Miguel Ángel Luna, candidato a diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), fue asesinado por tres sicarios a plena luz del día en el Estado de México, a 35 kilómetros de la capital, hace unos días. Fue la última víctima mortal en una campaña electoral que deja un saldo de 20 asesinatos, entre un total de 70 incidentes violentos contra dirigentes, candidatos, promotores de voto e incluso simpatizantes. No se conocen los autores de los crímenes, pero éstos no han paralizado la campaña que culmina este domingo con las elecciones a jefes de gobierno en 9 estados, cientos de alcaldes y diputados en 16 entidades y los 500 representantes de la Cámara de Diputados.

“Ningún partido se salva de amenazas de muerte o de asesinatos de alguno de sus candidatos, lo que asusta e indica que aquí hay mucho que mejorar“, afirma Stefan Jost, representante en México de la Fundación Konrad Adenauer (KAS). “Eso se discute mucho, en qué forma el crimen organizado intenta tomar fichas en el juego mediante amenazas, aunque nunca se sabe quién mató, quién amenazó“, añade.

Zonas Rojas

Las autoridades han señalado zonas rojas en los estados de Michoacán, Jalisco, Guerrero, Tamaulipas y Nuevo León en donde miles de soldados y federales patrullan las calles. El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, advirtió que México pone en juego su democracia en los comicios y las calificó como las más complejas del país por las amenazas de boictot y la inseguridad.

En Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas y Veracruz, el conflicto con el magisterio supone una alta conflictividad social. Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) cumplieron con su amenaza de boicotear las elecciones con acciones en 23 ciudades de dichas entidades. En Oaxaca suspendieron clases, saquearon e incendiaron la sede del Instituto Estatal Electoral, bloquearon carreteras y tomaron gasolineras y comercios. En cuatro regiones de Guerrero distintas organizaciones llamaron a boicotear los comicios en protesta por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

“Estos grupos que promueven activamente la abstención, que rechazan la celebración de elecciones en repudio al sistema político podrían sentar un precedente muy grave si se extiende a otras regiones“, afirma el politólogo Henio Hoyo Prohuber, investigador del Instituto Giga de Hamburgo.

¿Potencial de mejoría?

En medio de la incertidumbre electoral hay buenas noticias en esta elección, según el periodista mexicano René Delgado. “Han surgido una serie de grupos ciudadanos que por una vía o por otra están presionando a partidos o a candidatos para que tengan compromisos con transparencia, con rendición de cuentas, con educación, con presupuesto. Pero son grupos incipientes y no articulados entre sí“.

La mala noticia, según Delgado, es que el abstencionismo prevalece y en los partidos sigue habiendo prácticas y políticas corruptas como la compra de voto o el acarreo de los votantes. “Pese a los esfuerzos ciudadanos me temo que prevalezca el abstencionismo, por un lado, y ,por el otro, el canje o la coacción del voto“.