El que a Alemania se le haya concedido un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU ha creado expectativas. No es del todo seguro que pueda cumplirlas, pero la esperanza es lo último que se pierde.
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Aunque la discrepancia suele ser la regla, en las Asambleas Generales de la Organización de Naciones Unidas; la mayoría de los diplomáticos y observadores presentes en la que se celebró en junio de 2018 coincidieron en una cosa: en que el paso de Alemania por el Consejo de Seguridad será positivo. De 190 votos, 184 fueron a favor de que el país europeo ocupara uno de los diez asientos no permanentes en el gremio más poderoso de todos los organismos internacionales. Eso evidencia cuánto respaldo disfruta Alemania en la comunidad internacional y apunta a que Berlín es percibida cada vez más como contrabalanza de Washington.
La mirada puesta en Berlín
La voz de Alemania defiende el multilateralismo y la cooperación entre países mientras la de Estados Unidos hace lo contrario. "No podemos cerrar los ojos y pretender que no existen diferencias con el Gobierno de Donald Trump. Pero, al mismo tiempo, debemos extenderle la mano a Estados Unidos para encontrar nuestras similitudes”, comenta al respecto Joao Vale de Almeida, embajador de la Unión Europea ante Naciones Unidas. Fatima Kyari Mohammed, la representante de la Unión Africana en la ONU, resalta que Alemania ya ha refutado varias posiciones poco sensatas de Trump en los últimos tiempos y espera que lo siga haciendo.
"La canciller Merkel ha asumido posturas claras una y otra vez. Por eso esperamos que Alemania enfatice la importancia de un sistema multilateral”, explica Kyari Mohammed. También Louis Charbonneau, encargado de la ONG Human Rights Watch para los asuntos ligados con Naciones Unidas, celebra la influencia global que Alemania puede tener, sobre todo en materia de derechos humanos, desde su silla en el Consejo de Seguridad. "Los Putin, los Erdogan y los Duterte de este mundo están prestando atención. Ellos ven una luz verde cuando oyen que el presidente del país más poderoso del mundo tacha a periodistas de ‘enemigos del Estado',” dice.
Del dicho al hecho
Charbonneau deja en el aire la noción de que la presencia alemana en el Consejo de Seguridad puede contrarrestar la tendencia creciente de ciertos Gobiernos a subvalorar los derechos humanos. Ese es sólo uno de los ámbitos donde Alemania quiere dejar su huella en los próximos dos años; la prevención de crisis y la lucha contra el calentamiento global son los otros. Pero no es del todo seguro que Alemania pueda cumplir todas las expectativas que ha suscitado porque, aparte de los tres puntos principales de su agenda, deberá ocuparse igualmente de los intereses comunitarios, muchos de los cuales difieren de los estadounidenses.
Bajo el mandato de Trump, Estados Unidos ha asumido una actitud hostil de cara a la ONU y sus agencias: retiró su firma del acuerdo nuclear que había sido suscrito con Irán, gracias a las negociaciones de miembros de las Naciones Unidas y a una resolución del Consejo de Seguridad; le dio la espalda al pacto climático sellado en París, a la UNESCO y al Consejo de los Derechos Humanos; y a principios de septiembre dejó de hacer aportes al organismo de la ONU, encargado de socorrer a los refugiados palestinos. Alemania siempre ha subrayado que está dispuesta a cooperar con Estados Unidos, por un lado, pero también a oponerse a Washington para defender sus principios, por otra parte. Llegó la hora de que Berlín lo demuestre.
Michael Knigge (erc/jov)
Merkel y su relación con algunos hombres poderosos
Nadie puede envidiar a Angela Merkel cuando visita la Casa Blanca: aranceles, Irán, etc. La postura del presidente Donald Trump es la confrontación. La relación de Merkel con sus antecesores fue mejor.
Imagen: picture-alliance/dpa/ M. Kappeler
¿Nos damos la mano?
La canciller preguntó amablemente en marzo de 2017 y durante su primera cita al recién estrenado presidente estadounidense, Donald Trump. Su anfitrión no reaccionó y miró claramente hacia otro lado. Más tarde este dijo que no había oído la pregunta.
Imagen: Reuters/J. Ernst
Situación desesperante
En la Cumbre del G20 en Hamburgo, el rechazo obstinado de Trump con respecto a la protección climática fue muy agotador para Merkel. Tras intentar convencerlo en vano dándole explicaciones lógicas, solo le quedó una opción: documentar las diferencias con palabras claras.
Imagen: Reuters/P. Wojazer
Al final, ambos estaban muy, muy cerca
En cambio, la canciller y Barack Obama tenían una relación de mucha confianza, como se puede ver en la imagen durante la última visita a Berlín de Obama como presidente. En noviembre de 2016, pocos días tras la victoria de Trump, Obama cedió la responsabilidad de la democracia occidental a Merkel. Los medios de comunicación de EE.UU. dijeron entonces que ella era la nueva líder del mundo libre.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Condecoración para Merkel en la Casa Blanca
En 2011 y elegantemente vestida para la ocasión, Merkel recibió de Obama la Medalla Presidencial de la Libertad en la Casa Blanca, la condecoración civil más importante de Estados Unidos. Obtuvo este premio por su compromiso con la política europea. Los analistas evaluaron dicha condecoración como señal de excelente relación entre ambos países.
Imagen: picture-alliance/dpa
Invitado y casi amigo
En la Cumbre del G7 en los Alpes bávaros en junio de 2015, ya se podía observar una relación casi amistosa entre ambos mandatarios. La canciller podía contar entonces con el apoyo estadounidense para luchar contra el cambio climático. Con el nuevo presidente, Donald Trump, la situación cambió totalmente.
Imagen: Reuters/M. Kappeler
De visita en Texas
Con su esposo, Joachim Sauer, la canciller alemana visitó George W. Bush en su rancho en Crawford, Texas, en noviembre de 2007. Les mostró un pequeño cañón. Entoces había un tema muy candente, que con Trump vuelve a estarlo: Irán.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Kugler
De barbacoa en casa
George W. Bush disfrutó visiblemente en julio de 2006 al servirle a Merkel un lechón recién salido de la barbacoa. Merkel lo invitó a conocer el lugar donde ella reside, cuando no está en Berlín, en la costa de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/BPA/G. Bergmann
De manos con Bill Clinton
Durante el funeral del excanciller alemán Helmut Kohl en julio de 2017, el expresidente Bill Clinton habló con melaconlía y humor sobre el fallecido. "Yo le tuve mucho cariño", dijo Clinton. Cuando se sentó, le tomó la mano a Merkel y estaba visiblemente muy conmovido.
Imagen: picture alliance/dpa/M. Murat
¿Hablando con la hija para poder relacionarse mejor con el padre?
La canciller alemana también conoció a la hija de Trump, Ivanka Trump, en marzo de 2017 en la Casa Blanca. Para Merkel fue más fácil entablar conversación con la hija que con el padre.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha sabido cómo relacionarse con Trump, según los medios de comunicación estadounidenses. Sin embargo, Macron no es capaz de hacer cambiar de opinión a Trump sobre los aranceles y el acuerdo con Irán. Mientras siga siendo así, Alemania y Francia comparten las mismas preocupaciones.
Imagen: Reuters/J. Macdougall
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