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La visión de Europa de Macron: ¿solo un sueño?

13 de abril de 2023

Emmanuel Macron no solo causó revuelo con comentarios sobre Taiwán, sino que también llamó la atención sobre la autonomía estratégica de la UE. Lleva años promocionando su proyecto favorito. ¿Qué tan realista es?

El presidente francés, Emmanuel Macron, durante su viaje a China.
El presidente francés, Emmanuel Macron, durante su viaje a China. Imagen: Ng Han Guan/AP Photo/picture alliance

Han pasado seis años desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, discutió el concepto de soberanía de la Unión Europea en la Universidad de La Sorbona, en París. Pero en la UE se usa, en su lugar, el concepto de autonomía estratégica, que ya existía antes. Básicamente, significa que la UE pueda actuar de manera autónoma e independiente de otros países en áreas estratégicas importantes, como explica el think tank del Parlamento Europeo.

Al regresar de China, el presidente francés dio una entrevista a un medio internacional en la cual habló sobre ese concepto, e hizo comentarios sobre Taiwán. Esas observaciones causaron gran revuelo en Estados Unidos y Europa, ya que fueron entendidas como un llamado a que la Unión Europea redujera su dependencia de EE. UU., y como una advertencia a que no se involucrara en una crisis por Taiwán.

A principios de esta semana, Macron dio otra muestra de sus visiones de una Europa soberana. En un discurso en La Haya, el martes (11.04.2023), se centró en el aspecto económico del concepto de autonomía estratégica. Pero, ¿pueden sus ideas implementarse realmente?

Dependencia de China en la transición verde

El modelo de soberanía económica de Macron está basado en los cinco pilares de competitividad, política industrial, protección de mercados, reciprocidad en relaciones comerciales y cooperación. Una de las ideas centrales era que la UE debería continuar produciendo productos competitivos y contar con productos de primera clase, en base al trabajo conjunto entre los países miembros.

Macron también señaló que es necesario contar con una política industrial común para fortalecer el mercado en áreas como la industria Net-Zero, o en la fabricación de chips, subrayando que las tecnologías clave que se necesitan para que el bloque alcance las metas climáticas deben ser producidas en la UE. Actualmente, la mayor cantidad de tierras raras necesarias para la transición verde y digital provienen de China, dijo a DW Carme Colomina, investigadora sénior del Barcelona Centre for International Affairs. La Comisión de la UE propuso recientemente una nueva ley sobre materias primas críticas para aliviar su dependencia de otros países, y esta se está discutiendo en el Parlamento Europeo y entre los países miembros.

El presidente chino, Xi Jinping, junto a su homólogo francés, Emmanuel Macron, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.Imagen: Ludovic Marin/Pool AFP/AP/dpa/picture alliance

La UE depende de EE. UU. en el área de seguridad

El concepto de autonomía estratégica también comprende la dimensión de la seguridad. En 2017, Macron pidió establecer una fuerza conjunta de intervención de la UE, así como un presupuesto común de defensa, y una doctrina conjunta para la acción.

En marzo de 2022, un mes después de la invasión rusa de Ucrania, los líderes europeos revivieron la idea de la soberanía europea. Declararon que querían reforzar sus capacidades de defensa e incrementar su capacidad de actuar de manera autónoma, respetando completamente sus obligaciones hacia la OTAN. Desde que comenzó la guerra, los países del bloque han aumentado sus gastos de defensa y decidieron apoyar a Ucrania con armamento.

Para Colomina, Macron es realmente uno de los líderes fuertes detrás de la idea de una cooperación más cercana en el área de defensa. Ella piensa que Macron entiende la soberanía europea como un medio de trazar un camino propio en común. Un camino que no solo es "poco realista”, sino también "altamente indeseable”, según Benjamin Tallis, experto del Council of Foreign Relations. A su juicio, la noción de autonomía en las relaciones internacionales es un "mito”, y lo que Emmanuel Macron quiso decir era, en realidad, "más autonomía de Estados Unidos”. Tallis cree que eso es peligroso para el Viejo Continente. "A Europa, en realidad, le falta capacidad para defenderse, y también para competir en el mundo de la forma que parece implicar la agenda de autonomía estratégica de Macron”, explica a DW.

Falta de una visión europea del mundo

Directamente después de los comentarios de Macron, se planteó la cuestión de si el presidente francés hablaba en nombre de la Unión Europea, por ejemplo, por parte del senador republicano por Florida Marco Rubio.

Antes de un viaje a EE. UU., el lunes, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo que la alianza con EE. UU. era una "base fundacional absoluta” de Europa. La Comisión de la UE no quiso comentar las observaciones de Macron sobre Taiwán. Macron, ciertamente, no habla en nombre de Europa, dice Benjamin Tallis. En su opinión, el problema subyacente en la estrategia de autonomía europea es que no hay Europa a un nivel estratégico ni un consenso sobre una visión del mundo europea.

Tallis dice que países como Finlandia, Estonia, República Checa y Polonia quieren redoblar la apuesta sistémica entre autocracias y democracias. Y que el canciller de Alemania, Scholz, quiere aferrarse al "mundo de ayer" antes de la invasión a gran escala de Ucrania y trata de preservar el sistema de comercio mundial, incluyendo a China. Macron, por otro lado, parece pretender que los intereses de Francia son los mismos que los intereses de Europa, dijeron los analistas.

Al final, esto socavaría a Europa estratégicamente y dividiría aún más a los países, sostiene Tallis. Carme Colomina afirma que, tradicionalmente, hay una fuerte división entre los Estados miembros: entre los europeístas, a favor de más Europa, y los atlantistas, a favor de vínculos más estrechos con EE. UU. El dilema sigue siendo clave en la UE y estaba claro que resurgiría cuanto más se alargara el conflicto.

Emmanuel Macron podría ser consciente de que es posible que no se salga con la suya en lo concerniente a la autonomía estratégica, ya que concluyó su discurso con las palabras: "Soy un soñador y soy idealista".

(cp/ers)

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