ONG: violencia en Venezuela fue "más letal" que la pandemia
29 de diciembre de 2020
El Observatorio Venezolano de Violencia contabilizó 11.891 fallecidos por causas violentas, mientras que las cifras oficiales aseguran que han muerto 1.018 personas por o con COVID-19.
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Un informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), que es usado como referencia ante la falta de cifras oficiales sobre la criminalidad, asegura que en Venezuela se han producido en 2020 casi 12.000 muertes violentas. El reporte, divulgado este martes (29.12.2020), cifra en 11.891 los decesos causados por acciones criminales, lo que da una tasa de 45,6 por cada 100.000 habitantes.
La violencia además "ha sido 11 veces más letal que la epidemia" del coronavirus, dijo Roberto Briceño-León, presidente del OVV, citando una estadística de 4 personas muertas por COVID-19 por cada 100.000 habitantes en el país, un total de 1.018 fallecidos reconocidos oficialmente. La cifra de muertes violentas representa una disminución en comparación con 2019, pero aún es mucho mayor a la media mundial y de la región.
Ese año, la ONG registró 16.506 muertes por causas violentas, lo que arrojó una cifra de 60,3 por cada cien mil habitantes. Entre los casos de 2020, hubo 4.231 personas (35,5 por ciento) que fallecieron en lo que se llama "resistencia a la autoridad" (a manos de la Policía), 4.153 homicidios y 3.507 muertes que están en averiguación que, según aclaró el director del OVV, son "muertes claramente violentas" a juicio de la ONG.
La policía mata más que los delincuentes
Briceño-León denunció que hay una "epidemia de violencia policial", puesto que desde 2016 ha habido "un aumento sostenido de la letalidad policial" y, desde entonces, "cada año hay más víctimas por haberse resistido a la autoridad que los homicidios de cualquier otro tipo". Pero por primera vez en 2020 hubo más muertos a manos de policías que de delincuentes: 101 casos provocados por los agentes, por cada 100 homicidios delincuenciales.
La mitad de esas muertes fueron cometidas por el Cuerpo de Investigaciones Criminalísticas (CICPC) y la Policía Nacional, a través de la temida Fuerza de Acciones Especiales (FAES), que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió disolver tras denuncias de miles de ejecuciones extrajudiciales.
Briceño-León destacó que si bien en Venezuela "hay menos delincuentes porque han emigrado” en medio de un éxodo por la crisis económica, "no es posible desestimar el impacto que puede haber tenido también el proceso de exterminio aplicado por las acciones extrajudiciales" de las fuerzas del orden.
DZC (EFE, AFP)
Venezuela: un país desangrado
El 6 de diciembre se llevaron a cabo elecciones parlamentarias en Venezuela en medio de la peor crisis en años. Hambre y escasez caracterizan la vida cotidiana en el país. La necesidad se manifiesta de muchas formas.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
Neveras vacías
En 2018, la nación caribeña registró la inflación más alta en su historia: 65.374%, según el portal alemán Statista. En el mismo año, el Fondo Monetario Internacional incluso calculó la inflación en 1.370.000%. Debido a la falta de divisas, apenas se pueden importar bienes. Comprar en los supermercados es imposible para la mayoría de los venezolanos debido a los altos precios.
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Alimentando a los pobres en la ciudad de Valencia, estado Carabobo
Solo aquellos que traigan su propio plato o envase pueden comer algo. Incluso las organizaciones de ayuda humanitaria carecen de cubiertos desechables. El otrora rico país ha estado sufriendo una grave crisis de abastecimiento durante años. Hay escasez de todo: comida, medicinas y las cosas más básicas, como jabón y pañales.
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Los niños se mueren de hambre
En Caracas, los niños extienden desesperadamente los brazos cuando Caritas u otras organizaciones distribuyen alimentos. Muchos no han comido en días. El 96 por ciento de los hogares vive en la pobreza, 64 por ciento en pobreza extrema, según un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello. La carne, el pescado, los huevos, las frutas y las vegetales solo se sirven en muy pocas familias.
