Carlos Lehder, quien fuera la mano derecha de Pablo Escobar, fue enviado de una cárcel de EE. UU. a Alemania. La vida del narcotraficante colombo-germano ofrece material para una novela.
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Droga, sexo y salsa: también el último día en libertad de "Crazy Charly" transcurre según lo acostumbrado. Carlos Lehder Rivas, rodeado de cocaína y prostitutas, celebra junto con el cartel de Medellín cuando uno de los asesinos a sueldo de Pablo Escobar toca la puerta.
Lehder no duda, le dispara y lo mata. Gritos, conmoción, y un cadáver en medio de la ruidosa fiesta en la que sigue retumbando la música. La realidad de los narcos de Colombia supera, sin duda, a la mejor serie de Netflix.
Carlos Lehder le ofrece sus disculpas a Pablo Escobar, el cadáver es desechado, y la fiesta continúa. Pero mientras el capo narco colombo-alemán cree que la vida seguirá siendo como hasta ese momento, Escobar ya tomó su decisión. Después de todo, no hay nada más peligroso que un narcotraficante loco que pone en peligro la empresa con sus aventuras. Ese día, Pablo Escobar lo lleva a un lugar secreto, le promete que allí estará seguro, y luego lo delata a las autoridades estadounidenses.
Pablo Escobar traicionó a su mano derecha
Pablo Escobar desmintió vehementemente en una carta abierta haber participado en la extradición de su socio. Pero hacía tiempo que Escobar había perdido la simpatía por Carlos Lehder. Lo extraño es que no lo mandara a matar, como hacía con tantos otros.
El destino le tenía reservada dos alternativas a estos jefes del narcotráfico: la muerte, como la de Escobar, a manos de una unidad de élite del Ejército colombiano y de EE. UU. en 1993, durante un allanamiento en Medellín, o una cárcel en EE. UU., como sucedió con Lehder. El juicio, en 1988, fue el mayor contra un narcotraficante extranjero en la historia de Estados Unidos.
El tribunal juzgó a Lehder a cadena perpetua sin libertad condicional, y a otros 135 años en prisión, debido a que transportó de manera sistemática cerca de 2.500 kilogramos de cocaína que luego se distribuyeron en las calles de EE. UU.
El pérfido mecanismo del narcotráfico
Con su método, Lehder cambió la historia del narcotráfico a fines de los años 70. Compró una isla en las Bahamas, el Cayo Norman, a 340 kilómetros de la costa de Florida, EE. UU. Sobornó a las autoridades y envió bolsas enteras con cocaína en avionetas en dirección a EE. UU., volando bajo y eludiendo así a los detectives que lo perseguían. De ese modo, dejaba atrás la era de las "mulas", los mensajeros que transportaban la droga viajando en aviones comerciales, ocultando la cocaína en su ropa, o tragándosela. Cuatro de cinco bolsitas de cocaína en EE. UU. provenían en esa época de la flotilla de "Crazy Charly", que ganaba miles de millones de dólares, y celebraba en su isla privada fiestas descontroladas.
Pero, a mitades de los 80, EE. UU. descubre las rutas de transporte del narcotraficante y pone fin a la fiesta que parecía que iba a durar para siempre. Y Lehder comienza a perder el apoyo de Escobar. Su juicio en EE. UU. es la mecha que enciende una nueva era política en Colombia: el país sudamericano logra por primera vez extraditar a un narcotraficante a EE. UU. Y cientos lo seguirán. Tres años más tarde, Lehder Rivas hace un trato con las autoridades estadounidenses: tiene que testificar contra el entonces presidente y capo narco Manuel Noriega, y EE. UU. reduce su pena a 30 años. La segunda parte del trato es que Lehder no permanecerá durante toda su condena en la cárcel. Este acepta, pero su pena es reducida a 55 años, mientras el expresidente panameño es entregado a Francia, y pasa sus últimos días en 2017 en arresto domiciliario.
Admirador de Hitler y John Lennon
Carlos Lehder tenía muchos seguidores, que creían en su loca visión del mundo y en la perversa idea de que los narcotraficantes son un grupo de visionarios que pudieron hacer lo que muchos alquimistas no lograron: transformar un kilogramo de cocaína en un kilogramo de oro, como le escribió Lehder al expresidente Juan Manuel Santos en una carta.
Lehder se caracterizaba por su mezcla de locura, amabilidad y un carisma que ocultaba su peligrosidad. Hizo construir una estatua de John Lennon en bronce en su ciudad natal, desnudo y con un casco nazi. Admiraba a Adolf Hitler como su padre, Wilhelm Lehder, un ingeniero alemán que se mudó a Colombia antes de la II Guerra Mundial; adoraba la Coca-Cola, "lo único bueno del imperialismo", y fumaba marihuana todo el tiempo, ya que según él era "la droga del pueblo", mientras la cocaína estaba ahí para "sacarles el dinero a los ricos y destruir la decadente sociedad estadounidense". Y que cada vez que podía, repetía que "el terrorismo es la bomba atómica de los pobres". Un hombre con ideas peligrosas, un mafioso de manual que ahora, enfermo y a sus 70 años, llegará a Alemania con un pasaporte temporario, según informó Der Spiegel.
