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Las bolivianas esperan el final de la violencia

Vera Freitag8 de marzo de 2013

Siete de cada diez mujeres en Bolivia son víctimas de violencia machista. La minoría confía en hacer público su caso. Y el Estado no ha ofrecido hasta ahora ninguna protección. Esto está cambiando.

Protesta en BoliviaImagen: picture-alliance/dpa

“Corrí, corrí tan rápido como pude”, cuenta la joven, bajando la mirada. En sus manos amasa un pañuelo impregnado de lágrimas. La cara de la treintañera está muy hinchada y bajo su ojo derecho se vislumbra un brillo azul.

La madre de tres niños llegó a la Paz directamente desde la cercana ciudad de El Alto, para poner una denuncia contra su marido. Una y otra vez él le había pegado y maltratado en los últimos doce años.

Desde hace 16 años la policía de la Paz ofrece un servicio de atención para mujeres y familias que hayan sido víctimas de violencia. “Nosotros recibimos cada día entre 35 y 50 casos de violencia doméstica”, dice la jefa de la unidad especial para la protección de la Familia, Rocío Molina.

Brigada de Protección a la Familia.Imagen: DW/V. Freitag

Siete u ocho de cada diez mujeres en Bolivia son víctimas de violencia. Esto es lo que refleja el resultado de un estudio de diferentes organizaciones no gubernamentales que luchan en Bolivia por los derechos de las mujeres. Bolivia se encuentra entre los países con mayor porcentaje de violencia machista en toda Latinoamérica. Más de 100.000 ataques violentos contra mujeres se registran cada año según las estadísticas. En la mayoría de los casos se trata de violencia doméstica proveniente de la pareja o de otros miembros masculinos de la familia.

“El Estado boliviano no ofrece suficiente protección”


En la “Defensoría del Pueblo”, se ocupa del tema desde hace años la encargada nacional para los derechos de la mujer, Betty Pinto. “Por lo general nos intranquiliza que la violencia contra la mujer se haya establecido como algo normal", subraya Pinto.

Betty Pinto.Imagen: DW/V.Freitag

La defensora de los derechos humanos intenta explicar los motivos. Nuestro sistema educativo es muy patriarcal, dice Pinto. “Los hombres siempre recibieron un trato de favor“. En las cabezas de muchas bolivianas existe además la imagen de que un verdadero hombre es solo el que golpea a su mujer

Golpes, patadas, e incluso asesinato. Muchas veces, las afectadas esperan en vano el apoyo del Estado. “En el ámbito institucional hay demasiados puntos débiles“, subraya. Su experiencia de los últimos años ha demostrado que las autoridades ni siquiera hacen caso a las denuncias.

“Las mujeres son golpeadas porque son mujeres”

En Bolivia hay un particular problema: el aumento del número de “feminicidios”. “Solo el año anterior hemos registrado en Bolivia 150 asesinatos a mujeres”, resalta Mary Marca, la directora del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer (CIDEM). Los asesinos son maridos, parejas o exparejas, pero también otros miembros de la familia como hermanos o tíos.

“Las mujeres son asesinadas porque son mujeres”, indica la simple y malsonante explicación para el triste fenómeno. “Las víctimas son en parte violentamente ejecutadas”. No es raro que se encuentren los cadáveres con los pechos o los vientres rajados. Esas partes del cuerpo, que expresen de manera especial su feminidad”, concluye la defensora de los derechos humanos Betty Pinto.

Una nueva Ley debe proteger mejor a las mujeres

Durante años trabajaron en conjunto organizaciones e instituciones, entre ellas también la Organización de la Mujer (CIDEM), en un proyecto de ley para que las bolivianas tengan la posibilidad de tener una vida libre de violencia: la llamada “Ley Integral contra la Violencia a la Mujer”. Porque hasta ahora no había ninguna ley en Bolivia que protegiera a la población femenina de una manera especial de las acciones violentas.

Al empezar el año un famoso caso presionó a la política para revisar el actual proyecto de ley. A mediados de febrero, una periodista de un conocido canal nacional de televisión fue asesinada por su marido, el cual es jefe de Policía. Poco después de su muerte se demostró que la asesinada Hanalí Huaycho había puesto 14 denuncias contra su violento marido en diferentes comisarías. Ninguna de ellas fue investigada por la policía. El caso provocó marchas de protestas por todo el país.

Protesta por la violencia contra la mujer en Bolivia.Imagen: picture-alliance/dpa

Un éxito

El congreso nacional boliviano se ocupó del proyecto del fortalecimiento de la ley contra violencia a la mujer, la cual se extiende a cien artículos. A finales de febrero la propuesta fue aceptada por ambas Cámaras. “Por fin se atisbará un éxito después de tantos años de trabajo“, se alegra Betty Pinto.

Con la ley estos hechos serán recogidos por primera vez como “Feminicidios” en el código penal boliviano. Los responsables de los asesinatos a mujeres podrán ser encarcelados por un periodo de hasta treinta años, incluso si son menores de edad. También los delincuentes sexuales podrán ser condenados a la reclusión con un máximo de veinte años.

El Estado boliviano quiere emplear sobre todo abogados y juzgados especialmente formados y sensibilizados. Betty Pinto espera que ahora más mujeres afectadas luchen por sus derechos y puedan llevar una vida libre de violencia. Se refiere también a aquellas mujeres que aún son maltratadas en sus propias casas. “No debemos esperar hasta que ocurra otro asesinato“, dice Betty Pinto enérgicamente.

Autora: Vera Freitag / BP

Editora: Emilia Rojas


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