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Ambiciones económicas de China que cautivan a Arabia Saudí

15 de junio de 2023

En una cumbre celebrada en Riad, China y Arabia Saudí anunciaron inversiones por valor de 10.000 millones de dólares en minería, tecnología y energías renovables.

X Conferencia arabo-china en Riad. Imagen del 12 de junio de 2023
X Conferencia arabo-china en Riad.Imagen: Xinhua News Agency/picture alliance

Washington está cada vez más inquieto por la profundización de los lazos de Pekín con el aliado más cercano de Estados Unidos en Oriente Próximo.

Una señal del cambio en el equilibrio de poder en Oriente Próximo se puso de manifiesto durante la cumbre empresarial árabe-china celebrada esta semana en Riad, la capital saudí, cuando China y el reino anunciaron acuerdos de inversión por valor de 10.000 millones de dólares (9.300 millones de euros).

La agencia estatal de noticias saudí SPA informó que se habían firmado 30 acuerdos en diversos sectores, como tecnología, energías renovables, agricultura, inmobiliario, minería, turismo y sanidad.

La 10ª Conferencia Empresarial Árabe-China se describió como una "mega-reunión" de unos 3.500 líderes empresariales, innovadores y dirigentes de más de 26 países, incluida la mayor delegación china de la historia.

Hasta ahora, Arabia Saudí ha sido el principal socio de Washington en Oriente Próximo, y estos últimos acuerdos con China son una prueba más de la menguante influencia estadounidense en la región. Las nuevas colaboraciones se producen apenas tres meses después de que China mediara en un acercamiento entre Arabia Saudí y el archienemigo Irán tras años de hostilidades.

Cooperación en vehículos eléctricos

Más de la mitad de las nuevas inversiones saudíes y chinas permitirán al fabricante chino de vehículos eléctricos de lujo Human Horizons construir nuevas instalaciones de producción de automóviles en el reino. "No tenemos que competir con China, tenemos que colaborar con China", dijo el ministro saudí de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman, a los delegados.  Restándole importancia a las sospechas occidentales sobre los crecientes lazos entre Pekín y Riad, agregó: "... Como persona de negocios... se va a donde se presente la oportunidad".

Pocos días antes, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, le había expresado a su homólogo saudí que Washington no lo estaba obligando a elegir un bando en las tensiones con China.

"La influencia de China está dando a los países de Oriente Medio más poder de negociación con Estados Unidos", dice a DW Dawn C. Murphy, profesora de estrategia de seguridad nacional en la Escuela Nacional de Guerra de Estados Unidos. "Pero no creo que estos países tengan expectativas de que China vaya a ofrecer las mismas garantías de seguridad que EE.UU. ... realmente se trata de una presencia económica y política".

Del comercio energético a la Visión 2030

China y Arabia Saudí mantienen fuertes lazos económicos desde hace décadas, gracias al apetito chino por el petróleo. El comercio entre ambos países superó los 106.000 millones de dólares en 2022, un 30% más que el año anterior, según cifras del gobierno saudí. Esta cifra contrasta con los 55.000 millones de dólares del comercio entre Estados Unidos y Arabia Saudí.

China importa la mitad de su petróleo de Oriente Medio y es el principal comprador de petróleo tanto de Arabia Saudí como de Irán. Mientras Arabia Saudí intenta diversificar su economía de la producción energética a través del plan Visión 2030, las empresas chinas se beneficiarán de la adjudicación de enormes contratos de infraestructuras.

Distensión entre Irán y Arabia Saudí: un punto de inflexión

En marzo, China demostró su creciente influencia en Oriente Medio al mediar en un sorprendente acercamiento entre el reino e Irán, siete años después de que ambos países rompieran sus lazos. El fin de las hostilidades también propició el restablecimiento de los vínculos entre Arabia Saudí y Siria, que Washington ha criticado.

Para mayor desconcierto de Estados Unidos, el líder palestino Mahmud Abbas se encuentra actualmente en Pekín, después de que los chinos expresaran su disposición a facilitar las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos, estancadas desde hace tiempo.

Las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí, por su parte, se han deteriorado desde el asesinato en 2018 del periodista disidente Jamal Khashoggi, residente en Estados Unidos, en el interior del consulado saudí en Estambul. Un asesinato "aprobado” por el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, según la inteligencia de Estados Unidos.

Otras disputas han girado en torno a la intervención saudí en el devastador conflicto de Yemen, los derechos humanos y los precios del petróleo.

Crece rivalidad entre los BRICS y llamamientos a la desdolarización

Estados Unidos se enfrenta a una mayor rivalidad en la región, ya que Arabia Saudí, junto con los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Bahréin e Irán, se preparan para unirse al bloque geopolítico BRICS, liderado por China pero del que también forman parte Rusia, India, Brasil y Sudáfrica.

Las sanciones impuestas por Occidente a Rusia por la invasión de Ucrania por Moscú, que incluían la congelación de unos 300.000 millones de dólares de las reservas de divisas del banco central ruso, desencadenaron un movimiento de muchas naciones ricas no occidentales para depender menos del dólar y el sistema bancario estadounidense.

El BRICS ha creado su propia versión del sistema de pagos bancarios SWIFT y está estudiando una moneda alternativa. Ahora, dirigentes saudíes se han mostrado dispuestos a aceptar pagos por petróleo de Pekín en la moneda china.

(jov/er)

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