Las autoridades mantienen bajo protección a Miriam Celaya
25 de noviembre de 2018
La hondureña acosada tras rechazar un plato de frijoles en Tijuana recibió amenazas de muerte, a pesar de haberse disculpado públicamente y haber explicado el malentendido. DW confirmó que se encuentra a salvo.
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Miriam Celaya, la migrante hondureña acosada por rechazar un plato de frijoles en México, se encuentra bajo protección de los organismos competentes. El diario Huffington Post difundió el sábado (24.11.2018) la noticia de la desaparición de Celaya y los temores de su hermana de que pudieran haberse cumplido las amenazas que recibió la migrante hondureña, que había desatado la ira de una parte de la sociedad mexicana. Sus declaraciones a DW rechazando un plato de frijoles se hicieron virales en las redes sociales y se utilizaron tanto para atacarla a ella como al resto de la caravana de migrantes.
Pese a las disculpas de Miriam en otras declaraciones a DW, la mujer fue blanco de amenazas de muerte a través de las redes sociales y hostigada en el propio albergue de migrantes. Esa segunda entrevista pidiendo perdón se grabó el martes 20 por la mañana, justo antes de que Miriam abordase un taxi para dirigirse a la garita de Otay (frontera de Estados Unidos) para entregarse a las autoridades migratorias.
En el vídeo publicado por HuffPost donde habla su hermana, esta explica que recibió el último mensaje de Miriam en ese momento. Nuestro enviado especial en Tijuana, Aitor Sáez, recibió un mensaje de voz posterior donde Miriam le contaba en voz tranquila que había llegado a Otay y las autoridades migratorias mexicanas la llevaban a un lugar seguro. Esa fue su última comunicación.
Desde entonces, DW ha mantenido contacto tanto con la hermana de Miriam, Mirna Celaya, como con Mexicanos por México, el colectivo que está siguiendo el caso y grabó el vídeo de Mirna. El mismo sábado que se emitió el vídeo, nuestro enviado especial confirmó con un alto cargo de la autoridad competente que Miriam se encontraba segura en un albergue y que pronto podría comunicarse con su familia. Una información que el mismo funcionario le transmitió vía telefónica a la hermana de Miriam.
En estos casos de amenazas y riesgos contra una persona, las autoridades suelen activar un estricto protocolo de protección donde la premisa es evitar que se conozca la ubicación de la víctima. Esa información ni siquiera puede facilitarse a la familia y se acostumbra a retirar cualquier canal de comunicación, y por supuesto el celular, para que la víctima tampoco pueda sin quererlo desvelar su ubicación. Este protocolo suele tener varios niveles de alerta y se va suavizando a medida que se calma el nivel de riesgo. En ese sentido, cualquier información alarmista que exponga aún más a Miriam, resulta contraproducente para aliviar su situación.
as/lgc (Huffpost/Migración)
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¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.