Suiza no es precisamente un país con fama cervecera. Pero a la vista de su número de habitantes, la densidad de fábricas de cerveza está por encima de la media. La razón es que muchas cerveceras particulares y regionales se han establecido en el país alpino. Y como allí no imperan leyes de pureza también producen algunas extravagancias, como cerveza de castaña o de cáñamo.