su trono y quitarle la corona como candidata potencial a canciller.