Imagen: Roman Camacho/ZUMA Press/imago images
Sistema de salud al borde del colapso
El que lamentablemente tenga que ir a un centro de salud, como aquí en el Hospital San Juan de Dios de Caracas, tiene que pagar sus propios medicamentos y suministros como catéteres y jeringas. Más de un tercio de los 66.000 médicos con licencia ya abandonaron el país. El número de otros profesionales de la salud también se ha reducido, lo que ha llevado al sistema sanitario al borde del colapso.
Imagen: Dora Maier/Le Pictorium/imago images
Barro y madera como materiales gratuitos de construcción
Un niño juega en su casa de bahareque, un tipo de vivienda hecha de madera y barro cuya construcción se remonta a la época precolombina. Debido a la creciente pobreza extrema en las zonas rurales, estas estructuras se están volviendo más comunes nuevamente. Bajo estos techos no hay agua corriente ni electricidad.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
No hay electricidad en Venezuela
Los apagones permanentes paralizan regularmente el país. La oposición señala las inversiones demoradas, la corrupción y el mantenimiento inadecuado de los sistemas eléctricos como las razones. Por ello, el gobierno tomó medidas drásticas para ahorrar electricidad. Por un tiempo, los funcionarios públicos incluso redujeron su semana laboral a dos días hábiles para ahorrar energía. Sin éxito.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Viviendo en la calle
Cuando se va la luz, hace un calor insoportable en las casas si no se tiene un aire acondicionado que funcione. Entonces la gente traslada la vida a las calles, como aquí en Maracaibo. Por años ha habido cortes de energía no solo regionales en Venezuela, sino también nacionales. El presidente Nicolás Maduro asegura que sus oponentes hacen actos selectivos de sabotaje contra la infraestructura.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Escasez aguda de agua
En la parroquia Santa Rosa, en la ciudad de Valencia, el suministro de agua ha colapsado de forma tal que hasta la gente se baña y lava su ropa y otras cosas en charcos al costado de la carretera. Ya no hay agua potable.
Imagen: Elena Fernandez/ZUMA Wire/imago images
Luz y agua
En el río Guaire fluyen solo aguas residuales y productos químicos tóxicos. En Venezuela, el agua y la electricidad son delicadamente interdependientes: la falta de electricidad y mantenimiento agrietaron las paredes de los embalses del país y el nivel del agua bajó. Como resultado, se generó menos electricidad en las centrales hidroeléctricas y se produjeron apagones. Un círculo vicioso.
Imagen: Adrien Vautier/Le Pictorium/imago images
En busca de agua potable
En Guacara, en el estado Carabobo, una residente camina por las calles con recipientes de plástico en busca de agua potable. En algunos lugares de Venezuela solo hay unas pocas horas de agua corriente tres días a la semana. Por esta razón, muchas familias llenan rápidamente todas las botellas y frascos que encuentren para tener un poco de agua cuando la sequía vuelva.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Aguas contaminadas
Los venezolanos nadan en petróleo, pero no de buena manera: en el lago de Maracaibo, los pescadores arrojan sus redes desde neumáticos viejos, a pesar de que el agua está contaminada con petróleo. Las costas también están afectadas. Debido a fugas en oleoductos y una avería en una refinería cerca de Puerto Cabello, en el noroeste del país, unos 20.000 barriles de crudo se derramaron al mar.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
"El pueblo necesita gasolina"
En Guacara, en el estado Carabobo, la gente espera con sus automóviles enfrente de las estaciones de servicio por más de dos semanas para cargar gasolina. Venezuela tiene que importar petróleo de Irán porque sus propias plantas petroleras en ruinas apenas pueden producirlo. Hace 10 años, la tasa de producción era de unos 2,3 millones de barriles al día. Ahora es menos de la mitad.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
El suministro de energía colapsó
En Caracas, la gente espera en la calle con sus bombonas de gas vacías con la esperanza de que por fin puedan volver a llenarlas. Dado que las fuentes de energía y gasolina fallan repetidamente en Venezuela, la gente ha cambiado al gas. Pero este recurso también se ha vuelto escaso.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
Las aureolas se desvanecieron
Los rostros de Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales y Rafael Correa miran desde la pared de una casa en Caracas hacia un basurero desbordado. Muchos venezolanos veneraron como santos a los líderes socialistas de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador. En Venezuela, el "socialismo del siglo XXI" no ha cumplido su promesa de prosperidad para todos.