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Las constelaciones familiares de Bert Hellinger

Carola Rondinella3 de octubre de 2004

Las opiniones respecto a Bert Hellinger están divididas. Su método analiza los conflictos intrafamiliares, en donde el orden en las familias determina en un escenario "teatral" los destinos de sus miembros.

Las relaciones familiares en constelación.Imagen: AP

Bert Hellinger nació en 1925 en Stuttgart, Alemania y creció en una familia que rechazaba al nacionalsocialismo. Ello lo llevó a ausentarse de la Organización de Hitler para la Juventud, participando en una organización ilegal católica. A pesar de su oposición al régimen es enviado al frente, vive la contienda, el fracaso y la captura en un campo de prisioneros de guerra en Bélgica.

Terminada la guerra, a sus 20 años, entra en una orden católica y luego es enviado como misionero a África del Sur, donde vive con la tribu zulú. Allí se transforma en maestro y sacerdote, aprendiendo también su lenguaje. Su necesidad de conocer sus valores y su cultura lo lleva a relativizar las apreciaciones de lo que éstos significan en cada sociedad.

Trabajodores zulús durante una protesta cargando armas tradicionales.Imagen: AP

Hellinger se interesa cada vez más por el proceso de las relaciones interpersonales. Observa los rituales de la tribu, su música y el momento de comunión que allí se vive, expresando las experiencias comunes humanas y la compresión de las diferencias.

Luego de 25 años de servicio deja el sacerdocio y se sumerge en Viena en estudios psicoanalíticos. Estos estudios lo conducen a conocer a “Janov`s Primal Scream” (el gritar como alivio sanador), lo que lo motiva a viajar a Estados Unidos y a adentrarse en la psicoterapia del cuerpo. Toma elementos de la Gestalt, el análisis transaccional y la terapia sistémica familiar, ahondando en las relaciones intrafamiliares y en como actúan determinadas “huellas” del pasado en las nuevas generaciones. De la programación neurolingüística toma el concepto de trabajar con recursos en vez de con ideas.

Su paradigma filosófico es Martín Heidegger “por la búsqueda las verdaderas palabras que resuenan en el alma” y su amor por la ópera alemana y por Wagner lo acompañan en sus viajes.

Las familias y su “conciencia en común”

Bert Hellinger analiza los conflictos intrafamiliares.Imagen: Bilderbox

A su forma de terapia la llama “constelaciones familiares”, como de terapia de grupo, con la tesis de que las familias tienen determinados órdenes naturales, “órdenes de amor”, y cuando estos órdenes se trastocan, surgen situaciones conflictivas que repercuten en las generaciones sucesivas. Este orden familiar esta dirigido por una conciencia común, la cual hace que nadie sea excluido.

Cuando un miembro de la familia es olvidado o dejado de lado, volverá a aparecer de algún modo en forma de identificaciones o implicancias con otros miembros del grupo. Es decir que la situación actual de una persona y sus conflictos están directamente relacionados con los conflictos, vivencias y alegrías de sus antepasados, incluso los que ya no viven. Es necesario entonces encontrar un orden nuevo para esas estructuras familiares difíciles, desencadenándose así una resolución de los problemas actuales.

Lo que una generación deje de resolver será la generación siguiente la que incluso inconscientemente intente resolverlo. Los asuntos no resueltos de los sistemas familiares anteriores (sucedidos dentro e incluso fuera de la familia) de una persona que pueden afectarla se manifiestan en forma de destinos trágicos, enfermedades, trastornos psíquicos y físicos y comportamientos conflictivos.

Hellinger intenta también hacer un abordaje social, por lo que postulan que es importante tener en cuenta las consecuencias de la violencia política. Si las decisiones políticas no toman en cuenta valores éticos justos, no existen ganadores. Según él mismo explica, futuros descendientes, ciudadanos, personas concretas, padecerán los destinos de sus antecesores. Los hijos de los ocasionadores de violencia, se identificaran con sus víctimas, y el dolor ocasionado se transmitirá generacionalmente.

Madres e hijos sufren de la violencia del hambre en Tegucigalpa, HondurasImagen: AP

La búsqueda del orden en las constelaciones familiares

Los grupos de terapia son de entre 15 a más de 500 personas. Existirán diversas clases de asistentes a una reunión o seminario: los participantes, los “representantes” y los simplemente espectadores. Los primeros, de a uno, irán exponiéndole al terapeuta el tema a “representar”: problemas económicos, dificultades en su pareja o en su familia, y problemas de salud tanto física como mental.

Cada participante intentará tener presente su árbol genealógico, porque el terapeuta comenzará a preguntarle sobre sucesos trágicos o conflictivos en su familia de origen. El terapeuta elegirá que miembros de la familia serán representados primeros y el participante elegirá entre el público a personas que representen a su familia e incluso a él mismo. El participante colocará a estas personas en el lugar y en la dirección que intuitivamente siente.

Luego el terapeuta les pedirá a los representantes que expresen como se sienten. Allí se desencadena lo que Bert Hellinger denomina un proceso fenomenológico: los “sustitutos” comienzan a actuar como las verdaderas personas, e irán diciendo lo que perciben y sienten, guiados por el terapeuta se moverán hacia posiciones más cómodas, e incluso el terapeuta podrá elegir nuevos representantes para distintos miembros de familias, vivos o fallecidos o para sensaciones abstractas como una enfermedad, la muerte, el dinero o el amor, que vayan surgiendo en el acontecer de las representaciones familiares.

El desenlace de estas manifestaciones expresará los vínculos de amor y dolor que unen a las familias, pudiendo salir a la luz razones y secretos. Es entonces cuando aparece una “imagen-solución” donde existe un orden espacial básico, y en el cual todos los miembros, “representantes” se sienten bien, y el cual provoca un alivio para el participante y será el puntapié inicial para la resolución de sus relaciones negativas existentes.

Sus alcances y su autenticidad

Las constelaciones familiares pueden ser útiles en las cárceles.Imagen: AP

Nos dicen los expertos en la materia que las constelaciones familiares no requieren de un lenguaje sofisticado ni de consultas continuas y que pueden ser útiles en hospitales, prisiones, en juicios y en centros educativos. Puede interesar a personas que se dediquen a profesiones concernientes a la psicología, la asistencia social, la sociología, la medicina, la educación y las leyes.

Como todo fenómeno masivo y nuevo, estas “constelaciones familiares” han creado controversias en relación a su alcance científico y profesional, por lo multitudinarias que llegan a ser, por que no se remite a la historia clínica de los pacientes, sino que observa sólo los sucesos trágicos familiares, de manera muchas veces rápida y urgente, por las dimensiones de circo romano que han sólido tener, y en las cuales Bert Hellinger asume el rol de buen líder gurú de las psicoterapias, seguidos por muchedumbres donde “los perros ladran y las caravanas nos muestran su camino”.

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