(cp/few)
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Los diez rostros más famosos del narcotráfico: muertos, tras las rejas o aún libres
Algunos son celebridades pese a sus delitos. Su fama, sus fortunas, el miedo y la perversa admiración que despiertan los ha hecho parte de la historia real y ficticia. Algunos han sido condenados, otros solo sindicados.
Imagen: Jair Cabrera Torres
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, "el Chapo"
Este jefe del Cártel de Sinaloa protagonizó espectaculares capturas y fugas. Desde su fuga en 2001, se convirtió en el 2º hombre más buscado por el FBI y la Interpol, después de Osama Bin Laden. Forbes calculó su fortuna en 11 mil millones de dólares. Guzmán admitió haber asesinado entre 2.000 y 3.000 personas. Fue juzgado en EE. UU. y condenado en 2019 a cadena perpetua sin libertad condicional.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Pablo Escobar, "el patrón del mal"
Con una gran fortuna, cientos de enemigos y varios postores solicitando su cabeza, el reinventor del comercio mundial de la cocaína es recordado por sembrar el terror. Su presunta ayuda a los pobres fue una estrategia para utilizarlos como emisarios, informantes y sicarios. Su vida ha inspirado libros y películas. El "Patrón del mal" terminó abatido el 2 de diciembre de 1993 en Medellín.
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP/GettyImages
Gonzalo Rodríguez Gacha, "el mexicano"
Fue un narcotraficante colombiano, cofundador del Cartel de Medellín los 80. Apoyó la creación de grupos de autodefensa y orquestó el “exterminio” de la Unión Patriótica, un partido formado por exguerrilleros que pactaron la paz. Rodríguez Gacha murió el 14 de diciembre de 1989, en una operación militar que incluyó una persecución por tierra y aire cerca de Coveñas, junto al Tapón del Darién.
Imagen: Getty Images/AFP
Gilberto Rodríguez Orejuela, "el ajedrecista"
Antes de utilizar el terror para conseguir un objetivo, él prefería negociar y comprar. Gracias a su colaboración, Pablo Escobar pudo ser ubicado. Capturado en 1995, pagó una condena de 7 años. De nuevo en la cárcel, estudió Filosofía e Historia y se graduó con una tesis sobre la violencia. Rodríguez Orejuela sigue pagando su segunda condena.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/SIJIN
Manuel Antonio Noriega Moreno, el general "cara de piña"
Fue un dictador militar entre 1983 y 1989, cuando fue derrocado por el mismo Estados Unidos durante la invasión a Panamá. Noriega colaboró con la CIA y fue fuente de inteligencia, así como un intermediario de armas ilícitas y dinero destinado a la contrainsurgencia apoyada por Washington. Aunque era también traficante de cocaína, fue encubierto años por EE.UU. Pagó cárcel hasta su muerte en 2017.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bentley
Amado Carrillo Fuentes, "el Señor de los Cielos"
Este sinaloense asumió los negocios, tras la muerte de su socio Pablo Escobar. Apodado el “Señor de los Cielos”, por su flota de 12 aviones Boeing 727. Lavó más de 200 millones de dólares del Cartel de Medellín para financiar su empresa: el Cartel de Juárez. Huyó de la DEA por Argentina, Chile y Cuba, pero su carrera terminó en México. Carrillo murió probablemente durante una cirugía plástica.
Imagen: picture-alliance/dpa/AFP
Nemesio Oseguera-Cervantes, “el Mencho”
Presunto cabecilla de Los Cuinis, aliados del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los Cuinis controlan mercados asiáticos y europeos de cocaína y metanfetaminas. Según InSightCrime, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) relaciona a dos medios con el narcotráfico y Los Cuinis: el periódico Unomasuno y el Diario Amanecer. "El Mencho" es uno de los más buscados por la DEA.
Imagen: DEA
Ismael Zambada García, “el Mayo”
Fue socio del "Chapo", líder del Cartel de Sinaloa. Una corte de NY levantó 20 cargos contra ambos, por asesinato, conspiración para cometer homicidio e intento de homicidio de informantes, miembros de carteles rivales y agentes mexicanos. “El Mayo” habría propuesto una "pax mafiosa": reducir los crímenes para no llamar mucho la atención del gobierno de Peña Nieto. Zambada sigue libre.
Imagen: DEA
Yazenky Antonio Lamas, el "piloto del Cartel de los Soles"
Lamas era el piloto personal de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores. Lamas fue extraditado por Bogotá el 24 de junio de 2017 a EE.UU. por su presunto rol en la coordinación de más de 100 narcovuelos de Venezuela a Centroamérica y el Caribe. Lamas "conseguía códigos que permitían a aviones cargados de cocaína del presunto “Cartel de los Soles” hacerse pasar por vuelos comerciales".
Amigo de Chávez desde que era dirigente estudiantil, El Aissami es hoy ministro de Poder Popular de Petróleo de Nicolás Maduro. El Aissami habría recibido sobornos de narcotraficantes. Desde 2017 figura en la lista de buscados por la DEA, así como el empresario Samark José López Bello, su “testaferro”, con 13 empresas en EE.UU., Panamá, Reino Unido, Venezuela e Islas Vírgenes.